El spa que surgió del amor entre una colombiana y un chileno
Om Samadhi se ubica en un rincón secreto a sólo minutos del centro de Reñaca. Rodeados de naturaleza, paz y tranquilidad es el lugar ideal para desconectarse.
Dejamos la urbe de un respiro. El camino encementado se vuelve de tierra. El frenesí de la ciudad se convierte en un silencio pacífico. Ya no hay casas ni vehículos lujosos, sino construcciones nobles hechas a base de materiales reciclados; adobe, vidrio y madera.
Aquí cada hogar tiene su propia identidad, y conviven en total armonía entre árboles, el verde frondoso de la diversa flora, y las alegres melodías de los pájaros que dialogan entre sí preguntándose unos a otros: ¿quiénes son los extraños que acaban de llegar?.
Parece mentira que hace un instante estábamos en la ciudad.
Se abre un portón de madera, y en la primera casa a la derecha encontramos el spa rural Om Samadhi. Las piedras de cuarzo nos guían el camino, y un contemplativo Buda que medida en el antejardín nos da la bienvenida.
Así nos vamos adentrando en este rincón singular ubicado a sólo minutos del centro de Reñaca.
Desde la entrada de la morada se puede oler el Nag Champa. Y de punta en blanco nos reciben sonrientes Doris Rodríguez y Claudio Guzmán, dueños de casa, y anfitriones del spa rural.
Todo por amor
Pero antes de conocer las bondades que ofrece Om Samadhi spa rural, es importante volver a su origen, ya que fue fundado como un proyecto de la pareja conformada entre Doris y Claudio.
Doris es oriunda de la ciudad de Cali, Colombia, y hace más de siete años dejó su tierra natal para venirse a Chile. Kinesióloga de profesión, se radicó en Santiago, donde trabajó en centros de estética.
"Nosotros nos conocimos el mes de noviembre, y yo aún vivía en Santiago. Un día él me mostró una foto de donde vivía. Recuerdo que se veía la entrada de este lugar. Y cuando yo vi la foto me sentí cautivada, el lugar me tocó muchísimo. Sentí que era un lugar que yo ya había visto en algún momento. Tal vez lo había soñado...", relata Doris.
Ella no dudó en viajar a Viña para reunirse con Claudio. La conexión entre ambos era evidente. Conversando y compartiendo experiencias, Doris le contó a Claudio que en Colombia eran muy comunes los spa rurales, y que "este bellísimo lugar era ideal para crear uno".
Fue así que una luz se iluminó en la cabeza de Claudio. Tomando en cuenta que -en ese entonces- él ya utilizaba el espacio para realizar terapias de masajes y Reiki.
"Desde el año 2000 hasta enero de este año yo me dedicaba a hacer masajes -básicamente-, porque poca gente se hace Reiki aquí en Chile. Entonces me hizo mucho sentido lo que Doris me planteaba, ya que el ser humano es más de piel y de contacto físico", agrega Claudio.
En dos meses ya eran una pareja con un proyecto de vida y laboral en común, que se consolidó en medio de su propio paraíso terrenal y espiritual.
Y en enero de este año inauguraron Om Samadhi Spa Rural.
Concepto del spa rural
La maravilla del spa rural, es que se ubica en medio de la naturaleza -como en el campo- y al mismo tiempo está cerca de la ciudad. Y así los citadinos y citadinas estresados con el ajetreo del día a día, tienen la facilidad de arrancarse para relajarse un rato.
Incluso pueden hacerlo a la hora de colación, o en un tiempo libre fuera de la jornada laboral, y regresar completamente renovados a la pega.
Camino de naturaleza
Cabe destacar que en el spa rural Om Samadhi no todo es relajación, ya que las terapias que ofrecen están directamente relacionadas con la filosofía que Claudio y Doris siguen como camino de vida: el Tao.
"La esencia del Tao es guiarte para ir alcanzando maestría. Y cuando la gente viene también queremos transmitirles la filosofía", explica Claudio.
Y agrega: "Como la maestría del desapego, o que la vida hay que vivirla de una forma simple. Que no hay que hacerse problemas con los problemas. Cuando uno dice '¡uy tengo tantos problemas!', pero en realidad uno crea el problema de una situación. Y si yo no me hiciera un problema, esa situación sería tan solo una experiencia de vida más".
Para regalonearse
Una pareja golpea la puerta. Son recibidos por Doris y Claudio, quienes los invitan a pasar; sacarse los zapatos, y colocarse unas cómodas pantuflas. El interior de la casa está muy acogedor con el calor de la estufa a leña. Los jóvenes vienen por un día de distensión en este particular spa.
"La mayoría de las personas vienen en parejas. De amigos, amigas, pololos, matrimonios, madre e hija, etc. A veces también vienen en grupos de tres o cuatro personas. Hace un tiempo vinieron cuatro amigas a celebrar el cumpleaños de una de ellas. Y nosotros les brindamos un servicio para la ocasión, con adornos y torta. Lo pasaron de lo mejor", cuenta Doris.
Una de las características del servicio del spa rural Om Samadhi, es que la atención es lo más personalizada posible y por sus propios dueños. Es por eso que las personas agendan una hora y fecha y así no se topan con otros clientes.
Sentados, los anfitriones les consultan a los clientes si tienen alguna enfermedad de consideración, entre otras preguntas de rigor, como la intensidad del masaje. Además, les comunican que aquí el masaje es de cuerpo completo.
El resto es pura diversión y relajación.
Circuito de relajación
El servicio de circuito spa de Om Samadhi dura cuatro horas, y tiene un costo de 40 mil pesos por persona, y 50 mil pesos por pareja. Y el primer tratamiento es el del hidromasaje.
La pareja entra en una especie de jacuzzi donde el agua está con una temperatura muy agradable, que puede llegar hasta los 42 grados. Ideal para los días fríos de invierno.
"El hidromasaje ayuda a descongestionar y desinflamar los tejidos del cuerpo. Tiene un efecto sedante de mucho confort a nivel del sistema nervioso", asegura Claudio.
Ahí la pareja disfruta de un momento ameno con brebaje que puede ser vino o jugo natural.
Luego viene el sauna seco con infrarrojo. "Ayuda a los espasmos, contracturas musculares, irrigación sanguínea. Libera estrés y tejido graso, porque al transpirar liberas toxinas y ayuda muchísimo".
El circuito también incluye un snack saludable de frutas frescas que contengan mucha agua para hidratarse, tomando en cuenta que a esa altura uno ya ha liberado muchas toxinas del organismo.
Después se pasa a la camilla de Jade, que tiene un rodillo que circula a través de la columna desde la nuca hasta el coxis. Y la gracias es que este rodillo está hecho de piedra de Jade, al que se le incorpora calor infrarrojo.
"Y además la camilla adentro tiene unas placas de carbón que también generan calor, y ambos calores son antiinflamatorios. Por otro lado, el efecto del rodillo de Jade sobre la columna es de una suave quiropraxia que va separando las vértebras una de la otra", destacan.
Masaje holístico
Y finalmente, la pareja se recuesta sobre las camillas para someterse al masaje manual realizado por Doris y Claudio.
La pareja asegura que en general es un masaje holístico total. Eso quiere decir que se trata de trabajar sobre el cuerpo físico, mental y emocional, a través de diferentes técnicas.
"Las técnicas del masaje holístico son: quiromasaje, masaje tailandés, shiatsu, reflexología, masaje craneal hindu, y Reiki. De acuerdo a cada persona es el masaje que va a recibir, con lo que hablamos previamente, y con lo que el mismo cuerpo de la gente nos transmite".