Joan Melé en Chile: una banca ética para cambiar la economía mundial
En su visita, el catalán proclamó una refundación bancaria para todo el mundo, con más transparencia y honestidad con el cliente. Su idea es que Chile cuente con un banco ético de aquí a los próximos cuatro años.
Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
Aeso de las 20.00 horas allá arriba, en los cerros, la gente ya está pensando en dormir y recuperar toda la fuerza necesaria para salir a poner el hombro al día siguiente en la pega. Muchos de los que viven ahí, alejados de la vida académica y de las altas ciencias que se estudian en la universidad, hoy están desencantados con la economía, los bancos, las crisis y esas estafas piramidales que, cada cierto tiempo, son presentadas en los medios, junto con todos aquellos que cayeron.
A la misma hora, en plena avenida Brasil, hay un momento de la conversación en que el español Joan Antoni Melé, impulsor de la banca ética, especialista en economía social, finanzas y humanidades, se despoja de su corbata, se abre un poco la camisa y se acomoda en el sillón, relajándose luego de haber dado una larga conferencia en la Facultad de Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
Pese a ser un banquero, bien mal catalogó a su oficio durante esa hora y media en la que estuvo dialogando, abiertamente, con estudiantes, profesores y personas comunes y corrientes de Valparaíso, todos ellos intrigados por la promesa de una banca ética para Chile, de aquí a los próximos cuatro años.
Luego de haber trabajado durante casi treinta años como director de sucursal en un banco tradicional de Cataluña, en España, Melé pudo comprender desde dentro el funcionamiento de la banca y cómo es que éste contribuye a sostener y reproducir esos antivalores que hoy fustiga. Un modelo que, según él, se ha perpetuado en el tiempo, producto del escaso conocimiento que los clientes tienen sobre el lado más oscuro de las cajas de ahorro.
"Si en estos días el mundo vive una crisis económica tan gigantesca como las que presenció a comienzos del siglo XX, es por dos razones: la primera tiene que ver con el funcionamiento inhumano de los mercados y la segunda está dada por las personas que invierten y no se preocupan por el destino final de sus ahorros. En consecuencia, no es lo mismo invertir el capital del banco en un retail que explota a sus trabajadores, que en un proyecto amigable con el medioambiente y el bienestar de su gente", sostiene este banquero fuera de lo común.
Banca para el cambio
Fueron los revolucionarios '70s, específicamente 1971, el momento histórico en el que se sentaron las bases de uno de los primeros bancos éticos del viejo continente, Triodos Bank. Todo comenzó con la creación de la Fundación Triodos, cuyos orígenes se remontan a un encuentro de 1968, en Holanda, en donde se reunió un prestigioso grupo de estudiosos orientados a encontrar una forma alternativa, más consciente y sostenible, de gestionar el dinero. Lo formaban un economista, un profesor de derecho fiscal, un consultor de empresas y un banquero, quienes querían ayudar a que el dinero tuviese un poder de transformación positivo en la sociedad, y no todo lo contrario.
El encuentro cosechó los primeros frutos el día en que fue creada la Fundación Triodos, destinada a canalizar donaciones de privados hacia iniciativas innovadoras en los sectores social, cultural y medioambiental.
El segundo momento, y seguramente el más decisivo, se produjo en 1980, con la constitución como banco de Triodos Bank, permitiendo incrementar la solidez e influencia positiva del proyecto y consiguiendo abrir sus puertas, sucesivamente, en Holanda, Bélgica, Reino Unido, España y Alemania.
Ahora bien, ¿cuál es el rol que ha cumplido Joan Melé en el devenir de Triodos como un proyecto bancario a nivel mundial? Si actualmente se encuentra de gira por el mundo entero, dando cátedras en distintas universidades y grandes auditorios sobre el vínculo directo entre inversión y moral, hubo un tiempo en el que se hizo cargo de implementar todas estas ideas en España.
Y justo le tocó asumir responsabilidades durante una de las épocas más negras, en un país que estaba siendo asolado por la burbuja inmobiliaria, la especulación y una cesantía que se elevaba a cada momento, llegando a estar por encima del 25%.
"En ese tiempo, en mi país, millones de personas perdían sus ahorros por los engaños del banco. Por eso es que una de nuestras principales máximas a la hora de trabajar, tiene que ver con no tener productos que pongan en riesgo al cliente o dejar de invertir en economía especulativa. Nuestro centro es la economía real, basada en industrias, pequeños emprendimientos o artesanos, por ejemplo", cuenta.
Sus principios quedaban en evidencia cada vez que sus palabras se impregnaban de indignación cuando exponía que el 99% del dinero que hay alrededor del mundo, ha sido apropiado por el 1% de la población.
"No puede ser que tan sólo una mínima parte del dinero invertido esté despositado en la economía real, todo el resto está en manos de la especulación financiera. Por eso es que no tuvimos problemas con la crisis, por invertir en la economía tangible", argumentaba a sus oyentes, muchos de ellos novatos comerciantes que, con mirada fija, se iban encantado de a poco con la idealista retórica del banquero.
Transparencia y moral
El origen de las finanzas éticas modernas estuvo conectado con la erradicación de la esclavitud, un hecho significativo considerando que han pasado casi doscientos años desde entonces. Fue en los Estados Unidos del siglo XIX, que algunas comunidades religiosas decidieran poner su dinero en donde estaban sus valores morales, lo que se traducía en dejar de invertir en proyectos cercanos a la esclavitud o el alcohol.
Otro hito más reciente para el impulso de la banca ética se produjo ahí mismo y en tiempos tan convulsos como los años 60'. Aquellos que cuestionaban con protestas la Guerra de Vietnam, tomaron conciencia de que, al tener sus ahorros en los bancos, estaban contribuyendo en el conflicto.
Para dar cuenta del poco compromiso que existe en nuestros tiempos sobre este problema, Melé narra la historia de cuando, hace unos años, tuvo que reunirse con una importante congregación europea, cuyo nombre prefiere ocultar. "Creían que dinero y ética no estaban vinculados y les enrostré que eso no era así. Que cómo puede ser posible que mientras se golpean el pecho tengan tanto dinero acumulado, producto de inversiones en bancos de dudosa reputación", recuerda.
De ahí que considere que la transparencia sea una herramienta vital para la conexión entre el banco y su gente. Desde su perspectiva, "una buena banca tiene siempre mucha relación tanto con clientes como con empresas, sean éstas pequeñas o medianas. Entonces si tu interés real es que el mundo esté bien, debes establecer vínculos auténticos, encontrar la forma de ayudar a la gente, a partir de buenos y duraderos lazos. Y esta ha sido la clave de nuestro éxito: Si hay algo que al cliente no le conviene, se lo decimos, tío esto no es para ti. Se trata de honestidad".
Banca ética para chile
Cuarenta bancos éticos dan vueltas, hoy día, por el mundo entero, intentado construir un nuevo modelo económico, centrado en el vivir bien y la buena conciencia. Entonces si Melé está en nuestro país dando charlas por todo el mundo, es porque su objetivo es construir un proyecto así, de aquí a los próximos cinco años.
¿Y cómo es que pueden llegar a competir de igual a igual con proyectos que no presumen de ser éticos? "Pues porque ofrecemos los mismos servicios que cualquier otro banco. Si damos eso, además de que somos transparentes, no te engañamos, ni te acribillamos de comisiones y precios elevados. ¿A qué estás esperando? Por eso la gente, cuando lo descubre, se va cambiando e incluso lo comentan con sus familias y amigos. Ellos nos llamaron éticos por primera vez", responde.
El futuro es incierto para los banqueros éticos de nuestro país. Por eso es que necesitan de muchas manos y colaboradores que se vayan interesando en el proyecto, para así darle sustento a la economia prometida.
Veamos si lo consiguen.