Agosto es del chancho y no de los gatos, dicen en el sur
La primera y última semana del octavo mes del año, en la región del Maule se realizan populares fiestas donde las atracciones son preparaciones en base al cerdo. Asistimos a una de ellas en la localidad de Curtiduría.
Lo mejor de la cocina criolla y tradiciones campesinas, ofrecen por estos días actividades costumbristas en los días previos a la celebración de Fiestas Patrias.
Ejemplo de ello lo dieron los habitantes de Curtiduría, un atractivo pueblito ubicado en la comuna de Pencahue, en la región del Maule.
Como lo vienen realizando desde hace 11 años, el último fin de semana de agosto celebraron el día del Chancho, donde exhiben sus mejores preparaciones del animal, tanto asado como al horno, aliñado o ahumado, es decir, al gusto del cliente.
El centro de eventos fue el sitio escogido para recibir a los turistas que llegaron en vehículo o en el romántico buscarril procedente desde Talca. Con esquinazo recibieron en la estación a los afuerinos, que luego caminaron un par de kilómetros para llegar a destino. Vale la pena la caminata por el paisaje, con casas antiguas de adobe donde se almacenaban cueros que dieron origen al nombre del pueblo, y bodegas de vino.
El sanco
A la entrada del recinto los visitantes eran recibidos con una degustación de pan con chicharrones y una pasta llamada sanco. "Es harina tostada humedecida con agua caliente y mezclada con chicharrones y cebolla. Es el desayuno que se sirve cuando se mata un chancho", explica Berta Rojas Arancibia, residente de Curtiduría y presidenta de Evencurt, un grupo de mujeres del pueblo que se unió para hacer turismo tradicional criollo, rescatando las tradiciones culinarias.
Dos sacos de papas, 100 kilos de prietas, 200 kilos de asado y cazuela, 15 gallinas de campo, fueron la materia prima para los deliciosos platos como la cazuela de cerdo con chuchoca, costillar, arrollado, queso de cabeza y cazuela de ave de campo con trigo partido (no con fideos ni arroz). Por menos de 5.500 pesos los comensales quedaban satisfechos en los comedores, donde no podía faltar el pebre y pan amasado, y las botellas o jarras de vino local de la cepa país, las que se guardan en vetustos chuicos. Empanadas de pino de horno a luca fueron las favoritas de los más pequeños, así como las infaltables sopaipillas, churrascas y tortillas de rescoldo. En los comedores del patio los visitantes disfrutaron de concursos, música folclórica y las populares rancheras, que motivaron a no pocos a saltar a la pista con sus pañuelos al viento.
Hubo muestras de artesanía, orfebrería, mostos de viñas familiares y de pequeños agricultores, prendas de vestir autóctonas, donde los exponentes locales demostraron todas sus habilidades. Todo en un ambiente cálido y familiar, donde el turista se siente como en su casa gracias a la hospitalidad de los anfitriones.
Mejorar los servicios
La señora Berta cuenta que si bien en Curtiduría no se vieron afectados en su geografía por los graves incendios del verano en la Región del Maule, sí los perjudicó la suspensión del servicio del buscarril turístico por toda la temporada estival. "Era una fuente de ingresos para todos los sábados del verano", admite la dirigenta, que puso énfasis en las cosas que necesitan para mejorar los servicios. "Tenemos muchos deseos de hacer cosas pero nos falta estar más preparados. Poseer más alojamientos para los turistas y un restaurante donde a diario ofrezcamos nuestras comidas típicas".
El año pasado la fiesta del Chancho de Curtiduría recibió a unas 300 personas, pero en esta versión esa cifra se superó con creces, por lo que las organizadoras extremaron recursos para dejarlos a todos contentos.
Agosto es sin duda el mes del cerdo en la región del Maule. La primera semana se realiza con singular éxito la masiva fiesta del Chancho Muerto en la plaza de armas de Talca, donde acuden miles de personas. Y el último fin de semana es el turno de Curtiduría. "En agosto se usan de mejor manera los productos y subproductos del chancho. Curtiduría necesita más apoyo para su desarrollo económico y por eso tiene una salida exclusiva del ramal turístico", explicó Carolina Reyes Bravo, directora regional de Sernatur Maule.
La autoridad se refirió a la importancia de llevar a cabo en la zona y otros puntos del país estas actividades típicas. "Realizar estas fiestas costumbristas, tener la posibilidad que expongan sus productos, se transforma para estas localidades en una de las pocas instancias de desarrollo económico local. Pueden vender sus alimentos y artesanía, mostrar su folclore y sus emprendimientos. Como Sernatur apoyamos no solo la fiesta para comer y oír música, sino que los visitantes recorran el sector y conozcan los productos de la tierra y así ellos puedan generar ingresos durante el año", remarcó Carolina Reyes.