Claudio Morales Salinas - La Estrella de Quillota-Petorca

Empezó a todo dar el presente campeonato marcando cuatro goles en las primeras tres fechas disputadas, y pese a que desde ahí en adelante no ha podido volver a festejar, Brian Fernández sigue siendo el jugador distinto que tiene Unión La Calera. Es que el ex delantero de Racing es la joyita que trajeron los dueños argentinos del club, y de lo cual ufanan cada vez que pueden.

Muchos se preguntan cómo esta promesa del fútbol trasandino terminó de refuerzo en los caleranos recién ascendidos, aunque los errores de juventud de Brian seguro que tienen mucho que ver en que "La Academia" no lo haya reincorporado a sus filas, y en que ningún otro equipo de más alcurnia se haya interesado en sus servicios, pese a que se había especulado en la pretemporada que Universidad Católica lo tenía entre sus planes.

Todo se alineó entonces para que el equipo de Víctor Rivero disfrute de un jugador de talento superior, tanto, que su ausencia se notó ante los cruzados y Curicó, justo los partidos en que el argentino no jugo, y en los cuales los rojos se generaron escasas oportunidades de gol. Lo bueno para el conjunto calerano es que dejó -en los goles- de ser 'Brian-dependiente', a la luz de los dos últimos triunfos, en que fueron otros los encargados en reflejar en las mallas rivales un nivel de juego ascendente.

Más allá del gol

Pero Brian Fernández no deja de ser el hombre del ataque calerano que más preocupa a los ajenos y que más ilusiona a los propios. Si bien no anotó, ante Everton el resultado favorable para la visita no se hubiera dado sin que el ariete que pasó por el fútbol francés despejara la maniobra de la apertura de la cuenta con un pase entre líneas de notable precisión. Y tampoco Mariano Barbieri hubiera debutado en las redes con un doble festejo, si Brian no hubiera rematado a puerta tras sacarse de encima a varios defensas evertonianos en lo que fue el 2-0.

El "10" calerano igual se desespera por momentos buscando incansable su gol. Se ganó una tarjeta amarilla, regaló toques de primera y probó con un tiro libre. Pero si bien no se reencontró con el arco, Fernández se demostró a sí mismo que, sin convertir, igual desequilibra; más cuando entiende que siendo colectivo aporta, y mucho. Si hasta le sirvió otro gol a Fernando Saavedra, que no llegó a ser el cuarto solo porque lo evitó de muy buena forma el arquero viñamarino.