Jaime Bahamondes
El ex defensor es recordado por su pierna dura y por ser el salvador del Wanderers de los 80. Hoy cree que se ha perdido la identidad por los clubes.
Es sin lugar a duda el jugador más simbólico de Santiago Wanderers en la década del 80 e incluso para muchos, es uno de los hombres más importantes que ha pasado por la institución caturra. Se trata de Jaime Bahamondes, querido y recordado por su pierna fuerte, pero también por liderar una camada de jugadores que ayudó a que el Decano no fuese enviado a tercera división debido a los problemas económicos que lo sacudían en aquella época.
"Gracias a Dios tuve toda la suerte de participar y ser parte de ese grupo. Salvamos a Wanderers de su evidente caída a tercera división por un asunto de deudas económicas", nos parte relatando el "Lobo", quien actualmente reside en Quilpué y trabaja prestándole servicios a Esval.
Es que allá por el año 1985, los caturros se encontraban recién descendidos a segunda división. La crisis económica era tal, que los jugadores pasaron meses sin recibir sueldos, y liderados por Bahamondes, una camada de guerreros decidió sobreponerse a todo, jugar sin percibir sus salarios, y sacar al cuadro verde del pozo en el que estaba sumergido.
"En esa época nos encontramos con grandes jugadores y grandes personas, donde todos éramos una familia en comunión con la hinchada, que también nos ayudó mucho en ese momento. Hicimos cosas que mucha gente no sabe, que mucha gente dejó en el olvido. Hay wanderinos que se olvidaron o no recuerdan que fuimos a los titanes del ring, hicimos bailes, muchas cosas para que Wanderers no cayera. Hay gente que piensa que Wanderers partió cuando fue campeón, pero para atrás fueron grandes los desafíos que tuvimos que afrontar para llegar a ser campeones", reveló el "guatón", como es conocido en jerga futbolera.
Fútbol sin lujos
Dentro de las precariedades que tanto Bahamondes como sus compañeros debieron pasar en aquella oscura época, se encuentran la "incomodidad de no tener los sueldos al día, el tener que renunciar muchas veces al porcentaje de la remuneración nuestra, que si bien ya era pequeña, se achicaba mucho más. Los viajes eran por todo Chile en bus, era muy poco lo que viajábamos en avión, había incomodidad en las canchas, en la misma utilería. Los que ya estábamos casados en ese tiempo, siempre tuvimos el apoyo de nuestras familias, haciendo un sacrificio, porque había compañeros a los que no les daba para pagar la pensión y había que llevarlos a alojar en nuestras casas. Eran como cosas de barrio, pero al final nos unieron para sacar a Wanderers de ese alicaído momento", aseguró el ex capitán.
El pasado y el presente
Al momento de realizar un balance sobre el presente de Santiago Wanderers, Bahamondes realiza una importante reflexión en cuanto a cómo ha cambiado la mentalidad de los futbolistas de hoy en día, asegurando que "es lamentable la situación presente del club pero creo que todo pasa por algo. Antiguamente se tenia más identidad con el equipo que uno defendía. Wanderers hoy es un club que no tiene los problemas que nosotros teníamos antes, pero creo que el amor propio era lo que antes mantenía vivo al equipo. Hoy veo un club dividido, donde no están los David Pizarro, los Jorge Ormeño, que es lo que al final lo llevó a caer en el fútbol de segunda división".
Al ser consultado sobre si cree que le hace falta un Jaime Bahamondes al actual plantel caturro, el quilpueíno recalca que "no sé si hace falta, pero nosotros nos identificábamos mucho con los equipos. Yo hice todas mis divisiones inferiores en Santiago Wanderers, y creo que jugadores con esa identidad quedan pocos, pero porque son trotamundos. Tú haces una buena campaña y a los 19 años estás saliendo a un equipo más grande. Eso también va por el tema económico que existe hoy. Jugadores como yo quizás todavía hay, en cuanto a lo aguerrido y a la pierna fuerte, pero la identidad que teníamos nosotros antiguamente está perdida".
"meando azul"
Según cuentan las anécdotas, en casa de Víctor Hugo Amatti, Jaime Bahamondes estaba un día compartiendo y tomando algunas cervezas. En la taza del baño estaba recién instalada esas pastillas azules aromáticas que funcionan al tirar la cadena. Bahamondes fue a orinar, se demoró, Amatti lo fue a ver y allí el "guatón" le dijo: "estoy enfermo, estoy meando azul", desatando las carcajadas. "Todo es verdad", finalizó el ex defensor.