Conozca las flores
Emprendimiento liderado por los hermanos Zamorano busca instalarse en el nicho de la permacultura. Su aspiración es gourmet.
Texto: Mauricio Oyanedel / Fotos: Nelson Vergara
Toronjil Cuyano es el nombre de un emprendimiento agrícola llevado a cabo por dos hermanos limachinos amantes de la agricultura... y también de las cosas raras.
Alejandro y Sebastián Zamorano son ingeniero agrónomo y chef respectivamente, combinación perfecta para dar vida a esta original iniciativa.
Es que este negocio se dedica al cultivo de flores comestibles, algo que a nadie ha dejado indiferente y sus orígenes se remontan a varias décadas.
"Todo esto comenzó harto tiempo atrás con la herencia de un tío materno. Él cultivaba y cocinaba cosas raras para la época, hace 60 años atrás. El vivía en Reñaca alto y tenía un puesto en la feria, pero en su casa empezó a crear una especie de bosque comestible, donde cultivaba un sinfín de variedades de plantas, desde ahí empezó a producir este tipo de agricultura, aprovechando esta ventana que tenía en la feria de Viña del Mar. Él fue el que le puso el sello de cosa rara a esto", señaló Sebastián, el menor de los hermanos Zamorano.
El chef, agregó además que "con mi hermano íbamos desde pequeños a su casa y nos gustaba esto de la agricultura. Aunque en ese tiempo vivíamos en Valparaíso, salíamos de vacaciones a Quillota y ahí con las demás tías plantábamos tomate y todo eso. Gracias a eso veníamos con una información bien fuerte a nivel de conocimiento agrícola y de especies de plantas comestibles. Todo con la idea de complementar las falencias en la cocina chilena".
Flores y brotes
Pero no solamente el conocimiento heredado por familiares fue clave en este emprendimiento gastronómico, ya que también la formación académica y la experiencia vivida día a día en los huertos familiares terminaron por dar un relieve de calidad a las producciones.
"Hice mi tesis sobre brotes y germinados que para esos tiempos también era algo raro, ahora eso es un superalimento. Ahí empezamos con la producción de brotes", sostuvo Sebastián Zamorano.
Sobre las curiosidades que ofrece Toronjil Cuyano, el joven chef recalcó que "nosotros producimos brotes de diferentes especies, también ofrecemos hojas silvestres para el consumo gastronómico y, por supuesto , tenemos las flores comestibles".
En sus inicios, todas las plantas y semillas que tenían los hermanos Zamorano las germinaban para tener un producto comestible de tipo gourmet. En ese tiempo solo existían los brotes de soja, pero ellos ya tenían brotes de espárragos y puerros entre otros. Algo que era muy avanzado para la época.
A la mesa
El fundador de Toronjil Cuyano reconoce que en un principio les costó, como en todo emprendimiento jugado y poco convencional. Pero la constancia y la capacitación fueron claves para comenzar a consolidar la idea de este negocio.
Ahora todo es distinto porque los productos se han dado a conocer en las distintas mesas del país.
"Con mi socio (su hermano Alejandro) quisimos irnos a Santiago para explorar este mundo, porque la verdad que acá en la Quinta Región no habían cocineros que utilizaran estos productos. A lo más, solo nos invitaban a ferias gourmet para darnos a conocer y los chef que se acercaban a nosotros decían solo que era bonito. Ese era el comentario, ya que no había mucha información", dijo Sebastián.
Pero para cruzar el río hay que tirarse al agua y sortear esa prueba no es nada fácil, pero ese precisamente fue el desafío uno de los principales impulsores de Toronjil Cuyano para dar el vamos definitivo.
"La primera vez que fuimos a Santiago nos fue pésimo. Ningún restaurante nos dejó mostrar los productos. Pero fue el trabajo duro y la convicción lo que nos hizo pararnos de nuevo", confeso el chef.
Dicen que no hay primera sin segunda y así, la pareja de hermanos tuvo su revancha para dar a conocer y posicionar su producto en este pujante nicho de la permacultura.
"Para la segunda vez que fuimos todo fue diferente. Se acercaron muchos chef, entre los que estaban Francisco Mandiola (elegido tres veces mejor chef de Chile) y Diego Prado (cocinero famoso por usar finas hierbas en sus preparaciones). Francisco nos dijo que este producto solo lo había visto en Estados Unidos y que había estado buscando productos así por todo el mundo, nos preguntaban dónde habíamos estado todo este tiempo", concluyó.