Manuel Gómez Poblete

Sin llegar a brindar un gran espectáculo -pero evidenciando de igual modo, una enorme superioridad ante su rival de turno- el elenco de Wanderers se instaló anoche en los cuartos de final de la Copa Chile MTS al vencer y eliminar a un irreconocible O'Higgins, por 2-0.

Los rancagüinos -que ya habían caído en el juego de ida, también por dos tantos de diferencia- no fueron rival para un Wanderers que casi a ritmo de entrenamiento, sentenció la llave. Ni siquiera la opción de enfrentar a un rival, en el papel, más débil como Iberia de Los Angeles en la siguiente fase... motivó en demasía a los dirigidos por Gabriel Milito, los cuales, se mostraron en Valparaíso tan limitados como poco ambiciosos.

Así, los 90 minutos fueron un trámite para un Wanderers que a pesar de sus cinco bajas (a los seleccionados Sub 21 Cuadra y García se sumaron Pineda, Gutiérrez y Medel entre los ausentes), se mostró mucho más incisivo que el mal llamado "Capo de Provincia". Incluso, el juvenil Ariel Uribe, con sus apenas 18 años de edad, se dio el gustito de mostrar su habilidosa zurda en el césped playanchino ante un rival timorato y que por su manera de plantearse en el terreno de juego... dio la impresión de que vino a cumplir un trámite, más que a buscar dar vuelta un resultado.

Wanderers así jugó tranquilo y confiado en que los tres puntos, se quedarían en casa. Y si bien las ocasiones de gol tardaron en llegar (Luis Pavez a los 35', sacudió por primera vez al golero Pinto), fue Ezequiel Luna quien en el segundo palo -y tras un pivoteo de Robles, tras un córner servido por Cortés- quien inauguró las cifras a los 38'. Y la posterior expulsión de Albert Acevedo a los 44' (por doble amarilla), sólo vino a sentenciar la llave en favor de los porteños.

Tras el descanso y cuando Wanderers hacía méritos para estirar las cifras, Andrés Robles se hizo expulsar (le entró fuerte a Alarcón) y de ahí... sólo recién ahí... que O'Higgins se atrevió a cruzar la mitad de cancha para insinuar una cierta reacción. El local, más replegado, cerró así sus líneas y esperó el contragolpe para sellar una victoria, la cual llegó gracias a un zurdazo bajo de Pavez, justo en el minuto 90 de partido.

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