Guillermo Ávila N.
En algunas zonas privilegiadas del mundo, la observación de cetáceos, así como sus movimientos migratorios, se han convertido en una de las actividades ecoturísticas más llamativas.
Pero también evoca aquellas historias de la "edad de oro" de su pesca, a principios del siglo XIX, cuando miles de barcos -y despiadados arponeros- daban sangrienta y aterradora caza al leviatán. Todo para arrebatarles su aceite. De lo real a Moby Dick.
Más allá de la novela de Herman Melville, hace unos días, un ejemplar de ballena franca austral, junto a su cría, fueron observadas aquí, en la costa de la zona central. En concreto: Zapallar y Quintero. De eso, ya una semana.
Se trata de una especie protegida y en peligro crítico de extinción. Por eso, desde Sernapesca, han hecho un llamado: dar aviso al organismo en caso de avistamiento. También precaución a la ciudadanía.
"Se encuentra en buenas condiciones y está junto a su ballenato, lo más seguro es que parió hace poco". Quien habla a La Estrella de Valparaíso es Víctor Manuel Agurto, médico veterinario de la Unidad de Rescate y Conservación de Especies Protegidas de Sernapesca, quien lleva dos años en esta área. Se trata de una ballena bien particular que habita en el hemisferio sur, en la parte circular Antártida, en este caso en Chile y Perú, y que puede llegar a medir de unos 15 a 17 metros de largo. "Según estudios, es una especie que está mermada. No superan más allá de los 50 ejemplares adultos (entre Perú y Chile), y de esos sólo habrían siete hembras fértiles", añade Agurto, quien explica que estas subpoblaciones no se mezclan. "Tenemos esta población que se reproducen entre ellas por lo que están en peligro de extinción".
Su particularidad: se diferencia de las otras ballenas porque no tiene una aleta dorsal. Además posee callosidades en su rostro.
Avistamiento
En cuanto al avistamiento de esta ballena franca austral, el médico veterinario aclara que fue hace un mes en Coquimbo. "Luego se vio y piensa que es la misma en Zapallar hace una semana, y el miércoles pasado... se avistó en Quintero".
A su juicio, se cree que es el mismo ejemplar porque anda con un ballenato". Un dato: estas ballenas suelen verse más porque son costeras. Cuando andan con una cría se acercan más a la costa para aprovechar el alimento.
La precaución, a criterio de Víctor Agurto, que tienen como normativas desde Sernapesca en los avistamientos para las ballenas franco: retirarse de la zona y verlas desde plataformas terrestres. Es decir, desde la playa o roqueríos. "Eso debido a que está diezmada su población, para evitar riesgos. Suelen tener movimientos extraños, nados erráticos: podrían provocar choques con alguna embarcación. Pudiera ser desastroso para esta especie".
Si alguien la avista, recomienda Agurto, se debe llamar al Servicio Nacional de Pesca (800-320032) para que en conjunto con la Autoridad Marítima (137), se logre la identificación del ejemplar.
"Hasta el momento no hemos tenido conocimiento de que esté herida. La gente cree que estas ballenas varan, pero lo que en realidad sucede es que se acercan a la playa. Son ágiles y diestras al manejarse en aguas poco profundas", dijo el veterinario.