Cargadores atentos ante nueva 'Ley del Saco' 2.0
La normativa comenzará a regir este 17 de septiembre. Busca reducir de 50 a 25 kilogramos, el peso máximo de manipulación de carga.
"Quería parecerme a Tarzán: acabar con la grasa y desarrollar mis músculos". Sylvester Stallone o, que casi es lo mismo, su alter ego Rocky Balboa, para parecer un mastodonte arriba y afuera del ring, levantaba pesos... a lo bárbaro. Y las carnes, ya sea sobre sus hombros o al azote con sus nudillos a puño pelado, eran parte de su sesión ruda de entrenamiento.
Hasta avenida Pedro Montt, un camión se estaciona.Proviene de Santiago. Desde sus puertas, emergen dos hombres. Jorge Velásquez, capitalino, procede a descargar una caja: 23 kilos es el peso que corrobora a la pasada. Continen res. Detrás suyo, otro colega, más fornido y sonriente, llamado Emmanuel, oriundo de Haití, transporta otros 23 kilos. Balbucea un castellano con tinte creolés: "Yo cargar más peso, pero bien; eso que dices es ley".
A lo que en realidad se refiere Emmanuel es que está de acuerdo con la nueva norma, esa denominada 'Ley del Saco' que regirá a contar de este 17 de septiembre... en plenas Fiestas Patrias. Su objetivo: reducir de 50 a 25 kilos el peso máximo que un hombre puede manipular en operaciones de carga y descarga.
Por su parte, la Dirección del Trabajo es el organismo encargado de fiscalizar el correcto cumpliendo de la normativa. En cuanto a las sanciones, estás varían entre 9 y 60 UTM. Ojo, esto dependerá de si la empresa tiene entre 1 y 49, 50 y 199 o 200 y más trabajadores. No es todo: menores de 18 años y las mujeres no podrán llevar, transportar, arrastrar y empujar manualmente -y sin ayuda mecánica- cargas sobre 20 kilogramos.
Carnicerías
Pedro Araya es el dueño de la carnicería Pedro Montt, hasta donde Emmanuel y Jorge traen la mercadería fresca. Aquí descargan aproximadamente por cada cuarto unos 58 kilos de peso. Cuatro veces a la semana. "Habrá que traer algún aparato que descargue como esos camiones que tienen plataforma donde bajan el producto hasta engancharlo en una especie de uñas portátiles y así trasladarlos al interior del local. Pero te digo una cosa: al principio la ley rige, pero después se olvida", comenta don Araya, que no se despeina a los cortes como la posta negra, rosada y asiento.
En calle Uruguay, Patricio Zamora es el jefe de local 'Doña Carne'. Asegura que evalúan el asunto. Que eso lo maneja -y estudian- la parte operativa de prevención de riesgos y también con el sistema de transporte externo. "Lo más probable es que se empiece a exportar de Santiago, y acá llegue la mercadería exportada", acota.
Acá se descarga por la vara, por ejemplo, un cuarto podría pesar entre 50 a 70 kilos. Las descargas de las carnes blancas y rojas son los días lunes (1200 kilos), miércoles (1200 kilos) y viernes (1800 kilos). "A veces está pasado en ese peso y hay que cuartear la carne a 80 kilos", ahora con la Ley, Zamora vislumbra una complicación: cree que se van a tener que hacer más viajes, por camión. No es todo: "Es probable que la carne nos llegue toda faenada y cortada. En bandejas o cajas".
En El Cardonal
La musculatura aquí es un valor agregado. Cargadores hechos al oficio en la universidad de la vida y cuyo pasado los ubica en aquella generación porteña de tipo curtidos en las testosteronas del más fuerte.
Se aprecia a José Peña, quien afirma llevar más de medio siglo en esta faena en El Cardonal, una donde se remangaban los pantalones, quitaban zapatos y andaban a pie descalzo sobre el ardiente pavimento. "Soy de los cargadores antiguos. Está ley está buena porque hay algunos colegas como yo que están viejos. Antes los sacos eran de 80 y hasta 100 kilos", comenta don José quien labora de lunes a sábado, y que desde las 5 AM está atento a las bajadas de cajones con zapallos y tomates, sobre los 25 kilos.
Sin embargo, Samuel Vicencio, porteño, de 43 años, sobre su espalda porta un saco de 50 kilos de papas. Se opone a la postura de don José. Dice no estar de acuerdo con esta Ley, a la vez que su otros dos socios se acomodan más cargas aquí sobre un camión en calle Rawson. "Va a ser mucho el trabajo de la gente en el campo, y aquí mismo. Ahora estoy cargando un saco de 50 kilos. Imagínate descargar uno de 25 kilos: es más trabajo y menos plata. Además voy a tener que darme 300 vueltas y no las cien...", menciona Vicencio, entre cajoneros, paperos, carretoneros y otros trabajadores que como este cargador, reconoce que la pega es pesada. Pero a lo Rocky Balboa, aquí siempre se las arreglan para salir adelante con el peso.
Como Samuel Alvarado, quien descargaba sacos de 90 kilos en El Cardonal. Con el tiempo, y a los 44 años, su cuerpo se resintió: una lesión a la espalda lo tiene complicado. Por eso ve con buenos ojos esta Ley: "Entre los colegas, varios están en contra: alegan que será más trabajo. Pero será mucho mejor. Ahora no tendrás que tener fuerza, sino resistencia. Incluso servirá de ejercicio cardiovascular". A la suma, Alvarado tiene tradición familiar en este oficio: "Habrá mejor almacenaje, más venta: la gente se podrá llevar sacos a la mitad del precio", dice, mientras se prepara para más bultos. Acá, una cosa es cierta: todavía hay cajones -y carga- para rato…
"una buena ley"
El senador Francisco Chahuán destacó que "ésta es una muy buena ley, que logra finalmente reducir el trabajo pesado, pensando que la carga manual pueda bajar de 50 a 25 kilos. Claramente esto dice relación con estudios ergonómicos que nos permitirían reducir las enfermedades del trabajo y ciertamente está muy bien orientada. Esto va a marcar un hito en torno a la protección del trabajador y es por eso que la respaldamos con tanta fuerza".