Guillermo Ávila N.

Aprincipios del 2012, el municipio porteño determinó una curiosa fusión: mezclar la Escuela Japón con la escuela Naciones Unidas, ambas del Cerro Playa Ancha. Sin embargo, una caída libre respecto a las matrículas que, por ejemplo, en 2011 registraron sólo 123 estudiantes, junto con los magros resultados obtenidos en las pruebas Simce, gatilló la lápida definitiva para la querida Escuela Japón.

En el intertanto, al interior de sus ahora fantasmagóricas estructuras, que abarcan una cuadra y tiene un edificio nuevo con tres pabellones, se cobijó un canil para animalitos que zafaron al mega incendio del 2014. Luego, la especulación: ¿destino para los mormones, retén de Carabineros o laboratorio?

Víctor Toro, de 61 años, mece entre sus brazos a su nieto Alonso. Viven aquí, en el segundo sector de Playa Ancha, (cerca de la calle José Serey), donde se ubica la Escuela Japón. Toro resalta la buena enseñanza que acá recibió como estudiante: "Antes era la mejor escuela: había excelentes profesores, como los Villegas". Tras mirar la edificación, su análisis: "Sería bueno que hagan algo aquí; esto lleva muchos años de abandono".

A unos pasos, Jaime Alonso añade que también se graduó de octavo básico, hace más de 40 años. Estudiar acá implicaba ser parte de mil alumnos, dice. Alonso recuerda y destaca un nombre por sobre todos: la primera directora del establecimiento, la señora Iris Escobar: "Cuando no teníamos zapatos, ella nos buscaba, puerta por puerta: nos ponía zapatos para así ir a estudiar".

Víctor Toro y Jaime Alonso concuerdan, aparte de que ex jugadores wanderinos salieron de estas aulas (mencionan a los hermanos Galindo, Manuel Ulloa y Adrián Cuadra), en la importancia de recuperar este entorno. "Para toda la comunidad", lanzan con premura.

Gestiones

Al respecto, Ana Pacheco, dirigente de la Unidad Vecinal 43 de Playa Ancha, manifiesta que ya hicieron las gestiones con la municipalidad para recuperar esta escuela. "Educar a través de la salud. Esto con un laboratorio clínico y con trabajo con la comunidad", dice.

A lo que se refiere Ana es a un laboratorio clínico y de atención dental que abarcaría todo Playa Ancha. "Iniciativa novedosa que nos motiva para poder trabajar con toda la comunidad", señala. Y complementa expectante: "La Escuela Japón está cerrada desde el 2012. Nos cerraron por falta de alumnos. Tuvimos varias iniciativas para poder recuperarla, pero no fue posible ya que no teníamos cómo sustentar el establecimiento". Su anhelo hoy: "Reconstruir y ocupar de nuevo el colegio: hacer un laboratorio clínico y atención dental".

Pero hay una piedra de tope, acota Ana Pacheco: "El intendente, que prometió este espacio a un grupo minoritario de una iglesia, en donde nosotros no hemos sido escuchados ni tomados en cuenta", asegura. Y agrega: "Hemos sabido por terceros que el colegio será ocupado para esta entidad de una iglesia y sería como museo. Sentimos que eso es para un grupo minoritario", puntualiza.

Municipio

Al respecto, Alejandro Escobar, director Salud Corporación Municipal Valparaíso, afirma que efectivamente buscan resignificar ese lugar: recuperar espacio público comunitario en una ciudad de poco terreno e infraestructura disponible. "Vemos una oportunidad importante para hacerlo ahí", alude.

Escobar incluso apunta más allá: "El proyecto consta de cuatro iniciativas, entre las que se encuentra, por ejemplo, realizar actividades con terapias alternativas complementarias y crear ahí un centro relacionado con esto (laboratorio clínico)".

Todo, de acuerdo a la autoridad municipal, inspirado en un concepto distinto del producir salud con las comunidades. "Involucrar a los vecinos y vecinas desde el principio, con encuentros con la comunidad para hacerlos parte en las iniciativas", acota el director de salud municipal para quien la recepción de vecinos ha sido muy positiva: "Hacemos una propuesta no sólo de beneficio para el entorno del sector en Playa Ancha, sino que para Valparaíso en su conjunto".