Príncipes japoneses cambiaron sushi por cordero en Valparaíso
Altezas imperiales, el príncipe y la princesa Akishino, se reunieron en el Club Naval con el intendente Gabriel Aldoney y otras autoridades locales, donde se llevó a cabo un almuerzo en el que conversaron hasta de desastres naturales.
Llegaron hasta el Club Naval de Valparaíso acompañados y escoltados por un gran contingente de seguridad. Y no es para menos, ya que se trata de las altezas imperiales de Japón, el príncipe y la princesa Akishino, quienes visitaron la ciudad Puerto en el aniversario de los 120 años de historia, de relación diplomática entre Chile y el país nipón.
La prensa local y japonesa estaba expectante. El aroma de los finos platillos del almuerzo protocolar despertaron el apetito de los periodistas nipones, quienes saciaron el hambre con shawarmas de fabricación porteña.
Los minutos transcurrían, y las y los comensales comenzaban a ubicarse en sus respectivos asientos ubicados en torno a la mesa instalada en el salón del tercer piso.
Sin preguntas
Por interno, se daba el aviso de que los invitados de honor estaban por llegar, y la orden de la comitiva que acompañaba a los príncipes japoneses fue estricta: no hacer preguntas, ni dirigirles la palabra a sus altezas imperiales. Sólo limitarse a registrar imágenes y fotografías.
Hasta que finalmente aparecieron. La princesa Kiko lucía radiante y sonriente, vestida de blanco y negro, elegante, pero de lo más sencilla, lejos del estereotipo de la mujer japonesa envuelta en un kimono de seda floreado. Mientras que el príncipe Fumihito llegó de terno y corbata.
Almuerzo a la chilena
El menú del almuerzo protocolar no contemplaba platos típicos japoneses como sushi, sashimi; menos sopa de fideos, onigiri ni tempura. Sino muy por el contrario, se les ofrecieron finos platos cuyos ingredientes principales reflejan la cultura culinaria de nuestro país. Así que tome nota...
El aperitivo servido a la mesa era una copa de espumante Grand Brut y jugo de frutas, que dio paso al primer brindis (kanpai en japonés). Esto acompañado por sus respectivos entremeses, nada menos que ostión sellado sobre salsa de espumante y coral acompañado de frambuesa y menta. Más tártaro de apio y el infaltable salmón ahumado.
Después vino la entrada: atún dorado a las finas hierbas con lengua de machas y tártaro de alcachofas.
Para el plato principal les tenían preparado lomito de cordero asado al horno con salsa de arándanos y puré de garbanzos. Acompañado con ensalada tibia de pepinos salteados con queso de cabra.
Y si leyendo se le abrió el apetito aguántese con el postre: poesía de lúcuma y clery de mango en espuma de frambuesa y ragout de manzana.
Obviamente que dentro del menú no podía faltar el vino chileno, puros reservas y gran reservas de lo más finos.
Pero antes de la comilona, el intendente Gabriel Aldoney se dirigió a los príncipes japoneses para destacar el aniversario de los 120 años de historia de relaciones diplomáticas entre Chile y Japón, basadas en la amistad y prosperidad entre ambas naciones.
Aldoney también les describió a las altezas imperiales las principales características geográficas de la Región de Valparaíso. Les conversó sobre Isla de Pascua, el Archipiélago de Juan Fernández; el Cerro La Campana y Peñuelas. Del patrimonio cultural, y en nombramiento de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Los príncipes Akishino escuchaban atentos las palabras de Aldoney traducidas al japonés por un profesional.
Unidos por el pacífico
Si bien la cultura chilena y la japonesa son muy distintas por estar inmersas en dos polos completamente diferentes: el occidental y el oriental, hay algo que nos une con Japón, y es que compartimos el Océano Pacífico.
En ese sentido, el príncipe Akishino destacó los 120 años de la firma del tratado de amistad que permite el comercio marítimo entre ambos países.
Aunque no todo es intercambio naviero. El príncipe nipón también ahondó en otro punto que tenemos en común con el país del sol naciente, y es que por sus características geográficas, ambos países están expuestos a los desastres naturales, como maremotos (tsunamis en japonés) y terremotos.
Desde ese punto -no menor para ambos pueblos- el príncipe de la familia imperial japonesa opinó que es fundamental que Chile y Japón "continúen trabajando codo a codo para contar con medidas de cooperación mutua que les permitan enfrentar los desastres naturales (ver recuadro).
En ese contexto, recordó el simulacro binacional de tsunami que se realizó el año pasado, en el que participaron más de 100 mil ciudadanos.