Una leve molestia en la cara, que a medida que pasan las horas se va acrecentando, es el preámbulo de la aparición de uno de esos indeseables granitos que la mayoría tuvo por primera vez con la llegada de la pubertad. Pero, esas expectativas de que sólo dejar aquella etapa de la vida bastaría para no volver a sufrir con el acné, se esfuman porque éste puede aparecer debido a múltiples causas y en cualquier momento de la vida.
Tipos
¿y el sol?
Tratamiento
de adolescentes
Desde el nacimiento hasta el último día de nuestras vidas puede hacer su indeseable aparición. En ello influyen factores hormonales, consumo de medicamentos, el estrés y hasta el maquillaje o crema que usa a diario.
Mirian Mondaca Herrera
salud@estrellavalpo.cl
El acné se produce cuando los folículos pilosos que se encuentran bajo la piel se tapan. La mayor parte de las espinillas o puntos negros aparecen en el rostro, el cuello, la espalda, el pecho y los hombros.
multifactorial
No existe una causa única para que se desarrolle esta enfermedad, ya que "estas van siendo diferentes de acuerdo a la edad", indica José Miguel Jorquera, dermatólogo y docente de la Universidad Andrés Bello. De hecho, aunque nos parezca extraño que un bebé lo tenga, ya que su piel es joven y no estaría expuesta a múltiples factores externos como el caso de los adultos, desde el mismo instante del nacimiento pueden ser visibles esos indeseables granos.
Aquella patología se denomina acné neonatal e, indica el médico, "ocurre habitualmente por el traspaso de hormonas maternas al niño y se va pasando con el tiempo (...) son esos niños que nacen con espinillitas y muchas veces los papás le echan cosas sin saber de qué se trata (...) lo más importante es tranquilizar a los padres porque creen que se va a hacer crónico y no es así porque se va a pasar porque el niño va a ir eliminando las hormonas".
Los adolescentes son un caso aparte, ya que es el grupo etario que más sufre de este problema de salud e incluso, de acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a cerca del 80% de la población en esta etapa de la vida. Acá el acné habitualmente es una manifestación secundaria a los cambios hormonales que van ocurriendo. Esto podría verse empeorado porque "hay una población bacteriana o mal aseo y una alteración que se llama queratinización de la piel", detalla el profesional.
Ya en la etapa adulta el acné puede aparecer por variadas causas, tanto de origen orgánico como por factores externos. En las mujeres ocurre con frecuencia durante distintas etapas de su vida como consecuencia de los cambios hormonales, siendo el peak de estos cuando se acerca los días de la menstruación, en el embarazo o cuando aparece la menopausia.
La intensidad del acné dependerá del estado en que se encuentre la piel de ellas durante estos períodos. En las mujeres también el uso de productos cosméticos como cremas o maquillaje inadecuados o que no se ajustan a su tipo de piel es otro factor importante. Sin embargo, con la mayor preocupación que existe actualmente entre la población masculina por su aspecto físico y el crecimiento en el uso de cremas o lociones, en los hombres también este es una variable a considerar en ellos.
Dentro de esta lista de los principales factores que ocasionan acné en la etapa adulta se ubica la ingesta de fármacos y, generalmente, antidepresivos o antisicóticos son los responsables. "Muchos de estos fármacos que tienen relación con los trastornos emocionales producen como fenómeno un acné secundario, que es un poco diferente al habitual, pero que también se da con mucha frecuencia", indica el médico. Pero, además, indica que hay que poner ojo al excesivo uso de corticoides, porque de ser una aparente solución puede pasara ser un problema: "a veces ves a la persona llena de granitos y es por el abuso de las cremas, como betametasona y, en general, todas esas que terminan en 'sona'".
El estrés es un factor que no se puede dejar de considerar, porque si bien no lo produce, sí potencia su aparición. Jorquera recalca que "lo gatilla muy severamente, porque si estás estresado lo que te baja es la inmunidad y si hay un trastorno que baja la inmunidad, aparecen más lesiones".
Las personas cuyos padres tienen o tuvieron acné durante su adolescencia también debiesen tener mayor precaución, asegura. "Si tiene antecedentes genéticos uno tiene que estar más atento, sobre todo, si tuvo un acné severo para que el niño no quede con problemas de cicatrices en la cara".
La clasificación actual del acné indica que existen dos tipos: el no inflamatorio y el inflamatorio. En el primer grupo se sitúan los comedones (puntos blancos o negros). Básicamente, son una combinación de sebo y células muertas que se acumulan en los poros obstruidos. Cuando los puntos blancos entran en contacto con el aire, se oxidan y se vuelven negros.
En el segundo grupo de los inflamatorios, están las pápulas (protuberancias pequeñas, rojizas y sensibles al tacto, que cuando son infectadas por bacterias, pueden formar espinillas); las pústulas (pápulas infectadas que presentan pus en sus puntas y que pueden aparecer en la piel como protuberancias hinchadas de color rojo, y puntas blancas o amarillas); los nódulos (protuberancias sólidas y dolorosas debajo de la superficie de la piel que ocurren cuando las bacterias entran en los poros tapados de las espinillas y estos se infectan) y las erosiones císticas (protuberancias rojas, dolorosas y llenas de pus debajo de la superficie de la piel que, a diferencia de los nódulos, se sienten al tacto como bolsitas llenas de líquido).
El efecto del astro rey en la piel con acné aún genera controversia, ya que tiene un doble efecto. Cuando alguien se expone a los rayos de este se produce un efecto que hace que esos desagradables granitos disminuyan, mejorando notablemente el aspecto de zonas como rostro, pecho y espalda, que suelen ser las más afectadas por esta enfermedad.
Lo que ocurre acá es que el sol descompone y evapora la grasa, aumenta la descamación local y tiene un efecto anti inflamatorio y anti bacteriano, además de camuflar temporalmente las marcas. Sin embargo, a largo plazo, este aparente remedio milagroso puede generar un efecto contrario, intensificando el cuadro, advierte Salvador Villablanca, dermatólogo de clínica Ciudad del Mar.
En este sentido, Villablanca advierte que, "una exposición solar excesiva estimula la producción de sebo y esto conlleva a un empeoramiento del acné en las semanas posteriores, generando un efecto rebote".
Por su parte, Jorquera comparte la existencia de este dual efecto del sol y acota que "habitualmente cuando se inicia la temporada de verano se produce un acné que se denomina estival". Para el profesional, el efecto que tenga el sol dependerá de cada persona: "El verano es un buen tratamiento, pero en algunos (pacientes) no".
Como el acné puede ser ocasionado por múltiples factores, el tratamiento que se tome dependerá de qué lo esté provocando. Un aspecto importante de considerar, recalca el doctor Jorquera, es que no dejarse llevar por productos que son comercializados como la panacea para acabar con el acné, porque tratamientos milagrosos no hay, ya que frecuentemente el período que se tenga que destinar a atacar esta patología será de meses e, incluso, años.
"Se debe siempre consultar con un dermatólogo porque no todos los tratamientos sirven para todos (...) Hay una cuestión popular que la gente ve en estos productos que aparecen en la propaganda para los adolescentes y creen que con echarse una cremita se le va a pasar de la noche a la mañana, eso no es así. Uno tiene que ir a las causas", indica el profesional, quien agrega que si bien estos productos ayudan a disimular o aminorar las lesiones en la piel, no las curan.
A groso modo, el tratamiento contra el acné tiene que ir dirigido a la disminuir de la actividad de las glándulas sebáceas, corregir la forma alterada de la queratinización folicular, reducir la población de agentes bacterianos y producir un efecto antinflamatorio.
Junto a eso, Jorquera indica que hay que sumar una dieta equilibrada. Esto es "comer vegetales, frutas y evitando los excesos en comidas grasas. Por ejemplo, si tienes ganas de comer chocolate hazlo, pero no te comas la barrita entera (...) también tomar por lo menos dos litros de agua al día", recomienda Jorquera.