Tener escapes involuntarios de orina o inconvenientes durante las relaciones sexuales son algunos de los problemas más recurrentes de quienes tienen un debilitamiento del suelo pélvico. Aunque puede afectar tanto a hombres como mujeres, ellas tienen esa latente posibilidad por el solo hecho de dar a luz.
Por ello, es importante saber que desde jóvenes la prevención es la clave para ahorrarse molestos problemas a futuro. En el caso de las embarazadas, es fundamental llevar un buen control del proceso de gestación, donde el profesional médico podrá evaluar la evolución de la mujer en este periodo.
En este caso y también cuando la mujer no está encinta, los procedimientos a seguir dependerán de la evaluación que el profesional tratante haga de la paciente. Por ende, no se puede dar una receta mágica de qué tipo de ejercicios y con cuánta periodicidad es lo adecuado.
Conciencia del cuerpo
La kinesióloga especialista en suelo pélvico del hospital Gustavo Fricke de Viña, Nicole Le Roy, sostiene que el asesoramiento de un profesional es importante debido a que, en general, las personas no conocen las estructuras pélvicas y cómo funcionan.
"Por más que hagan ejercicios que ven, por ejemplo, en internet, si no se hacen correctamente no va a haber cambios, porque entonces ¿cómo vas a saber si los estás haciendo bien?", indica Le Roy. La persona tiene que tener conciencia del músculo que tiene que contraer.
En este trabajo preventivo y también de manejo es necesario manejar hábitos y generar una rutina para orinar y defecar. Asimismo, existe la gimnasia abdominal hipopresiva, que engloba una serie de técnicas, mediante diferentes posturas y movimientos. Ésta funciona mediante una contracción del diafragma en espiración (apnea espiratoria), con lo que se consigue hacer un efecto de succión de los órganos. Este manejo también debe ser guiado por un profesional.
Con este tratamiento, al alcanzar un mayor tono muscular se consigue que la mujer puede controlar de una manera mas rápida y efectiva su control urinario. También se disminuye la posibilidad de pérdidas y otros problemas derivados, como infecciones urinarias repetitivas.
Por otra parte, la musculatura del suelo pélvico esta íntimamente relacionada con la función sexual, tanto en el caso de los hombres como de las mujeres.
Aunque, por la complejidad del aparato genito-urinario femenino, los beneficios son más evidentes en la mujer, la realización mantenida en el tiempo también pueden tener efectos positivos en la función sexual de los varones.
Kegel
En los últimos años han adquirido gran popularidad los ejercicios de kegel para fortalecer el suelo pélvico. Éstos, recalca la kinesióloga, "son sólo una parte más del conjunto de ejercicios que ayudan a la rehabilitación del piso pélvico", por lo tanto, no son la panacea.
A través de ellos, "al soltar y apretar la vagina se produce una activación muscular y al haber activación se mejora la continencia", detalla la profesional.
Si bien no hay una receta mágica respecto a con cuánta periodicidad se debe realizar estos ejercicios, luego de ser evaluada e instruida por un profesional, en general se recomienda hacerlos tres veces al día con contracciones de 5 a 10 minutos. Originalmente en la consulta, al hacer evaluación pélvica, le pedirán a la usuaria que contraiga para determinar si efectivamente está entendiendo el ejercicio que debe hacer.
El embarazo, el implacable paso del tiempo o alguna enfermedad pueden llevar a que los músculos de esa zona se debiliten. En el caso de las embarazadas, es fundamental llevar un buen control del proceso de gestación, donde el profesional médico podrá evaluar la evolución de la mujer en este proceso.
Mirian Mondaca Herrera
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