Manuel Gómez Poblete
Irradia optimismo y, por sobre todo, confianza en relación a lo que sucederá en las elecciones presidenciales, parlamentarias y de cores del próximo 19 de noviembre. Mal que mal, posee un nombre más que conocido en el ambiente político chileno y hoy en día quiere, según nos confiesa, cerrar un ciclo en una región que para ella y su familia representa mucho, como lo es Valparaíso.
Isabel Allende Bussi, la tercera hija del ex Presidente Salvador Allende, ex diputada por los distritos 9 y 29 (entre los años 1994 y 2010) y ex presidenta del Senado entre marzo de 2014 y marzo de 2015, lucha hoy por un cupo senatorial por Valparaíso (Letra N, N° 28), apoyada por el Partido Socialista de Chile, en la lista hoy denominada como "La Fuerza de la Mayoría".
Como senadora por la Región de Atacama, esta connotada política y socióloga, egresada de las aulas de la Universidad de Chile, sabe que los desafíos y necesidades de una región como la de Valparaíso no son iguales a las que tuvo que enfrentar en la III Región, pero asume el reto ya que -reitera- ha sentido apoyo de la ciudadanía.
"Estoy muy contenta porque la recepción de la gente ha sido muy cariñosa, afectuosa, bonita y muy generosa, lo que me tiene feliz. Y esto porque la gente me dice siempre dos o tres cosas distintas: uno, qué gusto en conocerla, ya que sólo la había visto en la tele... esa es como la frase más usual; la segunda, la gente que recuerda a Salvador Allende, inevitablemente, ya que él fue senador el año '61 y obviamente Presidente, etcétera, etcétera... y son muchos recuerdos para mucha gente, ya dependiendo de la edad de la generación; y la tercera, mucha gente que me dice... yo la he seguido muchos años, la conozco, me gusta como es usted y eso también es muy agradable ya que también hay una trayectoria que la gente sabe reconocer".
-De todos modos, ¿para usted era un desafío quizás pendiente el ocupar un cupo como senadora por Valparaíso?
-Es una manera de cerrar lindamente el ciclo mío parlamentario, ya que los problemas de la región de Valparaíso son totalmente distintos a los de Atacama. Y yo estoy inmersa en esto, fue una decisión dolorosa pero se cerró Atacama y hoy mis desafíos están acá (...) Hoy necesitamos una mayoría en el Parlamento. Y yo desde que acepté tomar este desafío, entre otras razones, es porque tengo la convicción que aquí es posible sacar tres senadores de la Nueva Mayoría, lo que para mí es muy importante porque son los parlamentarios que requerimos apoyando lo que yo espero sea un gobierno que en parte va a ser continuidad y en parte cambio con la Presidenta Bachelet, que para mi es junto a Alejandro Guillier.
Megapuerto
-¿Qué diagnóstico hace usted del Valparaíso de hoy en día?
-Que la Región de Valparaíso es bastante especial, primero porque es enorme y muy diversa. Poco tienen que ver el tema portuario o patrimonial con el de la sequía, la escasez hídrica o la falta de agua, que son realidades totalmente distintas o la contaminación tremenda en Puchuncaví o Quintero. Entonces, son temáticas distintas y todas están presentes. Y lo que hace falta a este región y uno lo siente... que requiere más dinamismo. Yo espero y apuesto a que haya más inversión y que podamos, de alguna manera, darle un impulso entre todos a la V Región.
-Y en temas ya más puntuales de Valparaíso, como por ejemplo, el Mall Barón o Terminal 2, ¿cuál es su visión?
-Yo ya lo he expresado: el Terminal 2 tiene que terminar sus observaciones que les hicieron en la comisión de evaluación de impacto ambiental y si no logra superar todas esas barreras, habrá que pensar en otras alternativas, pero es muy importante que Valparaíso no se nos quede atrás... porque va a venir un puerto a gran escala (San Antonio), que yo creo que el gobierno lo va a anunciar por razones geográficas, fundamentalmente. Y Valparaíso no puede quedarse atrás, entonces, mi apuesta es esa y por tanto hay que ver todas las correcciones que a ese proyecto se le están haciendo para que también aprendamos que los puertos no pueden estar de espaldas a la ciudad que los acoge, y que no pueden ser algo contrario al sentimiento de los porteños que sienten que se les roba un poco el borde costero, la visibilidad y en fin, el espacio.