Estable, conectada a ventilación mecánico, con sedoanalgesia y sin el apoyo de drogas vasoactivas se encuentra la menor de 14 años con 22 semanas de embarazo M.P.V.E. que permanece internada en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso tras recibir un balazo en la cabeza el jueves pasado en su domicilio de Olmué.

Así lo confirmaron los médicos tratantes de la niña quienes descartaron el rumor que corrió ayer de muerte cerebral e incluso hablaron de una leve mejoría.

"Clínicamente no tiene ningún criterio de muerte cerebral, la niña está en riesgo vital, pero estable. Podríamos decir que la paciente se ha logrado estabilizar y estamos con todas las medidas que se deben ir instaurando de acuerdo a la evolución de un tec grave como el que tiene", dijo la doctora Adriana Dietes, jefa de la Unidad de Paciente Crítico Pediatrico del hospital Van Buren.

Por su parte, el doctor Carlos Bennet, jefe del servicio de Ginecología y Obtetricia del hospital, la evolución del embarazo es satisfactoria. "Tiene 22 semanas, no está cerca del límite de viabilidad fetal que nosotros tenemos como norma en el hospital por lo tanto, (la cesárea) no es algo que hoy está contemplado", dijo. Sobre 24 las semanas de desarrollo mínimo se podría analizar una intervención, pero todo dependiendo de cómo evolucione la niña.

Completamente consumida por las llamas resultó una vivienda de material ligero ubicada en la intersección de las calles Lago Esmeralda con Lago Peñuelas en el sector de Santa Julia, en Viña del Mar.

El siniestro se originó a eso de las 14.00 horas cuando por razones que se investigan, la vivienda comenzó a arder rápidamente. Debido al gran tamaño de la llamas y al inminente peligro de propagación, vecinos del sector llamaron a Bomberos y comenzaron las labores para tratar de rescatar a los dueños de casa: dos personas de la tercera edad que se encontraban en el segundo piso del inmueble.

Bomberos logró controlar las llamas en un trabajo que duró dos horas. Hubo un lesionado con quemaduras leves.

Sebastian Paredes

"El viernes me avisaron que mi hija había tenido un accidente en la escalera de la casa donde vivía en España. Me dijeron que estaba con muerte cerebral y la verdad es que no lo podía creer", relató con un nudo en la garganta Manuel Briones, un porteño de 30 años, padre de la pequeña Naiara Valentina Abigail Briones, quien el fin de semana falleció en la localidad de Sabiñánigo, Aragón, España.

"Pero después mi prima se puso a averiguar y se dio cuenta que el caso de mi hija era más grave que un accidente en la escalera. A mi hija la torturaron hasta matarla", agregó Manuel Briones.

Efectivamente durante el fin de semana la prensa española llevó en primera plana el crudo asesinato de Naiara Briones, quien nació en Sabiñánigo, quien fue ultimada por el hermano de la actual pareja de la madre en España.

El hombre, identificado como Iván Pardo Pena, guardia de seguridad, confesó los hechos ante la justicia española. Pardo Pena señaló que durante la mañana del miércoles pasado propinó golpizas y torturas a la menor las cuales se extendieron por horas.

Entre la lesiones se encuentran edema cerebral, rotura de bazo, golpes y magulladuras por todo el cuerpo, además de hematomas circulares en muñecas y tobillos, lo que los médicos que asistieron a la menor en el hospital de Zaragoza, atribuyen a marcas de amarraduras.

La menor agonizó durante 30 horas y el autor confeso del delito quedó detenido. Manuel Briones, el padre de la menor, tenía la sospecha que algo raro estaba pasando con su hija. "La madre intentó cortarme el contacto con mi hija. No la veo físicamente desde que tenía tres años y medio y la última vez que hablé con ella por video llamada fue hace seis meses", dijo el padre.

Manuel, entre la angustia y la rabia por la muerte de su pequeña, agregó que "hace poco la mamá de ella me contactó porque quería cambiarle el apellido a mi hija; quería que llevara el apellido de su nueva pareja. Ella me decía que a mi hija le estaban haciendo bullying y que no la integraban mucho por lo mismo, pero yo no accedí al cambio".

Para Manuel, la madre de Naiara también es culpable de la muerte de su hija. "Ella sabía lo que estaba ocurriendo y por lo mismo no me dejaba ver a la niña. Tal vez no quería que viera las marcas en su cuerpo. Ahora ella anda lejos, como si no hubiera hecho nada".

Los familiares de Manuel entregaron más antecedentes a este sórdido caso de maltrato infantil. Afirmaron que actualmente la pequeña no vivía con su madre y la pareja de ésta. "Ella vivía con la suegra de la mamá de Naiara y con el cuñado de ésta, quien finalmente la mató", aseguró un primo de Manuel.

La prensa española señala que además de Naiara, la mujer tiene a cargo dos nietas más de 12 y 15 años, quienes estaban en la casa cuando ocurrieron los sangrientos hechos.

Según el testimonio de las menores a la Guardia Civil Española, el hombre mantuvo encerrada en su habitación a la menor de ocho años por al menos tres horas, desde las 08.00 hasta las 11.00 horas de la mañana del jueves.

Según las niñas se escuchaban gritos y golpes desde el interior de la habitación. La abuela de las menores no se encontraba en casa.

Según se informó, el autor del homicidio tras los exámenes médicos no arrojó ningún tipo de trastorno mental que influyeran en su actuar al momento de quitarle la vida a la menor de 8 años.

Viaje

El joven de 30 años, quien se desempeña como gásfiter, necesita viajar lo antes posible a España con el fin de traer a Chile el cuerpo de la menor.

"Necesito irme a España lo antes posible porque deseo traer el cuerpo de mi hija (ver recuadro). También quiero que allá se haga justicia y no sólo que pague el tipo que mató a mi hija, sino que también pague su mamá porque ella sabía de todo lo que estaba pasando y no hizo nada", señaló Manuel Briones en conversación con el diario la Estrella de Valparaíso.