La frecuencia e intensidad de las marejadas que han afectado las costas chilenas y en especial el litoral de la quinta región; ha provocado daños serios en la propiedad pública y privada. Sólo el año pasado se registraron más de 55 eventos de marejada y en lo transcurrido de este año van más de 30 eventos.

El borde costero de la avenida Perú ha sido uno de los sectores más afectados por estas marejadas por lo que se ha considerado como solución a este problema la construcción de un enrocado, junto con un muro de aproximadamente un metro de altura que elevaría además el nivel de la calle.

Si bien es evidente que se requieren medidas rápidas que permitan disipar en parte la energía de las olas y disminuir los riesgos de daños sobre la infraestructura y equipamiento público y privado. También es necesario considerar que la instalación de cualquier estructura de protección costera, debe considerar para su diseño un acucioso estudio del patrón de circulación a pequeña y mediana escala espacial y temporal. Esta información es indispensable para construir un modelo que permita proyectar el efecto que tendrán sobre la circulación y el transporte de sedimentos la instalación de estructuras de defensa en el sector en que se planea intervenir y también en sectores adyacentes.

Así son variados los ejemplos en nuestro continente donde la instalación de obras de defensa costera, ha provocado cambios severos, muchas veces no previstos en zonas adyacentes. De este modo cualquier obra a ejecutar en la Avda. Perú debe considerar los posibles efectos en la sedimentación y conformación costera de sectores vecinos como por ejemplo la desembocadura del Estero de Viña del Mar y la Playa el Sol y sector del muelle Vergara.

Juan Manuel Estrada

Director Centro de Investigaciones Marinas, Uversidad Andrés Bello

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