"El más chico tenía 7 años cuando llegó con un canastito que decía "Feliz 18 de septiembre para todos y para todas… Le pregunté por qué decía eso y me respondió: Mamá, yo tuve que decirle a la profesora que pusiera en la pizarra para todos y para todas, porque quería que tú también tuvieras un buen 18".

Definitivamente, la igualdad entre hombres y mujeres, es un tema que sale por los poros de la ex directora regional del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género (Sernameg), Waleska Castillo, que hace solo una semana fue inscrita como candidata DC a diputada por la V Región Cordillera. Entre risas, primero dice que en su casa hay democracia, pero luego admite que existe matriarcado. O sea, aunque esté rodeada de hombres -su esposo, Andro Sepúlveda, y sus tres hijos-, manda calzón y no calzoncillo.

Lejos de las bromas, precisamente por los desafíos profesionales que asumió en el Sernameg, como punta de lanza de Bachelet en el recién creado ministerio, fue su marido quien tuvo que asumir los roles que tradicionalmente realizan las mujeres en la casa y en el cuidado de los niños: "Antes compartíamos y ahora hay que reconocer que le ha tocado la tarea más dura en el tema de la crianza. Y por cierto que eso resiente un poco a la familia", cuenta. Y con mayor razón deberá hacerlo ahora, que ella comenzará su carrera para ocupar un asiento en el Congreso.

Su vocación en el servicio social -carrera que estudió en la Universidad de Valparaíso- surgió a raíz de un hecho doloroso, que demoró muchos años en contar y que hoy sigue siendo su dolor más grande. A los 12 años, Castillo fue víctima de un abuso por parte de un astrónomo. "Yo tenía factores protectores, gracias a eso, no pasó más allá. Además, uno olvida. Cuando uno es niña, olvida y cierra ese capítulo. Yo quería estudiar Astronomía, pero producto de esta situación, me alejé de las ciencias". Producto de aquel episodio, comenzó a interesarse por las humanidades. Y de este modo, su primer sueño, la astronomía, fue superado por su intención de hacer justicia.

"Igualdad"

Es una fiel defensora de la ley de cuotas, que recién comienza a regir en esta elección y que dice que ninguna lista puede inscribir menos de un 40% de candidatos de uno u otro género para las parlamentarias.

Pese a que las colectividades aprovecharon en muchos casos los resquicios legales, presentado -por ejemplo- a postulantes femeninas con poca capacidad competitiva, Waleska Castillo considera que "para lograr una igualdad sustantiva tenemos que trabajar previamente la equidad, estableciendo estas cuotas de género".

Pero tiene claro que esta equidad no es fácil de lograr y que requiere de una transformación mayor, sobre todo considerando que la desigualdad se traspasa a otras temáticas, como los niños, los inmigrantes e incluso los más vulnerables.

A su juicio, las mujeres deben seguir haciéndose de espacios de poder y aquello no se logra "pidiendo permiso", sino a través de "una lucha", que hay que dar desde todos los frentes. Por ejemplo, desde su propio partido. "Para nosotros es importante que salgan fortalecidos nuestros valores y eso requiere dejar claro que es una sociedad que no va a aceptar la violencia contra las mujeres", dice a raíz del episodio que echó por tierra la repostulación del diputado Ricardo Rincón, por su relación con un caso de violencia intrafamiliar.

Ese es, para ella, el gran valor de Carolina Goic, su candidata presidencial: "Ha puesto temas en el tapete. Las mujeres somos valientes y asumimos los costos que sean. Cuando las mujeres entramos más a los espacios de poder, lo que hacemos es distribuir el poder y lograr sociedades más democráticas, más profundas. Para eso están tanto Carolina, Beatriz (Sánchez) y la misma Michelle (Bachelet)".

Al momento de su conversación con #Región F, todavía faltan unos días para la inscripción de las candidaturas, por lo que intenta guardar el misterio. Aunque, en realidad, en su partido, la Democracia Cristiana, ya era un secreto a voces que sería la nominada, pese a que todavía en ese momento era la mandamás del Sernameg en la región.

La ley impone restricciones a los ministros, subsecretarios y otras autoridades que quieren ser candidatos y que deben renunciar un año antes, pero al parecer no es así con los jefes de servicio. ¿Debiera igualarse la cancha ahí también?

Bueno, si… Hay que igualar la cancha, pero también hay que revisar ese asunto. Hay todo un proceso de transformación. Los directorios son definidos por Alta Dirección Pública (organismo autónomo que define algunos cargos del Estado) y ahí tendrán que ver las limitaciones correspondientes, porque estamos en un proceso transitorio, donde se debiera incluir esta nueva institucionalidad, que a nosotros nos parece que es necesaria.

En todo caso, su norte -si logra llegar al Parlamento- está claro: "Lo que uno espera es transformar la sociedad, no sólo desde las políticas públicas, sino que también desde nuestra legislación, disminuir las brechas que las mujeres, que los hombres, que los niños y las niñas, tienen en nuestra legislación.. Queremos llegar a una plena igualdad", dejando atrás la estructura "patriarcal y machista", que -a su juicio- todavía subsiste en la sociedad.