Los parquímetros que dividen a la Población Vergara en Viña
Ayer se puso en marcha el polémico sistema de cobros a cargo de la concesionaria Globe Parking. Se trata de un primer tramo, localizado entre 1 y 8 Norte. La Estrella hizo un recorrido. Hablan inspectores, vecinos y comerciantes.
Un ejército de inspectores e inspectoras (muchas), ataviados con chaquetas reflectoras al destello naranja, pantalones caqui y sombreros tipo pescador para apañar el inclemente sol veraniego, desfilan por cada cuadra para hacer sentir su nueva pega.
Es lunes en la mañana. La fecha oficial del vamos al cobro parcial de los estacionamientos en la Población Vergara por parte de la empresa concesionaria Globe Parking. Un proceso que inicia en la unidad vecinal 55, es decir, el espacio contemplado entre 1 y 8 Norte y desde la avenida Perú a Libertad. Pero no es todo: próximamente se sumará la unidad aledaña, la 56, que comprende desde 8 a 15 Norte, entre avenidas San Martín y Libertad.
En 4 Norte con 5 y medio Poniente se aprecian letreros borrados con pintura. Otros, sencillamente, fueron sacados de su posición. Por la vereda, un sujeto que forma parte de ese ejército compuesto por 80 uniformados al reflector revisa la calzada. Se identifica como Saturnino Sánchez, funcionario de parquímetros. De entrada, revela lo que ya observamos a la pasada: "Amanecieron todos los letreros rayados. Otros fueron sacados por la bohemia nocturna".
Se apresta para su debut laboral, en un horario que va de las 09.00 de la mañana hasta las 21.00 horas, corrobora. Saturnino asegura a su pálpito que los usuarios, en general, están alegres. Pero los cuidadores muy descontentos. Su razón: piensan que tipos como Saturnino les van a quitar el trabajo. Y replica: "A los lavadores no le estamos quitando la pega, a los que cuidan autos se les avisó que se iban a poner parquímetros... pero no quisieron ingresar a participar en la empresa. No es problema nuestro", dice mientras parte a "atillar" los vehículos que acá están estacionados. "Por lo menos me aseguraron un año de trabajo", manifiesta ya a lo lejos.
¿Sin pega?
A sólo un par de cuadras, en 3 Norte con 1 Poniente, dos cuidadores no paran de refunfuñar. Tienen, a su juicio, un por qué: "Después de casi 30 años me quedo sin pega", lanza uno de ellos, que desea privacidad al comentario. Al lado, Ángel Oyadenel lleva cinco años en este trabajo informal. Añade que vive sólo de esto y que con ello mantiene a su familia, "y varios cabros chicos". Hay drama en sus palabras.
"La Reginato (Virginia, la alcaldesa) mató todo. Ahora, igual que mi colega, quedamos con las manos cruzadas", dice. Y apunta al horizonte callejero: "¡No hay ni autos! Esto es un negociado, y ya no hay vuelta atrás", condena.
En ese horizonte, un sedán blanco, que ya va por su tercera vuelta al sector, procede a bajar la ventanilla. Ernesto Bauer vive en Pórtico El Pacífico, en 4 Norte 428. Para él, como residente, esto de los parquímetros fue de la noche a la mañana. "Mucha gente que vivimos acá de años como yo tenemos que sacar los autos. Esto no puede ser. Están presentando un recurso de amparo...". Su descargo: "Yo presenté todos los papeles a la municipalidad y no han contestado, tampoco han venido a visitar, nada. Una falta de respeto de la alcaldesa, ella al menos pudo haber dado la cara".
Don Ernesto alega que uno de esos 80 individuos uniformados le hizo sacar el auto. "Me va a costar 1.140 pesos la hora, todos los días. Esto no puede ser. Una falta de respeto a los vecinos que vivimos acá. A los que vienen de afuera, se justifica, pero no a nosotros", alega. Su nuevo dolor de cabeza: buscar un hueco para estacionar o sino, pagar. "Estoy complicado dónde dejar el auto, llevo vueltas para estacionarlo, una locura para quienes vivimos acá y también locatarios. Salimos todos perdiendo", desliza.
Sin embargo, para otro residente de 5 Norte, estos parquímetros resultarán beneficiosos. Su argumento: ya no habrá peleas nocturnas, tampoco personas bebiendo alcohol en la vía pública: "Hay calles para arriba, entre 2 y 13 Poniente, llegando para 14 Norte, donde se ponen mafiosos. Muchos con malas conductas". En su criterio, la mayoría de los cuidadores viene de Santiago "para estacionar autos, pero en realidad vienen a robar. Un daño a la ciudad".
Entre los 4 mil 400 cupos de estacionamiento que fueron licitados, un inspector de terreno, que prefiere no revelar identidad, señala que, hasta ayer, había buena acogida respecto al tema. Si bien reconoce se ve poco movimiento, "como la gente ya sabía que hoy comenzaba este cobro, se asume que aún está liberado para el lado de los orientes". En la medida en que la próxima semana entren en vigencia los cobros en toda la Población Vergara, cree que recién allí se podrá disponer de una realidad del uso de parquímetros en el sector.
El inspector habla al anonimato. Lleva media hora "tiqueando" autos: "Quejas, pocas. Y de los ex cuidadores, casi no los hemos visto. Estoy en mi primera ronda: ya estaban enterados desde antes y que no había vuelta atrás. Esto no quita que puedan seguir trabajando con el servicio de lavado de vehículos que siempre han dado. No se les cortan las manos a las personas, sino que siguen teniendo esa posibilidad de trabajo".
Locatarios en jaque
Angélica y su hermana Teresa Moreno son propietarias de The Tea Pot, repostería casera y fina boutique de té. Angélica Moreno asevera que les perjudica el hecho de que ahora pongan parquímetros. Los valores, a juzgar por sus palabras, son sumamente caros: "El cliente, además de venir a consumir tiene que pagar parquímetro, casi 19 pesos por minuto, 25 en la noche. Si bien con esto tal vez se seleccione un poco a la clientela, en definitiva, nos complicará como locatarios".
Para Angélica como comerciante hubiese sido ideal una presión más localizada de su gremio en el sector, pero es complejo, "porque a la larga son las concesionarias que tienen la mayoría de ganar. Es una lástima que la alcaldesa no nos haya tomado en cuenta. No se habló de los precios ni cobros. Como ciudadanas y personas que pagamos impuestos, por último, debimos saber los valores".
De hecho, le surge una complicación: una camioneta traslada mercadería: "Ahora debemos pagar por estacionarnos. Insólito".
José Chirinos labora como garzón en Café El Tintico de Botero, situado en 5 Norte. Viene llegando con su vehículo desde el Mirador de Reñaca, donde vive. Se detiene. Parte al segundo: debe darse vueltas hasta estacionarlo en un pasaje. Tras unos minutos, José comenta: " Busqué un sitio donde parquearlo, es difícil pagar parquímetro todos los días". Observa a uno de los parquímetros. Dice que tiene pensado vender el automóvil y venirse en micro porque no le saldrá rentable. Hace balance de la polémica medida: "Es bueno por la gente que deja los autos estacionados todo el día para ir a otros sitios y no son residentes o clientes", manifiesta con acento foráneo.
Autoridades
Bartolomé Blanch habita en el Edificio Navarra. Subraya que le va afectar a varios vecinos. Su sustentabilidad: muchos de sus vecinos no podrán recibir visitas hasta más allá de las 21.00 horas. "Eso será complicado. Por otro lado es bueno: se acabó eso de los cuidadores informales que eran conocidos por sus trifulcas en el barrio. Se ordena esto", aclara.
Precisamente, Virginia Reginato, alcaldesa de la Ciudad Jardín, así justificó la medida adoptada.
"Ellos (previo concesión Globe Parking ) tuvieron la oportunidad de ir a inscribirse y trabajar en lo mismo. No veo porque vamos a tener miedo (con cuidadores informales). Hay que ordenar la ciudad: ese es el gran objetivo de los parquímetros en el plan de la ciudad. Para que haya rotación, no que los vehículos estén estacionados todo el día, sin que los comerciantes y sus compradores tengan la oportunidad de estacionarse en esos lugares. La gente que va a visitar a los residentes tampoco tiene la posibilidad de ir a verlos. Es un gran beneficio para la ciudad", acuña.
En tanto, en declaraciones emitidas al portal de radio Bío Bío, la concejala Marcela Varas (PPD), una de las principales opositoras a la instalación de los parquímetros, aseguró que la decisión de aplazar para un día después de las elecciones la puesta en marcha de los cobros da cuenta de lo impopular de la medida. De paso, también sugirió que como la mayoría del electorado de la alcaldesa Virginia Reginato vive en el sector, se decidió iniciar el cobro este lunes para evitar reacciones negativas.
Ante la crítica, el concejal Jaime Varas (UDI) descartó un inicio antojadizo de cobros: aseguró que la decisión responde a un proceso administrativo y a la finalización del trabajo de demarcación de estacionamientos.
Jovana Arancibia trabaja en el edificio Libertad 269, en 1 Poniente. A pesar que dispone de estacionamiento, le parece demasiado todo esto. ¿Cómo no va haber otra forma de sacar recursos?, se pregunta Arancibia. "No todos tienen para pagar la cantidad que piden durante dos horas o más. Esto está lleno de consultas médicas, han exagerado con poner en todos los nortes, habían otras formas... Si la municipalidad quería generar recursos, ésta no era la forma", acota inquieta.