Hincha wanderino vivió una pesadilla entrando al estadio
El personal de ingreso encontró que no se parecía a la foto de su carnet y fue llevado a un retén.
Nicolás Arancibia Bórquez
El joven Jorge González, de 15 años, llegó junto a su familia hasta las inmediaciones del estadio Elías Figueroa Brander, para ingresar por primera vez en su vida al coloso de Playa Ancha y así alentar en vivo al Decano. Dicha jornada, sin duda que quedará por siempre en su recuerdo, aunque lamentablemente será por temas alejados a la pelota de fútbol.
"Lo llevé por primera vez al estadio, él iba a entrar con el carnet de socio de mi papá, que es transferible, y en el acceso a Galería Norte, las personas que validan el carnet de identidad, de la empresa Mundoacceso, le quitaron su carnet, diciendo que no era de él, que la foto de la cédula no correspondía a su cara. Ahí llegó la encargada de la empresa, traté de hablar con ella, pero no me escuchó", relata Camila González, hermana del afectado, quien contó además que su hermano sacó su cédula cuando tenía 13 años, y que por temas biológicos, obviamente sus rasgos faciales han cambiado un poco.
Lamentablemente el mal rato no se quedó ahí, ya que según nos confesó Camila, la persona de la empresa encargada de la validación de ingreso, le dijo que "yo soy la jefa, yo dejo entrar a quien quiero", para posteriormente llamar a un Carabinero de Fuerzas Especiales, cuyo personal sin ningún tipo de explicación, se llevó a Jorge hasta el retén móvil para hacerle un control de identidad.
"El actuar de ellos también fue malo, porque en ningún momento se nos dijo por qué lo habían subido, por qué lo tenían ahí, después llegó mi papá, que intentó hablar con otro carabinero, porque el que había subido a mi hermano ya había entrado al estadio, y él en ningún momento dio razones. Así estuvimos hasta que yo pude encontrar a un Mayor que se encontraba ahí, le expliqué, me escuchó y accedió ayudarme. Gracias a él sacaron a mi hermano, porque nos habían amenazado de que si seguíamos insistiendo, se lo iban a llevar a la unidad y lo iban a tener ocho horas ahí", nos indicó la joven de 21 años, quien confirmó que si bien luego pudieron hacer todos ingreso al estadio, eso sí, cuando el partido ya llevaba cerca de 20 minutos de juego.
Finalmente, Camila confirmó que como familia ya se acercaron hasta Mario Oyer, presidente de la Corporación Santiago Waderers, para que los pueda ayudar con el fin de que estas acciones no se vuelvan a repetir a futuro, contándonos que "él (Mario Oyer) me dijo que esto era algo que sucedía en cada partido, y que iban a tratar de hacer algo para mejorar la experiencia de ir al estadio, porque no puede ser que cada partido haya problemas con Carabineros y la gente de los accesos".
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