El "O'Higgins peruano" que vino a traer hermandad y paz
Así lo asegura al calco físico Gabriel Armijo O'Higgins, quien afirma ser el tataranieto del histórico 'Padre de la Patria'. Un recorrido con el forjador del Proyecto 'Paz Amistad Respeto' que lo trae hasta la Bienal Sur, aquí en Valparaíso.
Pareciera que empuñara una espada al viento. Siente como si galopara a la conquista por las sierras. Pero no.
Atrás queda Valparaíso. Viña del Mar asoma. El móvil pone cuarta marcha. "Es mi primera vez en esta ciudad", anuncia el ilustre pasajero, mientras sus pupilas reflejan el azul del Pacífico, como el calificativo que asegura traer en su cruzada "de paz entre pueblos hermanos".
Observa, detenidamente. Se baja. Percibe un pedazo de tierra, un pedazo de gen. Sus enormes patillas decimonónicas -que se recorta cada 15 días- a ambos costados de la cara, cautivan al paso. Hay sonrisas. También rostros boquiabiertos. "Cacha, pero si no es...", susurran estudiantes. Al lado, se escucha: "¡El corpóreo!".
Aquí, en la verde plaza Bernardo O´Higgins, de la Ciudad Jardín, el personaje muestra toda su percha ambientada en los mil ochocientos, que costeó de su bolsillo y costó 1500 soles (casi 300 lucas): saco largo, botones dorados, dos medallas, un pantalón blanco con silos dorados, botas negras altas hasta la rodilla y una banda blanca con letras doradas que cuelgan al escrito: Paz.
Gabriel R. Armijo O'Higgins. Así como lo lee, con su segundo apellido O'Higgins que, minutos antes, certificó a la cédula en mano (al menos eso desea acreditar), no deja de sacarse fotos. Y con ello, un discurso del aquí. Ahora: "Yo soy el tataranieto del Libertador de América, Bernardo O'Higgins Riquelme, forjador de la Independencia de mi país, Perú, y gran mariscal, títulos que el Perú le concedió a él en 1823 cuando llegó a territorio peruano tras salir exiliado de Chile", concluye sin aliento.
¿Un doble?
Quienes lo conocen, y quienes no, cuenta, destacan al calco, aparte de sus patillas, la cabellera ondulada y ese color de piel... "medio colorado, igual que el padre de O'Higgins (Ambrosio), que era irlandés". También su altura, "similar", recalca: 1.72 m.
Armijo O'Higgins, a sus 61 años, casado con Isabel y dos hijos mayores que en un principio "no les parecía bien esta idea y que ahora alientan el proyecto", desliza que es un hombre mediático. De luces.
Supo de las cámaras en el fallo de la Corte de La Haya tras la delimitación marítima entre Perú y Chile. Su imagen a lo Bernardo O' Higgins al estrechón de manos con Miguel Grau, el 'caballero de los mares peruanos', sacó aplausos, afirma seguro. "¡Nos vieron en pantalla gigante en Perú!. La prensa nos difundió", replica.
Y algo de esa hermandad, entona a cada segundo, lo tiene por estos días en la zona: viene a presentarse en la Bienal Sur, en Valparaíso. "Es la primera vez que estoy acá con este grupo de artistas". Su misión, reitera: "Este proyecto me sirve para educar a la gente con historia, quién es el Libertador. Algo que tiene buena acogida: así lo ratifican las invitaciones que me dan".
De hecho, en abril pasado, estuvo en Arica por su proyecto con el grupo de artistas Hawapi, en el triángulo de concordia, frontera Perú - Chile. Hace casi un mes, para el 18 de septiembre, participó de un coloquio internacional entre historiadores de su país y locales. Dice que conoció al rector de la Universidad de Chile. También a historiadores como Patricio Ibarra y el ministro consejero de la embajada chilena en Perú.
Conexión Chile-Perú
Pero el supuesto tataranieto de O'Higgins tiene más que la similitud física. Juramenta haber nacido en San Vicente de Cañete, casi en la misma Hacienda Montalbán (destruida por el terremoto de 2007 y reubicada en Lima), lugar donde el 'Padre de la Patria' se exilió en 1823 hasta su lecho de muerte, en 1842 (a sus 64 años).
"Yo nací allí, soy cañetano. El apellido O'Higgins se origina allá, su hijo Pedro Demetrio también estuvo aquí. Porto la historia". Gabriel reitera esa conexión de infancia con el apellido. A los siete años. Y pone modo labia: "A esa edad, observaba que iban de la embajada chilena a realizar romerías, tanto en su nacimiento como muerte, a esa hacienda. Eso me marcó hasta hoy".
Cristo y Bolívar
Un hoy que lo tiene en la nación incaica como asesor de seguridad, tras un pasado que, sin querer queriendo, articula, lo liga a su árbol genealógico que acota mantiene al resguardo en su hogar. "Soy militar en retiro, en la infantería del ejército peruano". Asegura que se maneja en las armas, pero lo suyo es la paz. De allí el vuelco de Gabriel Armijo O'Higgins al acercamiento con Cristo, su otro mentor en la avanzada de fe. Un mensaje: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quieras que vayas".
Y otra vez, su apostolado: difundir la paz. "Ese es el camino en mi ruta entre los pueblos hermanos de Perú y Chile. Lo mío".
En sus ratos libres dice que viaja. Pero lo importante: vive, come y respira historia a su ancestro al linaje. "¡Así soy!". De pecho.
Ahora radicado en Lima, Chorrillos, Gabriel rebobina a su origen: "Vivo a una hora y media de mi lindo Cañete familiar".
De vuelta. Su look, un espejo de Bernardo O'Higgins, reconocen dos chicas sentadas a los pies de la estatua del ilustre 'Director Supremo de Chile'. Por eso, revela Armijo, hace una década mantiene esta figura, que le da para la olla: "En las presentaciones escenifico y represento (ídem) al Libertador".
Al final, su reflexión, tal como la hubiesen labrado O'Higgins, José de San Martín y Simón Bolivar, la América Unida: "Es toda una responsabilidad llevar este apellido. Me hace ser una mejor persona, pacifista, con un mensaje de paz a nuestro pueblos". Un alcance, asume a lo mano dura, militar: "Sí, también cuando él tuvo que ser duro, lo fue". Y apunta a lo sucedido con los hermanos Carrera...
Ya es hora del retorno. Cerro Florida lo espera. También turistas, que en la casuística selfie porteña, no paran de acercarse al tataranieto de O'Higgins, enfundado a la altura de los retratos.
-Una última, don Bernardo, digo Gabriel Armijo. Entonces, ¿usted se siente chileno?. "(Sonríe) Y algo de eso hay...". No sin antes extender la mano.