Marte pero en La Tierra: los ojos científicos puestos en el desierto
Por sus características extremas y únicas, el Desierto de Atacama se ha convertido en un verdadero laboratorio para probar equipos capaces de detectar vida, lo que entrega esperanzas de "descubrir" el planeta rojo.
Desde los tiempos antiguos, antes que la historia fuese conocida como tal, el hombre se sintió atraído por los astros, el Espacio. Y más concretamente, en nuestro Sistema Solar es Marte el planeta que más llama la atención.
Avistado de manera oficial por primera vez en telescopio en 1610 por Galileo Galilei -aunque muchos siglos antes ya los egipcios, chinos, babilonios y griegos conocían de su existencia y su movimiento- Marte es un mundo que siempre ha atraído en demasía a la comunidad científica, convirtiéndolo en el candidato número uno para en el futuro iniciar la eventual colonización del Espacio.
Aunque depende de los movimientos de ambos planetas, la distancia de La Tierra a Marte llega a los 225 millones de kilómetros, aunque en 2003 fue de sólo casi 56 millones de km.
Lo más llamativo son los paisajes marcianos, cañones, quebradas, desiertos, una geografía que sería muy similar a la vista en un sitio específico en La Tierra.
Por sus características extremas, el Desierto de Atacama en la Región de Antofagasta es un lugar único y que los científicos de todo el mundo han escogido para teorizar sobre cómo sería posible la vida microbiana en el ambiente marciano.
Uno de estos estudios tiene fecha reciente. En febrero y marzo pasado, alrededor de 30 científicos de distintos países o universidades extranjeras, dirigidas por la Nasa y entre las cuales también participó la Universidad de Antofagasta, montaron un campamento para efectuar pruebas en la zona.
Ubicado a 90 kilómetros al suroeste de Antofagasta se encuentra el Salar de Yungay, en las cercanías de Taltal. Dicha zona se ha convertido en un verdadero laboratorio astronómico.
Y es que la alta radiación solar, las oscilaciones térmicas, aridez y sequedad, permiten estudiar a los microorganismos que son capaces de resistir estas condiciones extremas (extromófilas), algo que podría ocurrir de la misma o similar forma en el cuarto planeta del Sistema Solar.
Durante el tiempo en que se mantuvo el campamento en Yungay, los científicos del proyecto Atacama Rover Astrobiology Drilling Studies (ARADS y por su traducción "Estudios de Astrobiología en Atacama con Rover Perforador") estuvieron realizando muestras en el suelo del desierto, a través del vehículo Rover K-REX2.
Este dispositivo de alta tecnología es capaz de cavar hasta dos metros y de acuerdo con lo explicado por el director del programa y también integrante de Nasa, Bryan Glass, el equipo utiliza instrumentos muy sensibles para la detección de la vida, dada la baja proporción de microorganismos presentes en el árido suelo del desierto.
"La Nasa ha realizado pruebas en este sector del desierto desde la década del 90, y vamos a continuar hasta que todo el instrumental de las futuras exploraciones a Marte sea probado", señaló el científico.
La Universidad de Antofagasta ha trabajado en el apoyo de este proyecto, de la mano del doctor Luis Cáceres, del Departamento de Ingeniería Química y Procesos Minerales, de dicha casa de estudios.
Cáceres estuvo en la zona donde se concentró el trabajo durante dos semanas. "Esto se generó hace mucho tiempo y porque el ambiente geográfico, como de calidad de suelo, es lo más parecido que se ha encontrado a Marte en La Tierra. Uno de los aspectos fundamentales es la escasez de vida que hay en el suelo y la esterilidad. Con esas características resulta muy útil probar todos los instrumentos para la detección de la vida en condiciones límites", señaló.
Proyectos
Debido a dichas condiciones, Luis Cáceres explicó que se han efectuado varios proyectos en la zona: "Un primer fue relacionado con la química, el comportamiento químico y la existencia de microorganismos en el Desierto de Atacama y ahora el nuevo proyecto, se estudia sistemas automatizados (en este caso en robótica) para la recolección y análisis del suelo y la validación de esos análisis", proceso en el cual estuvieron trabajando durante dos semanas.
En cuanto a lo que fueron los días, Cáceres dijo que fue "un trabajo muy intenso porque estaban contra el tiempo, había muchas que hacer, se trabajó de lunes a domingo y con jornadas intensas de casi 15 horas al día, no libre de cosas inesperadas".
En una primera instancia, las pruebas consistieron en el sobrevuelo de un drone por la zona de Yungay, como una forma de emular la exploración mediante satélite en la órbita del planeta rojo.
Luego se enviaron estas imágenes para determinar el punto exacto en dónde se debían tomar las muestras de suelo, para así lograr detectar indicios de vida tanto sobre, como bajo la superficie.
Este proyecto se extenderá hasta el próximo año y respecto a eso, el doctor Cáceres agregó que "en la nueva campaña de 2019 que es más o menos lo mismo, pero comandado no desde acá, ya que se comandó el Rover desde una plataforma de comando que se instalaron acá in situ. Pero la plataforma de comando estará ahora en Estados Unidos desde el Ames Search Center, en California. Se traerá el Rover y los investigadores como testigos y otros para hacer análisis, pero todos los comandos se harán desde fuera".
Pero éste no es el único proyecto que se desarrolla en el Desierto de Atacama. Científicos de la Unión Europea y en conjunto con instituciones científicas de América del Norte y América del Sur, trabajan en el "Dry Limit of Life Project", en el que la la UA también colabora a través del Laboratorio de Microorganismos Extremófilos, que dirige el doctor Pedro Zamorano.
Por parte de la casa de estudios son parte además los científicos Francisco Solís y Bernardita Valenzuela, quienes han colaborado a través de campañas de muestreo montaje experimental, toma de muestras para análisis y otras tareas.
Respecto a este proyecto, la doctora Valenzuela señaló al portal prensaua.cl, que "esta información científica entregará los pilares para estudios de astrobiología, en especial para las posibilidades de vida en Marte. Además de entregar información importante de las adaptaciones de los microorganismos a los ambientes donde el agua está en baja disponibilidad.
Los resultados demuestran que existen microorganismos que viven en condiciones de extrema sequía y que están esperando por agua para reactivarse, lo que constituye una esperanza para la búsqueda de vida en Marte".