Claudia Carvajal R.
Personas comunes y corrientes, de manera silenciosa, durante varios días trabajaron en forma voluntaria para concretar una iniciativa que ya cumplió 23 años: la Cena de Navidad en el mercado El Cardonal y que está dirigida a personas en viven en situación de calle en diferentes puntos de Valparaíso.
La jornada partió a las 17 horas del 24 de diciembre y se extendió hasta pasadas la medianoche. Hasta el segundo piso del recinto, donde están ubicadas las cocinerías, llegaron más de 350 personas a compartir de una rica comida y además recibieron regalos como útiles de aseo y ropa, y lo que es mucho más importante en estas fechas: un abrazo, mucho cariño y atención.
Natacha Solís es una de las organizadoras de la actividad donde participan muchos voluntarios que en forma anónima consiguen colaboraciones para cena, regalos, cocinan, ornamentan el lugar y realizan diferentes actividades para que los comensales se sientan a gusto.
"Es una cena de la gente común. Todas las donaciones las realizan personas comunes y corrientes. Esto partió desde la humildad y la sencillez. Se trata de un grupo de personas que viven la Navidad de una manera distinta. Nosotros conseguimos las cosas entre las amistades, es algo que se genera por el boca en boca y así se han formado las redes", explicó Natacha Solís.
La organizadora destacó que afortunadamente para los locatarios y administradores del mercado esta cena se convirtió en una tradición. "Los administradores han ido heredando esta actividad. El compromiso yo creo que ya está dentro de los estatutos".
Colaboradores
El administrador del mercado El Cardonal, Boris Díaz, comentó que "nosotros somos parte de esta iniciativa, les prestamos el mercado y hay muchos colaboradores que donan frutas y verduras. Los voluntarios hacen una labor muy bonita y gratificante por estas personas que tienen mucha falta de afecto. Esperamos que se siga haciendo año a año".
Díaz destacó que en el mercado siempre están dispuestos a ayudar en la realización de esta actividad. "Este año terminó más tarde que nunca", advirtió y además contó que esta vez participó con su hija de 12 años que estuvo a cargo de la envoltura de los regalos.
23 años cumplió esta iniciativa que moviliza a una gran cantidad de voluntarios.