Hermanos narran dramáticas vivencias tras el volcamiento
Manuel Lorca fue uno de los dos más afectados luego que se accidentara el bus que volvía con hinchas.
Sebastián Mejías Oyaneder
Entre quienes sacaron la peor parte del accidente del domingosábado, en las cercanías de Talca, en lo que fue el retorno de la caravana que acompañó a Santiago Wanderers, se cuenta a la familia Lorca.
Dos hermanos, el hijo de unos de estos y su polola, pasaron por momentos de terror, horas después de haber perdido la voz en la celebración.
Manuel Lorca es el que quedó peor, con heridas en su rostro y golpe en la espalda que lo dejaron, por el momento, incapacitado para trabajar. Lo peor es que él se siente inválido para su labor diaria como obrero de la construcción.
Su mayor temor en este momento, es que su dolor no cese en algunas semanas. Si así ocurre, sabe que tendrá que salir de la obra en la que está, sin recibir compensación alguna por ello.
Sobre el accidente, Manuel Lorca recuerda poco. Salvo cuando despertó en la ambulancia, adolorido y gritando por su hermano José Lorca.
Ambos wanderinos desde que eran bien niños, como una herencia de su padre, pasaron el susto de sus vidas, a eso de las 1.00 de la madrugada del domingo.
José iba sentado en el ala izquierda del bus que los transportaba, mientras que Manuel Lorca se ubicaba hacia al lado derecho. Por ahí fue que cayó el bus, así que se llevó la peor parte.
Cuenta José Lorca que, al momento del accidente, el griterío era poco. Más que nada, lo que se sentía, era un ambiente en búsqueda de la calma para no complicar la situación.
Otro recuerdo es que, antes del accidente, ya no había celebración. El relajo fue tanto, asegura Manuel Lorca, que casi todos iban durmiendo en el bus.
La búsqueda de Manuel por ahora es, de una vez por todas, legitimar la licencia médica, para no tener problemas en la pega. Además, quiere que los "machucones" que tiene, sanen luego, para así volver a su cotidianidad tanto en la casa, como en su trabajo.
La Estrella de Valparaíso