Guillermo Ávila N.

¿Dulce o travesura? Esa fue la invocación de ayer, específicamente durante la noche de Halloween, para las golosinas de aquellos niños -y otros no tanto- disfrazados a la creatividad. Duendes, fantasmas, demonios y hasta un taquilla payaso 'It', el traje más solicitado, todos disfrutaron de esta celebración de película.

Y es que la tradición de origen celta, a esta altura, ya representa una fecha más entre las festividades nacionales que tuvo, aparte del truco o trato, también historias de miedo, recorridos en patota familiar y casas... encantadas.

Eso fue lo que se vivió en Villa Fundadores, en Curauma. Allí, Priscila Montenegro, junto a sus pequeñas Martina y Mía, llevan siete años festejando la actividad. "Somos de Placilla. ¡A mis hijas les fascina!". Más allá, Romina Gómez, junto a su mascota 'Tuto', reparten dulces al festejo. Así como Hernán Fernández, quien en compañía de su familia, pusieron ingenio: decoraron la casa con telas de araña, calaveras, luces, y el regalón que la llevó, el payaso It.

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Aunque dijeron que la idea de ponerle fin a la serie "House of cards" en su sexta temporada no tenía relación con la denuncia de abuso sexual en la que está envuelto su protagonista, el actor Kevin Spacey, la productora Netflix ayer enfrentó el tema e informó la suspensión indefinida de las grabaciones que estaban en pleno proceso.

A través de un comunicado de prensa, comunicaron que, "MRC y Netflix han decidido suspender la producción de 'House of cards', temporada seis, hasta nuevo aviso, para darnos tiempo para revisar la situación actual y abordar cualquier inquietud de nuestro reparto y equipo".

El escándalo explotó luego que el actor Anthony Rapp ("Star Trek Discovery) revelara que fue víctima de abusos deshonestos por parte de Spacey cuando tenía 14 años y mientras los dos trabajan juntos en una obra.

Luego Spacey pidió disculpas públicas y durante la mañana de ayer su hermano mayor, Randall Fowler declaró al Daily Mail que Kevin, su hermana Julie y él fueron abusados sexualmente durante su infancia y adolescencia por parte de su padre, Thomas Geoffrey Fowler, un ferviente simpatizante nazi. Randall, de 62 años, dijo que su madre estaba al tanto de estos actos.

El hombre sostuvo al medio británico que durante su juventud vivieron en una "casa de horrores", dominada por una figura paterna de "ultraderecha, pervertido y sádico".