Pilar: la Diablita viñamarina que se abre camino
Es la única seleccionada que vive en la Ciudad Jardín, donde estudia Odontología. Acá relata el camino a la Roja.
Pilar Zapico es muestra tangible que con trabajo y constancia el éxito se puede lograr, incluso en un deporte tan complicado como el hockey, y más aún cuando en paralelo estudia Odontología.
Para Pilar el hockey no es algo nuevo. Lo practica desde el colegio y ha ido avanzando en un camino que hoy la tiene instalada en la selección nacional de la disciplina, ella es la única Diablita que vive en Viña, motivo de orgullo y también responsabilidad para seguir trabajando.
"Me encanta el hockey porque juegas en equipo", relata la joven. Pilar viste la Roja hace 9 años, cuando ingresó a la sub14. Por esos días cursaba séptimo básico y había fichado por el club Smog, el único equipo en la región que compite en primera división, lo que le permitió obtener varios triunfos. "Lo pasé muy bien jugando, ganamos muchos torneos, pero ahora recién ingresé a adulto en el club que ganamos la Copa de Plata", reflexiona.
Pilar conoce el césped con detalle. Hasta los 12 años jugó de delantera y fue en Smog al mando de Patricio Bofill que se posicionó de defensa al igual que por las Diablitas hasta que pasó a la categoría sub18, donde los entrenadores Alfredo Castro y Sergio Vigil decidieron posicionarla de volante central, de 5.
Al extranjero
Pilar también ha sido protagonista de triunfos internacionales. Cuenta que hasta antes de 2016 la categoría a la que pertenecía, la "Junior", solo había disputado campeonatos como el Torneo Mendocino en Argentina, pero las Diablitas se entrenaron por dos años seguidos para competir en el Panamericano Junior en Trinidad y Tobago, obteniendo el bronce tras vencer 3 a 0 a Canadá. A ese rival ya lo había enfrentado en 2015 en un amistoso.
Esa experiencia con las Diablitas Pilar la describe como algo muy distinto a los torneos que había disputado antes. "Uno nunca pensaría ir a países como esos si no hubiera sido por el panamericano. Era muy lindo, los días que teníamos libres íbamos a la playa, hacíamos actividades en equipo", contó.
Tras el Panamericano disputaron el mundial junior, ahí quedaron 11.
La única viñamarina
"Actualmente somos 2 pero una de mis compañeras se va ir a vivir a Santiago entonces solo quedo yo de Viña", cuenta Pilar, reafirmando que es la única viñamarina en la selección. "Es difícil ya que la gente de región debe movilizarse a Santiago a entrenar, no nos pagan el transporte, tenemos que entrenar las mismas veces que ellas", cuenta la joven. A eso, debe sumar el compatibilizar los estudios con el deporte. Agrega que ha tenido que congelar en la universidad para continuar con los entrenamientos y al revés, ha tenido que pedir permiso a su entrenador para faltar algunas instancias.
Pensó que no llegaba
Unas de las mayores complicaciones que ha sufrido Pilar fue un accidente en un partido entre el Panamericano y el Mundial de 2016. "Me reventaron el dedo, tuve una fractura expuesta en la cancha, tuve que ir a la clínica, y operarme", cuenta la joven.
Para ella fue un proceso difícil porque debía volver a entrenar para estar al nivel de sus compañeras para el mundial junior, "Este accidente fue el 3 de agosto y el mundial iniciaba el 4 de diciembre, entonces para recuperarme y estar al nivel de poder jugar en contra de los otros equipos mundiales no sabía si iba alcanzar", relató. Finalmente, llegó y quedó como un susto.