"Me acuchillé tres veces el estómago para llegar a urgencias y que me saquen este monstruo, esta masa que me tiene enferma": ese fue el crudo relato que escuchó Nelly Jara, presidenta de la Fundación "Guatita de Delantal", en uno de los primeros encuentros que tuvo con miembros de la naciente entidad que agrupa a personas "de Arica a Magallanes", como ella misma recalca cada vez que puede.
La protagonista de ese brutal acto de autodestrucción es una mujer joven, de no más de 40 años, cuya identidad Jara guarda bajo siete llaves para resguardar sicológicamente a la propia involucrada, que actualmente sigue en tratamiento integral con ellos.
La fundación, que no lleva más de dos años de funcionamiento, con los exiguos recursos económicos que tiene y con el apoyo de profesionales voluntarios ha logrado levantar una sorprendente red de especialistas a lo largo de las distintas regiones del país para la contención y seguimiento de sus miembros. De este modo, sin recibir pago alguno, sicólogos, nutricionistas y kinesiólogos, entre otros profesionales, son parte de esta iniciativa.
Desde su casa en Laguna Verde, Valparaíso, coordina el funcionamiento de toda la fundación, con la ayuda de los representantes de cada región. Por el momento y hasta no obtener recursos para contar con una sede propia, el hogar de Nelly continuará siendo el punto de encuentro y centro de operaciones para las reuniones que se realizan de manera constante entre los encargados de todo el país.
El abdomen caído es un problema que siempre ha existido pero que, a la luz de la creciente población que padece de obesidad en el país, en el último tiempo comenzó a ser un tema que fue puesto sobre la mesa por los propios afectados.
El 2015 comenzó un movimiento que marchó con la idea de visibilizar el problema y que estaba compuesto por mujeres que habían sido madres y quedaron con restos de piel importante en su abdomen y también por personas que bajaron bruscamente de peso y para quienes los colgajos se convirtieron en compañeros indeseables y difíciles de erradicar.
En esos tiempos, la principal demanda del movimiento era que la operación de abdominoplastía fuese incluida en el plan Auge, algo que actualmente se sigue pidiendo.
No obstante, Nelly y un grupo de mujeres se descolgaron del movimiento y formaron la fundación, ya que reconoce que es una meta "muy difícil".
"La salud pública no va invertir 5 millones en una cirugía de abdominoplastía si también hay otras necesidades más urgentes, donde hay peligro de muerte directamente", reconoce.
Además, a eso habría que sumar las horas cama que eso conllevaría. Ante esa disyuntiva es que apareció la fundación para, a través de donaciones y actividades para reunir dinero, las personas inscritas en ésta puedan acceder a una cirugía sin costo.
Cirugía, la opción
Siempre se ha visto al ejercicio abdominal como la forma de apretar y fortalecer esa zona del cuerpo. Hasta cierto punto eso es así, pero hay ocasiones en que, por más que las personas pasen largas horas ejercitándose, no lograrán eliminar la "guatita de delantal".
Cuando existe un excedente de grasa, que se llama lipodistrofia, "habitualmente con ejercicio baja", indica el cirujano plástico de la clínica Bupa Reñaca, Gonzalo Gómez. Aquello, sin embargo, cambia cuando la piel se estira de manera excesiva, ya sea en el embarazo o cuando la persona tiene obesidad.
"Esa piel es muy difícil que vuelva a su estado original porque las fibras de colágeno tienen un cierto grado de elasticidad, después de eso prácticamente ya quedan con flacidez cutánea", detalla el facultativo.
En el caso de los pacientes que quedan con abdomen caído por perder abruptamente peso, ya sea después de una cirugía bariátrica o por dieta, señala Gómez: "Cuando han bajado más de 15 a 20 kilos, prácticamente en el 100% de los casos queda con abdomen de delantal y éste va desde que cubre el monte de venus y después pasa a cubrir los genitales, de ahí cubre los muslos e incluso puede llegar hasta más abajo, hasta casi la rodilla en los casos más extremos".
Si se trata de mujeres que han sido madres, el problema ocurre cuando en el embarazo suben más de 15 kilos. En esos casos, y sobre todo a partir del tercer embarazo, "esa piel prácticamente no se retrae nada (...) La piel se va estirando sobre lo que ya fue estirado y, entonces, se produce un fenómeno de expansión (...) y la forma de corregir es una abdominoplastía", señala.
Cuando se ha hecho la operación, los cuidados que deben seguir, indica Gómez, incluyen el uso de fajas, entre otras medidas
La mente, esencial
Mientras revisa detalladamente las fichas de las pacientes de la fundación, Nelly comenta que dentro de todo el grupo médico voluntario con que cuentan, el rol del área sicológica es fundamental. De hecho, los profesionales de esa área son los que dan el visto bueno para las operaciones.
Miembros -mujeres y hombres- que han intentado suicidarse por la baja autoestima que tienen no son infrecuentes. Tampoco lo son quienes no logran encontrar trabajo por su abdomen o aquellos que sufren de violencia intrafamiliar.
De hecho, Nelly recuerda con voz quebrada cuando una de las integrantes de la fundación le confesó: "Mi marido me dijo en la cama que estaba hedionda y fea".
"Yo ahí me dije que tenía que hacer algo por ella", señala.
En esos casos tan complejos, cuando la autoestima está por el suelo, el trabajo emocional es esencial. Una persona no puede ser operada si está frágil sicológicamente, ya que la operación corre el riesgo de no ser exitosa.
Sandra Delgado, jefa del Departamento de Sicología de la Fundación "Guatita de Delantal", comenta que "hay que hacer una evaluación porque hay que tener claro que no todas las personas están en el proceso tal cual como nosotros queremos para hacer una cirugía. Por ejemplo, se le puede hacer una cirugía a una persona, pero si mentalmente no genera un cambio de estilo de vida, lo más probable es que esa cirugía sea fallida".
La profesional agrega que frente a alguien que busca someterse a una cirugía, lo principal que observar a la hora de dar el visto bueno para la intervención es si la persona realmente quiere trabajar por su cuerpo.
En ese sentido, Delgado indica que "una persona que no se esfuerza ni un poco haciendo dieta, no hace ni un poco de ejercicio, no va a las reuniones, no califica (...) Tiene que ver con la motivación, con lo que vamos viendo todos los profesionales que estamos trabajando con esa persona".
Apenas la persona ingresa a la fundación, los profesionales la someten a un proceso de educación y sicoeducación. En ese aspecto, la sicóloga comenta: "Yo hago talleres que tienen que ver con el tema de autoestima porque la mayoría de estas personas son retraídas, o han pasado por situaciones complicadas, de violencia. También trabajamos la violencia porque muchas de las mujeres han tenido violencia doméstica en sus vidas y son cosas que van acumulándose. Muchos me dicen que se sienten tristes y lo que hacen para sobrellevar esto es comer".
Tras la operación, el apoyo con el paciente sigue al menos por un año, durante el cual asisten a reuniones masivas con miembros de la fundación y se entrega además contención sicológica para garantizar el éxito de la intervención quirúrgica.
Esperando
Actualmente, comenta Nelly, están a la espera de que la fundación reciba oficialmente el proyecto que en enero de este año les fue aprobado por el Consejo Regional de Valparaíso para operar a 165 miembros de la V Región. Esto considera cirugías de abdominoplastía y bariátricas, y además incluirá recursos para adquirir una van con la que puedan trasladar a los pacientes que viven en zonas apartadas. Tenía que empezar a a ejecutarse en marzo, cuenta, "pero por el tema de vacaciones en el Consejo y cambio de Gobierno se ha retrasado".
Ahora Nelly sólo aguarda que los recursos lleguen pronto, para continuar devolviendo la vida a quienes han sido postergados por el rechazo de los demás y , lo que es peor, el desprecio a sí mismos.
NELLY JARA.
Se sienten mirados con desprecio en la calle y, en
muchas ocasiones, son rechazados incluso por su
entorno cercano. Aquello lleva a que las personas que
tienen colgajos de piel en su abdomen "incluso piensen
en suicidarse", comenta Nelly Jara, presidente de la
Fundación "Guatita de Delantal".