Carla Olivares Rojas

Una insólita y a la vez terrible situación es la que enfrentan los profesores del colegio Cristiano de Quilpué, quienes han hecho lo posible y lo imposible por salvar el establecimiento que ya tiene 25 años desde su fundación.

Aunque llegaron a tener alrededor de mil alumnos y estuvieron a un paso de transformarse en una universidad cristiana, todo comenzó a derrumbarse el año 2010 cuando la mala administración de su ex sostenedor terminó en que los profesores no percibieran el pago de sus imposiciones. Junto con ello vinieron los congelamientos de los pagos a todos los acreedores.

"Eso se mantuvo hasta el año 2014 cuando el sostenedor nos dijo 'no puedo más y dejó el colegio'. Nos pagó la mitad de los sueldos y se fue. No podíamos perder nuestra fuente laboral ni tampoco dejar a los niños sin colegio así es que un grupo de profesores fuimos nombrados para formar una comisión. Sabíamos que teníamos que conseguir plata, así es que todos pusimos entre 50 mil y un millón de pesos para pagar los sueldos de ese mes", relató Carlos Díaz, subdirector del establecimiento y presidente de la Asociación Colegio Cristiano de Quilpué que se conformó más tarde.

A la gratuidad

Poco a poco el establecimiento particular subvencionado comenzó a salir del hoyo en que estaba, sin embargo, los 9 millones de pesos que el ministerio de Educación les retenía de la subvención por no pago de imposiciones se sentían y generó que los profesores comenzaran a pedir préstamos personales para salvar la situación, algunos aportaron con 8 millones, otros con 5 y así sucesivamente.

"Los profesores nos endeudamos en unos 200 millones de pesos para salvar esto. Hicimos un trabajo de chinos, fuimos de oficina en oficina explicando la situación y solicitando renegociaciones y soluciones de pago", relató el docente.

Todo parecía solucionarse con la gratuidad, el establecimiento cumplía con los requisitos, pero en enero pasado el ministerio de Educación anunció que 661 colegios dejarían de percibir la Subvención Escolar Preferencial (SEP) por no cumplir con los requisitos. El colegio Cristiano de Quilpué estaba entre ellos.

"Tuvimos que ir a apelar porque nos imputaban dos cargos, el primero era que no se había renovado el contrato a tiempo, lo que no era cierto y lo otro es que no se habían rendido las platas del 2014 cuando todavía no éramos una Asociación y esto estaba en manos del ex sostenedor. Ese año no habían boletas ni facturas, rendimos lo que pudimos y llegamos al 50%, siendo que lo mínimo exigido era el 70%", relató el docente.

Esto se revirtió un mes más tarde, sin embargo, la ley aún no se aplica y desde enero que el colegio Cristiano de Quilpué ha dejado de percibir 20 millones de pesos de subvención SEP, lo que ha generado que los profesores nuevamente hayan incurrido en deudas personales para salvar el mes en curso.

"Estamos esperando que la ley se aplique para que nos devuelvan los 100 millones de pesos que nos tienen retenidos. Nuestra planilla es de 60 millones de pesos mensuales y recibimos 48, por eso para pagar los sueldos de este mes otros profesores tuvieron que pedir préstamos personales. Entre 6 profesores pedimos 2 millones y medio de pesos para pagar, pero si esto no se resuelve no sé que haremos este otro mes", relató Carlos Díaz con preocupación.