TTal como lo anunciara el viernes pasado la alcaldesa Virginia Reginato, ya se inició la recuperación de los jardines del Reloj de Flores, ícono turístico que quedara sepultado tras la caída de un enorme árbol la madrugada del 19 de mayo.

La zona ya se encuentra totalmente despejada y personal municipal trabajaba ayer en el área para poder iniciar próximamente la recuperación ornamental del área, lo que debiera quedar concluido esta semana.

Mayor tiempo requerirá la puesta en funcionamiento mecánico del reloj, cuya estructura resultó totalmente dañada con la caída del pesado árbol. La empresa Relojes Olvera, fabricante del mecanismo con sede en México, comenzó a elaborar las nuevas manecillas y a realizar una evaluación a distancia por medio de GPS del funcionamiento digital de la estructura. Asimismo, un técnico de la empresa en Chile, está evaluando los daños del sistema mecánico que está debajo del Reloj de Flores, en una caseta.

El director de Operaciones y Servicios del municipio, Patricio Moya manifestó que el compromiso es que en menos de un mes, el reloj esté totalmente habilitado.

El Reloj de Flores fue instalado el 15 de mayo de 1962. Está formado por más de 8 mil flores y plantas, entre begonias blancas, rosadas y rojas, pirestrum y etcheverrys .

Priscilla Barrera Ll.

Fotografías impublicables por su crudeza hicieron llegar familiares de Juan Francisco Benavides Abarca, un adulto mayor de 88 años que tras permanecer casi un mes internado en el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, fue dado de alta con profundas lesiones en su cuerpo las que, según denuncian sus hijos, fueron provocadas por negligencia del personal de la Unidad de Emergencia y de Medicina del centro hospitalario viñamarino.

Se trata de escaras en la zona del coxis y talones además de otras lesiones en la zona donde tenía instalada una sonda Foley debido a una infección urinaria que presentaba el paciente quien a fines de febrero sufrió un accidente vascular.

Bernarda Benavides, una de las hijas del afectado, detalló que su padre sufrió un accidente vascular el 22 de febrero de este año, razón por la cual ingresó en primera instancia a la Clínica Reñaca donde fue estabilizado y al cabo de 3 días fue dado de alta comiendo papillas y aceptando líquidos.

"Lo trajimos a la casa (...) Acá estuvo como dos semanas hasta que presentó algunas dificultades que derivaron en una infección urinaria que obligaron a trasladarlo al Gustavo Fricke", precisó Bernarda.

Mala atención

Desde un comienzo la hija del paciente admite que tuvieron una mala atención pues si bien ingresaron a las 22 horas del 25 de marzo recién a las 3 de la madrugada del 26 logró el ingreso de su padre en la Unidad de Emergencia.

"Yo reclamé porque mi papá es un adulto mayor pero aparentemente la tercera edad no le importa a nadie. No era prioridad. Después que lo evaluaron determinaron que tenía que quedar hospitalizado. Mi papá ingresó con una pequeña irritación en la nalga, era una irritación pequeña", acotó Bernarda.

En la unidad de emergencia, el adulto mayor no habría tenido un trato adecuado, debiendo turnarse sus hijas para proporcionarle alimentación.

Bernarda catalogó como denigrante la atención y como indolente el trato del personal hacia los pacientes. Juan Francisco fue trasladado a la unidad de medicina, donde la experiencia no fue mejor. "No existe ningún grado de vocación. Uno de mis hermanos encontró a mi padre defecado. Es muy humillante. No queremos que alguien más vuelva a pasar por esto", acotó Bernarda quien al requerir explicaciones por las lesiones sufridas por su padre asegura que en la Unidad de Medicina les informaron que su padre ingresó en esas condiciones desde la Unidad de Urgencia.