Una leyenda
Pocos aviadores, o ninguno, han tocado literalmente el cielo con un avión. Manfred von Richtofen, conocido como el Barón Rojo, está en esa cúspide de fama que lo consolida a todo nivel, como Al Capone entre gangsters o King Kong entre bestias fantásticas. Independiente de cuánto sepamos de su historia, de su bondad o maldad, estos nombres son casi marcas registradas, leyendas, alguien hasta se atrevería a decir que corresponden a los mejores representantes de semi héroes, cada uno en su mundo.
El Barón Rojo nació un 2 de mayo de 1892 en un pueblo llamado Kleinburg, Silesia, que en ese momento era parte de Alemania. Actualmente la región pertenece a Polonia, casi en su totalidad.
Como parte de una familia aristocrática, obtuvo el título Freiherr, traducido como Señor Libre. Este equivale a 'barón' en el Reino Unido. Muy joven, en 1914, se unió a los representantes de su país en la II Guerra Mundial. En una primera etapa perteneció a los batallones de trincheras y caballería. Fue trasladado a logística, pero desde ahí se unió al cuerpo aéreo de Alemania.
Ya en pleno conflicto, se le atribuyen más de 80 victorias. Aunque la primera de ellas jamás fue incorporada a esta bitácora. Esto, porque en un vuelo de reconocimiento abatió a un avión francés que cayó en territorio enemigo: esta muerte es la que no ha podido jamás confirmarse.
Oficialmente, su primera victoria está registrada en septiembre de 1916. Como conmemoración, pidió una copa de plata con la fecha del disparo. Esta acción fue emulada durante 60 victorias. Sin embargo, no pudo seguir con este festejo porque, como todos los metales, la plata era muy escasa en tiempos bélicos.
El Pour le Mérite Max Azul es el mayor reconocimiento alemán. Y el Barón Rojo lo recibió en octubre de 1916. Un año después justificaba plenamente la condecoración: sólo en un mes (abril) derribó 22 aviones él solo, cuatro de ellos en una mañana. A pesar de esto, se cree que estas victorias eran casi todas mérito de todo un equipo de vuelo. Y que habrían acordado asignárselas a él para infundir terror en el enemigo.
El Fokker Dr.I
Para 1917, von Richtophen era famoso, considerado incluso como el piloto más peligroso del mundo. Era un rockstar del aire. Y consciente de esto, agarró su Fokker Dr.I, un versátil triplano alemán cuyo primer vuelo fue el 5 de julio de 1917, y le pintó las alas de color rojo. Luego de los comentarios positivos de sus escasos amigos, el rojo fue el color hasta del último perno del avión. Esto solo sirvió par consolidar la leyenda. Lo apodaron el Caballero Rojo en un comienzo, el Diablo Rojo después, y hasta se dice que algunos lo llamaban el Pequeño Rojo.
El Barón Rojo fue el siguiente alias, con el que fue y será conocido por todo el mundo, por todo el tiempo. Aunque el Fokker es siempre asociado a von Richtophen, el lo usó muy poco, pues la muerte lo privó de seguir al mando de esté bólido de los cielos.
En julio de 1917, el Barón Rojo sufrió un accidente no menor: recibió una bala en el cráneo. Esto lo dejó hospitalizado por varios meses. Ese tiempo lo aprovechó escribiendo su autobiografía, la que se tituló "El avión rojo de combate". Con ciertos hechos extraídos producto de la censura, el libro fue incluso publicado en el Reino Unido. Cuando estuvo medianamente recuperado, volvió al aire con una vistosa venda en la cabeza.
La mañana del 21 de abril de 1918, el Barón Rojo seguía en vuelo a un piloto francés de nombre Wilfred 'Wop' May. En una pasada a baja altura, una bala en ascenso le habría entrado por el costado bajo del tórax, surcando su cuerpo hacia el pecho, destrozando el hígado, un pulmón, el corazón, la aorta y la vena cava.
No hay certeza acerca de quién sería el soldado que habría ejecutado ese disparo. Hay tres teorías para determinar esa definición, o indefinición: lo más oficial es que un soldado canadiense llamado Roy Brown lo hizo. Aunque también hay voces que aseguran que fue un infante australiano de nombre Williams Evans. ¿La tercera teoría? Esta dice que fue otro soldado, desde una de las cientos de trincheras que había en el campo de batalla. De lo que nadie tiene dudas y que la autopsia se encargó de confirmar es de que el disparo provino de tierra, y no desde el aire.
A pesar de las heridas y de los casi dos litros de sangre perdidos, el Barón Rojo logró aterrizar. Pero falleció antes de que alguien llegara a su lado. Fue enterrado con los más grandes honores para un verdadero héroe de guerra, curiosamente por un escuadrón enemigo que provenía de Australia. Su cuerpo fue llevado a su natal Alemania en 1925, donde se llevó a cabo se segundo funeral.
Barón Rojo y el Rock
La trascendencia y el mito generado tras su muerte ha traspasado fronteras, idiomas y especialidades. Sin ir más lejos, la mejor banda de rock de España lleva su nombre. Más aun: una de sus canciones más emblemáticas también se llama "Barón Rojo". En sus letras destacan versos como "Barón, héroe de cuento/ amo de las nubes, señor del viento/ Barón, vives un sueño, triste y solitario surcando el cielo/ barón, tu triste misión no apagó tu gloria".
Sin embargo, su nombre ha llegado a otros mundos. A la barra brava del equipo de fútbol América de Cali se le llama "La Barón Rojo Sur"; el mejor corredor de fórmula uno de la historia, Michael Schumacher, era apodado "el Barón Rojo"; "El Barón Rojo" es una destacada serie de animé de los '90, remake a su vez de la serie "Super Robot Red Baron", de comienzos de los '70; el grupo de rock Ciro y los Persas compuso una canción llamada "Barón Rojo"; y ni hablar de la cantidad de películas y documentales que su mítico destino ha generado.
en el aire
Manfred von Richtofen pasó a la historia como el más fiero piloto en tiempos de guerra. Su nombre ha dejado huella en la cultura popular.
Por Néstor Flores F.
A un siglo de la muerte del Barón Rojo