Valparaíso llora la partida de su atleta favorito: Bruno Bernal
El reconocido deportista falleció -la noche del domingo- a los 87 años de edad. Sus funerales serán privados.
Se definía -en versos de su propia poesía- como un "viejo de barba blanca y frondosa, pierna vigorosa y noble corazón, que corre por las calles porteñas como un fantasma, pero llevando a sus amigos en la mente y a sus amigas... en el alma".
Así era don Bruno Bernal, el corredor más reconocido de Valparaíso y al que muchos apodaban el "Forrest Gump porteño", siendo además, todo un personaje popular y patrimonial de la Ciudad Puerto.
Verlo correr, siempre muy temprano, por la plaza Victoria o hasta el Reloj de Flores, ida y vuelta, era algo habitual para los porteños. Y más aún, por los alrededores de su querido Playa Ancha, incluida la pista atlética del viejo y ahora remodelado Estadio "Elías Figueroa", al cual, don Bruno -quien además se reconocía como un fanático hincha de Wanderers- llegó a desgastar de tanto dar vueltas y vueltas por su rekortán.
Su secreto, reconocía, era "tomar leche desde niño y hacer mucho deporte". Y agregaba que su soltería (que apreciaba... y mucho) le servía para "no achacarse", ya que "no tengo problemas de ninguna índole y vivo feliz", confesó en su momento.
De este modo y de forma silenciosa y sin aspavientos... tal como él quería, la luz de este entrañable atleta se fue de a poco apagando, ya con 87 años a cuestas. Y si bien, su figura ya no adornará las calles y avenidas porteñas, su legado y su leyenda -aquella que comenzó a escribirse en 1964- seguirán presentes, tal como en sus inicios en donde "buscaba un desafío grande". Y en esa búsqueda se encontró con el atletismo. "Comencé corriendo de a poco en Lonquimay y desde ahí nunca más paré", señaló en una de las tantas entrevistas concedidas por Bernal, quien jamás se negó a una fotografía y sonreía cuando le gritaban "viejito pascuero" o "abuelo vitamina".