Académico de la PUCV explica por qué se vienen abajo los edificios en México
Especialista señala que el tipo de suelo y las estrictas normas hacen improbables estos desastres en Chile.
El derrumbe de edificios en México, tras el terremoto de 7.1 grados ocurrido el pasado martes, generó conmoción mundial. Muchos de estos episodios fueron grabados e inundaron nuestras pantallas, donde es posible ver la facilidad con que estas construcciones, que no son de una altura significativa, caen al suelo.
Se estima que son alrededor de 50 edificios los que han colapsado, de alturas que van desde los 4 a los 15 pisos. ¿Cuál es el motivo? Alvaro Peña, director de la Escuela de Ingeniería en Construcción de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, lo explica en detalle.
"En los terremotos hay cuatro aspectos que son fundamentales. El primero es el tipo de sismo, el segundo es la profundidad en que se genera este sismo, el tercero es el tipo de suelo y el cuarto, la vulnerabilidad que tienen las estructuras", señaló.
Tipo de suelo
El terremoto ocurrido en Ciudad de México se produjo sobre una arcilla blanda donde la onda viaja muy lento, pero al llegar a la superficie se amplifica; sin embargo, ese tipo de suelo no existe en nuestro país.
"El sismo fue superficial, en Chile no tenemos esos sismos tampoco y esto genera ondas con mucha oscilación, es decir, los edificios se mueven más por segundo. Eso ya hace que sea un sismo extraño. O sea tenemos un suelo blando, un rompimiento superficial y, por último, aquí hubo edificios mal reparados del terremoto que hubo en ese mismo lugar el año 1985", sostuvo el experto.
Por otro lado, señaló el profesor Álvaro Peña, "las normativas no se actualizaron al nivel que lo hemos hecho en Chile, donde estamos en constante revisión. Creo que en México se aprendió del terremoto que tuvieron en 1985 donde murieron 10 mil personas, pero creo que los edificios de antes del terremoto de 1985 que sufrieron problemas no tuvieron las reparaciones adecuadas".
Sismos superficiales
Chillán en 1939 y Punitaqui en 1997 son los dos lugares donde hemos tenido sismos superficiales en Chile. Fueron muy destructivos, pero como el suelo de nuestro país es distinto, no se llegó a los niveles de México.
"En Santiago, la falla de San Ramón podría ser una falla superficial que podría haber más adelante, pero Santiago tiene un excelente suelo. Las intensidades que vimos en México es muy difícil que las veamos en Chile alguna vez por nuestro tipo de suelo. Nosotros hemos aprendido y, según la norma, actualmente un edificio chileno, después de un terremoto grande, tiene que ser reparable y nunca puede colapsar, son dos premisas grandes que se cumplen y si no, es porque hay un error involuntario de cálculo en la construcción", señaló el académico.
Por otra parte, destacó que en Chile se ha incorporado mucha tecnología sismoresistente a nuestros edificios; hay amortiguadores sísmicos o aislación sísmica, que hacen que el edificio aumente el amortiguamiento y la onda se disipe mucho más rápido.
"O sea, aquí se ha aprendido. El problema podríamos tenerlo en los edificios más antiguos que están fuera de la norma, pero que ya han pasado por grandes terremotos, han sido reparados y la reparación ha sido más depurada", sostuvo el académico.
50 edificios colapsaron producto del terremoto del martes, en Ciudad de México.