"Yo era el único que podría haber salvado a mi hijo Franco"
Patricio Häberle, ex pareja y padre del hijo de Paola Romano acusada de parricidio, habló en exclusiva con La Estrella. Académico universitario tiene bajas expectativas en el juicio que se sigue contra la mujer y que concluye esta semana.
Fue el año 2010 cuando el académico universitario Patricio Häberle inició una relación con Paola Romano, la mujer que cuatro años después y en un acto irracional que a fines de esta semana será resuelto por el Tribunal Oral en Lo Penal de Viña del Mar en condena o abstención, le quitó la vida al pequeño Franco, el hijo de ambos que el mismo día de su muerte, ese 31 de agosto de 2014, cumplía recién 3 años de vida.
No hay un solo día en que Patricio no piense en su pequeño ni tampoco un minuto en que no sienta que pudo salvarle la vida.
En entrevista exclusiva con La Estrella de Valparaíso, Patricio Häberle da cuenta de la relación que mantuvo con Paola Romano, de los celos y estratagemas de la mujer que hoy enfrenta a la justicia por haber dado muerte al hijo de ambos y de cómo de una relación "normal", surgió lo peor de un ser humano y que tuvo como consecuencia la muerte intencional de un inocente.
Relación normal
Fue el año 2010 cuando Patricio Häberle inició una relación de convivencia con Paola Romano. El académico universitario asegura que mantuvieron una buena relación, que no es efectivo que existieran malos tratos entre ellos y que las denuncias sobre violencia intrafamiliar datan justo después de que un supuesto ladrón que ingresó a la casa que ambos compartían en Recreo, le dio una golpiza que lo dejó impedido de viajar a Europa, tal y como lo quería Paola que insistentemente y por celos, le había exigido que no realizara.
Fue el día en que terminó la relación para siempre. "Ella era una persona cariñosa, era una buena relación (...) Durante todo el tiempo que vivimos juntos con Paola nunca tuvimos gritos entre nosotros y menos una agresión física (...) Todas las denuncias son posteriores a nuestra separación", recordó Häberle.
Sin embargo desde un comienzo existieron indicios que Patricio admite no supo ver o simplemente, de manera aislada, no permitieron anticipar lo que podría venir.
El académico enumeró algunos de estos indicios, como la condición de Paola de exigirle para iniciar la convivencia, que el departamento que compartían, estuviera a su nombre. Sin embargo, si bien a distancia reconoce que no era para nada sano aceptar una condición así, la aceptó. Pero hubo muchos antecedentes que darían cuenta de una personalidad compleja.
"No los puedo mencionar todos, pero hubo uno que es súper significativo. Una colega mía de la cual ella estaba absolutamente celosa, sin justificación alguna, ella quería que la echara, yo era director en esa época y podría haberlo hecho pero me negué. Pues bien, el entorno de ella (la colega) comenzó a recibir correos difamatorios en que ella y su novio abusaban de su hija menor. Alguien manda esas notas a los colegios. Se los manda a los colegas del marido en la universidad (...) Le comento a Paola lo que está pasando, le cuento que están investigando y que van a intentar pesquisar los números de los IP de los computadores (...) En una semana desaparecen mis dos computadores y mi celular, que ella siempre se lo quedaba (...) Supuestamente fue un robo. Vivíamos en un piso 19 en ese entonces", relató Häberle.
El académico recordó también que su entorno familiar le había advertido con insistencia su preocupación por su estado de salud. "Yo no estaba en mis mejores condiciones de salud porque estaba siendo drogado sistemáticamente (...) Yo sí sentía que había un cambio, de hecho tuve que renunciar a mi cargo como director del Departamento de Física (...) No estaba haciendo mi trabajo, no iba a reuniones", detalló Häberle.
El profesor universitario admite que tuvo una actitud soberbia y que creyó que podían solucionarlo. "Yo quería que este proyecto funcionara. Teníamos un problema serio (...) Comenzamos a ir al siquiátra, pero no sirvió de nada", planteó Häberle.
La culpa
Patricio Häberle califica como un "monstruo" a Paola Romano y como una mujer que no puede ser analizada dentro de parámetros de una persona normal.
"Estamos frente a una persona que considera que sus relaciones son como objetos. Yo tampoco era importante para ella, Franco tampoco era importante para ella, era una cosa y lo que sucede...¿Que quién es culpable? yo también soy culpable, debiera haberme dado cuenta antes, sin duda(...) Yo era la única persona que podía salvar a Franco. Hasta el sistema legal intentó salvarlo otorgándome la custodia", planteó Häberle.
El académico desmintió que Paola haya sido una madre cariñosa y que a pesar de su oposición para poder ver a su hijo, él igualmente lo veía y más seguido de lo que Paola sabía.
"Yo sí veía a Franco y lo veía con bastante frecuencia a pesar de que ella no me lo entregaba. Ella no era una madre tan cariñosa como dice su defensa. La nana de ella se lo llevaba todas las noches a su casa. Se suponía que yo no sabía, pero yo lo iba a buscar a la casa de ella (...) Me quedaba con Franco y ella no sabía qu él estaba conmigo", recordó el profesor.
El padre de Franco - padre además de tres hijos mayores de dos relaciones anteriores- dice que aún está en proceso de recuperarse de la pérdida de su hijo menor. Pese a que por la vía legal intentó proteger al niño - había logrado su custodia lo que gatilló la conducta irracional de Paola- Patricio no puede dejar de sentir que no fue suficiente y se culpa de haber seguido la vía legal en vez de haberlo separado de su madre antes de esperar las resoluciones legales.
"Esa es la culpa que uno tiene (...) Uno no puede creer que alguien sea capaz de esto (...) Hoy a la luz de los hechos, claro que puede ser, su venganza (...) Paola es realmente un monstruo (...) Qué qué debiera haber hecho, debiera haberlo raptado, eso habría sido lo correcto, debiera haberlo llevado lejos de ese monstruo en vez vez de haber seguido todo un proceso legal. Debí haberlo salvado y probablemente hoy día Franco estaría en otro lado, ojala feliz", concluyo Patricio, quien confiesa que tiene pocas expectativas que el sistema judicial otorgue una pena acorde. "La pena que sea no me devolverá a Franco", concluyó.