La "señora de las banderas" que la lleva este "18" en el Puerto
En Pedro Montt, hay un puesto para engalanar esta festividad a su pinta y país.
"Sueca o mejor esa suiza que está re'linda. Pero estamos en '18', ¡así que me quedo con la chilena, pue' doña!". El hombre de mediana edad que sugiere picarón a la rápida no está al 'casting' de una belleza femenina. Lo suyo, como muchos de los que transitan por av. Pedro Montt con Las Heras, pasa por llevarse un objeto -o varios- que ondea a la brisa fresca de septiembre Patrio.
Y allí en la esquina, de pie con la sonrisa dibujada al rostro y las manos revoloteando en forma de mariposa como señal de bienvenida, una señora con tinte bonachona invita al caleidoscopio de coloridos productos. "Sus regalones", atina a la venta. Porque si hay algo que apasiona a Angelina Abarzúa es trabajar en esto de las banderas. Multiculturales que flamean en torno a más de 70 países. Y de varios equipos de fútbol criollo.
Con Banderas
Son sólo tres semanas al año, pero es en ese breve lapso -asegura- cuando pone lo mejor de sí. Que en realidad toma forma meses antes: desde invierno, junto a su familia, encerrados en su taller casero a la factoría de las banderas. "Yo vendo harto aquí".
Ya son 35 los años curtidos al diseño de uno de los elementos insignes para estas fechas. Una tradición que, en realidad, cuenta Angelina -de cerro Merced- en principio algo tímida, la empezó su suegro, hace más de medio siglo. Y aclara de entrada que este negocio es de carácter patrimonial. " Nosotros obtenemos el permiso como patrimonio", sostiene.
Su permiso le cuesta 15 mil pesos y extiende del 1 al 20 de septiembre.
Son tres los "bandereros" de estas características en Valparaíso. Ubicados distantes en el sector de Aduana (av. Errázuriz y la subida Carampangue), los tres "somos de la misma familia", añade doña Angelina, quien enfatiza que el resto del año se desenvuelve en otro trabajo arduo: ser dueña de casa.
Angelina Abarzúa recuerda que comenzó con las banderas cuando ella tenía 25 años de edad. Que mucha gente que la conoce son clientes fieles. Incluso están los curiosos que no pierden oportunidad de sacarse una 'selfie' junto a las banderas, enfatiza esta comerciante, ya más reída y relajada.
Al paneo, aquí se aprecian banderas de países lejanos como Rusia, India, Irak, Israel, Palestina. También Haití. Ahora, las más solicitadas del exterior corresponden a las de Canadá, Venezuela y Colombia. Pero las que más se llevan son las de Suiza y Brasil. "Incluso tengo la de la diversidad", alude Angelina, a la vez que una mujer irrumpe por su anhelado encargo foráneo.
Clientes contentos
Alba De la Fuente tiene a su nieto en Australia. De allí que se incline por la nación de los canguros. "Nosotros hacemos ramadas en la familia. Para los 18 de septiembre ponemos banderas de todos los países con los que tenemos un vínculo. Ahora, este año, Australia, pero la bandera chilena está al medio del hogar y es la más grande", señala al paso de otro comprador fiel.
Carlos se declara hincha de Santiago Wanderers. Comenta que estaba en la búsqueda de la 'señora de las banderas'. Ahora y de frente, la encontró. "Voy a poner la banderita del club de mis amores para lucirla en el auto. Por luca, feliz", dice saltón .
Una monjita junto a una boliviana van en busca de una bandera del Vaticano y otra de la tierra altiplánica. "Es muy útil contar con esto", se escucha, a la vez que las compran.
Hacerse las monedas
Más al habla, mientras varios transeúntes no paran de saludarla de manera cariñosa, Abarzúa manifiesta que tiene tres hijos, todos grandes. "El mayor vive en Canadá. Mis otras dos hijas trabajan, una ayuda a mi marido, César Barra, en Aduana".
Si es por el precio, aquí las banderas extranjeras están a mil pesos, "chilenas simples" a 600 pesitos, las de escudo -"no se pueden poner en los vehículos", dice- a 800. Las más grandes, a 1200 pesos. Ahora si busca una aún más grande para adornar el hogar, las encuentra a mil y 2500. Doña Angelina es de tener las cuentas claras. Asegura que en un día bueno, se hace entre 30 y 50 mil pesos. Pero en uno malo, y de esos días los hay, fluctúa entre las 10 y 20 lucas. "El 18 en sí no se hace mucho... a lo más, 20 mil pesos, más no".
Banderas que flamean. Las Fiestas Patrias encima. Y doña Angelina Abarzúa, casi a las seis de la tarde, prepara el éxodo -y su avalancha de banderas- a la jornada. Mañana volverá a partir de las 09:00 AM para levantar ánimo y adornar la vida, a muchos.