Estar en medio de una situación tan extrema como un funeral o en la sala de espera de un hospital y que, de pronto, aparezca una sensación de excitación sexual... pocas cosas son tan incómodas como esa, pero alrededor del mundo se han reportado, sobre todo en la última década, casos de personas a las que esta situación les ha ocurrido y, lo que es peor, sin querer sentirlo. Esa es una señal latente del síndrome de excitación sexual permanente (o persistente, como también se le conoce).
En rigor, este problema se desencadena porque ocurre una excitación genital que se da de un momento a otro, que además se mantiene y que puede estar o no acompañada de orgasmos. Si el campo de la sexualidad ha sido poco estudiado, esta patología lo ha sido menos aun. De hecho, "no hay un acuerdo ni de la comunidad médica ni siquiátrica ni científica, respecto de que eso exista", indica Alejandro Fernández, sicólogo y docente de la Universidad de Valparaíso. Es decir, no se ha descrito del todo, y por ello, sigue en la nebulosa su origen.
Posibles lesiones
Fernández comenta que, aunque no se tienen claras las causas de este problema, sí se han sugerido respuestas que parten desde el ámbito físico al emocional. "Se ha apreciado que existen algunas condiciones médicas que sí pueden generar este resultado, como por ejemplo, hay un síndrome neurológico que resulta de la lesión de ambos hemisferios cerebrales en la zona temporal y que, en ciertos casos, puede resultar en un deseo sexual incontrolable", acota el profesional.
El sicólogo añade que "hay una respuesta sexual humana que se considera normal, que involucra una etapa de deseo, una de excitación, una de meseta y una etapa de resolución (...) Típicamente, después de este período no hay excitación sexual. En caso de la excitación sexual permanente, esa resolución no existiría, no desaparece el deseo sexual. El o la sujeto tiene un orgasmo y el deseo persiste".
Cómo abordarlo
Si el camino para comprender este problemas apenas ha comenzado en la comunidad científica y médica, con mayor razón es un problema ante el cual la población en general tiene grandes interrogantes y también temores y prejuicios. Fernández indica que lo primero que se debe hacer es que, si se cree estar frente a un problema así, se debe asumir que éste existe. El reconocer que se tiene un inconveniente es el primer paso para enfrentarlo.
Después de que se ha reconocido el problema, el profesional señala que se debe acudir a un especialista, porque se debe descartar cualquier tipo de lesión o condición médica. En ese sentido, acota que "ojalá sea un neurólogo o un médico general, para que haga las pruebas físicas y si no encuentra nada, esta persona sea derivada a un siquiatra".
Por otra parte, existen algunos fármacos que ayudan a bajar la excitación sexual y que pueden ser recetados. No obstante, es enfático en señalar que "si efectivamente existe esto y no se debe a una causa médica, eso no podemos tratarlo únicamente con pastillas. Lo principal sería buscar el por qué y ayudar al sujeto a encontrar estrategias conductuales para evitarlo", finaliza Fernández.
Es una patología que genera una serie de problemas a
quienes lo presentan, ya que la sensación permanece y
puede aparecer en cualquier momento del día o en alguna situación inoportuna.
Mirian Mondaca Herrera
salud@estrellavalpo.cl