Cinthia Matus O.

Con 80 hojas de papel tamaño carta y un tubo de pegamento, los estudiantes de primer año de la Escuela de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad de Valparaíso (UV) se la ingeniaron para construir unos puentes de papel.

La actividad, que está vinculada a la innovación curricular de la escuela, convocó a 120 alumnos que, en grupos de 6, tuvieron que crear las estructuras con un máximo de 10 centímetros de largo, y que fueran capaces de soportar un peso mínimo de 3.5 kilos.

Ayer, en el bandejón central de la avenida Brasil, los estudiantes llegaron con sus respectivos puentes, que antes de ser sometidos a las cargas, fueron pesados para evitar que en su interior tuvieran otros elementos como alambres para hacerlos más resistentes.

Sebastián Belmar, uno de los estudiantes que logró que su puente resistiera hasta unos 16 kilos (repartidos en bolsas de porotos, lentejas, azúcar flor y harina), dijo que para lograr la hazaña, le pidió asesoría a estudiantes de años anteriores.

"Lo he denominado Los Andes por la residencia de una compañera. Lo hicimos en colaboración con estudiantes de la UV de cursos superiores que nos fueron ayudando, diciéndonos algunas ideas para hacerlo", explicó con la creación en sus manos.

Además, confesó que con los compañeros de su grupo habían hecho varios intentos, hasta que lo lograron. "Habíamos hecho muchos intentos erróneos, probábamos el puente (colocándole peso) y no llegábamos a nada. Después de varios días de trabajo lo conseguimos y presentamos este puente", comentó el estudiante.

Aprendizaje

A otros grupos de alumnos no les fue tan bien y sus puentes apenas resistieron un par de kilos. El secreto para triunfar, según Belmar, era que los papeles fueran enrollados bien apretados para que funcionaran como palos.

El profesor Erik Schulze, académico de la asignatura de Introducción de la Escuela de Ingeniería Civil Industrial de la UV, estaba a cargo de la actividad y luego de chequear algunos puentes, dijo: "Este ejercicio está alineado a todo lo que es modelo educativo UV, donde hay innovación curricular y metodología de aprendizajes activas. Desde el punto de vista de las competencias que se quiere desarrollar aspectos como trabajo en equipo, uno de los ejes transversales en el proceso; autoaprendizaje, porque en un principio se les da ciertos indicios, pero ellos tienen que buscar cómo hacer este puente y después las competencias específicas que tienen ver con la parte modelamiento o matemática".

Así, el profesor destacó que lo importante no sólo era lograr el objetivo de que el puente no se cayera con el peso que se le iba colocando encima, sino que desarrollaran otras competencias.

"Buscamos una mejora del proceso anterior mediante una clase magistral donde se les enseñe a los estudiantes sobre la resistencia del puente y de esa forma, hacer una segunda prueba", explicó.

Segunda oportunidad

Si bien la práctica de los Puentes de Papel, que este año va en su tercera versión, otorga calificación 4.0 si los alumnos logran que resista como mínimo 3.5 kilos, siempre brinda una segunda oportunidad y se complementa con una bitácora donde está todo el proceso redactado.

"Se evalúan las competencias de redacción y comunicación, así como también la presentación completa del proyecto. Todo lo anterior, permite finalizar con una evaluación que mide el desarrollo de los alumnos en relación a lo exigido", comentó el profesor Erik Schulze.