Los 96 años de vida de La Estrella
A lo largo de casi un siglo de existencia, el "magazine del Puerto" ha sido testigo de las principales noticias de la región.
"Aspiramos a cimentar un diario donde resplandezca un bien entendido espíritu de modernidad y donde, junto a la noticia fresca que dicta la vida cotidiana, pueda encontrar el lector (cualquiera sea su condición), la nota amable de la crónica ligera o del comentario fundado, hechos ambos con algo más de un amor y algo más de iniciativa espiritual que el simple párrafo o artículo de corte clásico, si se nos permite el objetivo".
Este párrafo, anotado bajo el título de "Palabras iniciales", plasmaba la inspiración del nuevo periódico que nacía el 1 de enero de 1921, La Estrella de Valparaíso, diario que hoy, 96 años después, inicia un nuevo ciclo de ediciones, con miras a cumplir, dentro de poco, su centenario.
La Estrella de Valparaíso nació como un "magazine del Puerto" gracias al impulso de don Agustín Edwards MacClure, su fundador, y de Joaquín Lepeley, su primer director.
Lepeley, por entonces director de El Mercurio de Valparaíso, reunió a un grupo de reporteros, a los que seleccionó por su carácter dinámico y creativo, y les comentó: "Quiero lanzar un diario que pueda leerse en la tarde, en Valparaíso, como un complemento del té, para animar la charla. Me gustaría un diario liviano y serio al mismo tiempo en sus informaciones (…) con su chispa de gracia".
Don Agustín Edwards McClure, al dar nacimiento al nuevo vespertino, describía así las características que guiarían al nuevo medio de comunicación: "Será un diario del puerto, será la innovación, evolución, verdad, veracidad, responsabilidad, amenidad, amabilidad".
Primera edición
La Estrella de Valparaíso debutó el 1 de enero de 1921 como el diario de la tarde, condición que mantuvo hasta 2006, en que pasó a ser un matutino. Las primeras ediciones eran de 16 páginas, en tamaño estándar, similar al que aún conserva El Mercurio de Santiago.
Por aquella década, los diarios se exhibían y vendían en las cigarrerías, donde el público porteño adquiría los famosos cigarros "Particulares", "Cabañas" o "Premier", o los más modestos "Compadre".
Con el correr de los años, los "canillitas" serían los encargados de vocear a viva voz los titulares de la prensa, incluidos los de La Estrella, que reunía las noticias más frescas de la jornada.
Desde sus inicios, La Estrella se planteó como un diario de servicio para la comunidad y de utilidad para sus lectores, apoyando campañas solidarias, iniciativas ciudadanas o movimientos en defensa de la ciudad. Así, en aquellas primeras ediciones de 1921, La Estrella difundía una campaña de apoyo al Orfeón de Policía que ofrecía un repertorio de música los domingos en la Plaza Victoria y cuya permanencia estaba amenazada porque el municipio, "en falencia", no podía seguir financiando sus actividades. También criticaba la larga tramitación en las esferas públicas para concretar la construcción del tan esperado estadio de Playa Ancha. Y, en el primer ejemplar, publicaba una nota humana con un llamado a donar ropa usada para "vestir al desnudo".
A lo largo de estas nueve décadas, las noticias y los temas de interés de los lectores han evolucionado. Como muestra de ello, seleccionamos una muestra de los contenidos que La Estrella de Valparaíso publicaba en las primeras ediciones de cada década, desde 1927 a la actualidad.
1927
Para esta década, con apenas seis años de vida, La Estrella de Valparaíso era un diario magazinesco, que daba cuenta del acontecer local, nacional y mundial en los más diversos ámbitos. Con gran orgullo anunciaba que el Puerto de Valparaíso había alcanzado una carga récord de 752 mil toneladas… hoy son más de 11 millones.
Los anuncios de bailes en los Baños del Parque -de seis y media a ocho media y donde "las señoritas no pagan"- y en el Palermo, de avenida Altamirano, adornaban las páginas sociales, donde los lectores insertaban avisos de "toma de hábitos", "matrimonios concertados" y empingorotados tés de señoras en casas de la alta sociedad viñamarina.
El deporte principal no era, como hoy, el fútbol, sino la hípica, la natación y el waterpolo. Así, lucían en las páginas de la primera edición de aquel 1927 los triunfos acuáticos de los equipos Baños del Parque, Deportiva Playa Ancha, Jorge V y New Crusaders, en una competencia que logró una "masiva concurrencia"; y el "football", donde un modesto Santiago Wanderers vencía 7-3 a La Cruz en el desaparecido Estadio de los Ferroviarios, ubicado cerca de la Estación Barón.
Los avisos de cigarros campeaban en la publicidad de La Estrella: Pierrot, La Cubana, Cairo, Reina Victoria, Monterrey y Faro, entre otros, eran los favoritos de los porteños. Y para los que abusaban de la buena vida, estaban las pastillas "Humphreys 55", destinadas a curar todo tipo de indigestión y "a la venta en todas las buenas farmacias".
1937
La primera edición de 1937 abría con una noticia que consternó al mundo de la cultura: la muerte del escritor Miguel de Unamuno. Era un año tenso y expectante para el mundo. En un recuento del año recién pasado, La Estrella publicaba una foto de Hitler y Mussolini estrechándose la mano: "Dos de los hombres en cuyas manos están los destinos de Europa", advertía el diario. Eran los años previos a la Segunda Guerra Mundial y la tensión se sentía en el ambiente.
En Valparaíso, aún sonaban los ecos de la celebración de Cuarto Centenario del descubrimiento de la bahía, festejos iniciados en septiembre del año anterior y que se extenderían hasta febrero de 1937. La idea fue del alcalde Oscar Ruiz Tagle, aprobada en un cabildo abierto. Para ese año, La Estrella anunciaba la realización de una gran Exposición de Industria y Comercio, en la avenida Brasil.
Los vinos pinot "Tomba" ("el mejor vino chileno", distribuido por Juan Bas y Cía.) y "Resplandor", junto con el champagne "Ambassador", se anunciaban como los licores espirituosos favoritos de la sociedad porteña.
Negocios emblemáticos de Valparaíso, como el Café Riquet y el Jardín Suizo, publicaban sendos anuncios en La Estrella, lo mismo que el recordado Balneario de Recreo y el Parque del Salitre (hoy Jardín Botánico de Viña del Mar), lugares de esparcimiento para los habitantes de la región.
1947
"¿Estamos en post guerra o pre guerra?", se preguntaba La Estrella en su primera edición de ese año, a poco tiempo de terminar el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, pero ad portas de una tensa Guerra Fría que se extendería por décadas.
En Valparaíso, el público se inquietaba por los anuncios de alzas en las tarifas del gas y la electricidad, proporcionados por la Compañía de Gas de la ciudad.
El atletismo, el básquetbol femenino y el boxeo brillaban en las páginas deportivas: el fútbol aún no alcanzaba la masividad que tiene hoy.
La sociedad estaba abierta a los lujos y accesorios que venían desde el extranjero: grandes avisos anunciaban la venta de relojes Longiness, con distribución exclusiva en Casa Becker, de calle Esmeralda, y Casa Zeldis, en Condell. En tanto, Atlantic Store se anunciaba como "la casa proveedora del hombre chic".
1957
El año abre con polémica: los parlamentarios de Valparaíso se han unido a sus colegas de las provincias de Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, O'Higgins y Colchagua para "defender los fondos del cobre" y oponerse a la decisión del Ejecutivo de recurrir a estos fondos para financiar políticas públicas. Los parlamentarios exigían que las platas se quedaran en las provincias de origen para financiar obras de adelanto en esos lugares.
El Puerto de Valparaíso gozaba de una bullente actividad, con anuncios de llegadas de barcos de pasajeros y carga: "De amanecida llegó hoy a este puerto el vapor 'Santa Cecilia', de la Grace Line, procedente de Nueva York e intermedios, con 35 pasajeros, 957 sacos con correspondencia y 379 toneladas de carga", apuntaba una de las tantas notas de la sección portuaria, donde se indicaba además que el mismo vapor partirá con 12.000 cajas de fruta fresca chilena de exportación.
La Sastrería Esmeralda y Modas Bristol -con los conocidos trajebaños "Catalina"- eran los lugares donde se encontraba la ropa de moda en la década. El anuncio de una carnicería, la "Valencia", de calle Las Heras, revela cómo han cambiado los gustos de los porteños: en su lista de precios aparecen "malayas", "malotillas" y "grasa".
1967
El aumento en el precio del pan marcaba la preocupación de los porteños en la primera edición de 1957, donde además se anunciaban los primeros vuelos comerciales de LAN hacia Isla de Pascua.
Los comentarios de cine del famoso M. del Val marcaban la pauta de espectáculos y una avalancha de anuncios de teatros -hoy casi todos desaparecidos- inundaba las páginas de La Estrella. "La cabaña del tío Tom" era una de las superproducciones que se anuncian en los primeros días de este año, lo mismo que programas dobles mexicanos. Valparaíso, Rex, Real, Victoria, Imperio, Rivoli, Chile, Rialto, Olimpo, Velarde, Colón, Avenida, eran algunos de los teatros que deleitaban las tardes y las noches de los porteños y viñamarinos, con funciones continuadas.
En el deporte, la inminente partida de Pelé a Europa concitaba la atención de los lectores, ya inoculados con la fiebre del fútbol, tras el mundial de 1962.
1977
Las columnas de Tizio, "Lo curioso y pintoresco", los chistes de Lukas y los horóscopos del Profesor Nostradamus eran las secciones favoritas de La Estrella para esta década. En una visionaria columna, Claudio del Solar criticaba la inminente entrada en vigencia del IVA al libro, impuesto que hoy, cuarenta años después, está en pleno debate en Chile.
Las páginas de La Estrella también daban cuenta de la discusión acerca de la implementación de la "tarjeta parquímetro" en las calles de Valparaíso.
El triunfo del maratonista chileno Edmundo Warnke en la corrida San Silvestre, en Brasil, era la noticia deportiva del momento, lo mismo que la muerte del boxeador Antonio "El eximio" Fernández. Everton, en tanto, celebraba el título recientemente obtenido en el fútbol profesional con un partido amistoso con el cuadro argentino de Atlanta, en el Estadio Sausalito.
1987
Grandes columnistas escribían en las páginas de La Estrella, entre ellos, el gran poeta del norte, Andrés Sabella. Sam Kudo ponía el humor contingencial en las páginas del diario durante esa década y hasta la actualidad.
La venta de terrenos de Ferrocarriles a Emporchi (hoy EPV), en el sector Barón, marca un hito en la historia de ese sector, donde años después se desarrollarían proyectos comerciales y de apertura del borde costero. Una gran crónica homenajeaba al escritor y folclorista Oreste Plath en la primera edición de este año. Y en las páginas de entretención, campeaban los consejos sentimentales del Profesor Nostradamus en la sección "¿Qué hago, Profesor?".
El alza de la bencina golpeaba a los porteños: llegaba a $74 el litro… Kodak, Agfa, Compañía de Seguros La Italia, Banco O'Higgins, anunciaban en el diario y saludaban a La Estrella en su aniversario.
1997
El Año Nuevo en el Mar ya ha pasado de ser una fiesta local para convertirse en un festejo nacional, con amplio despliegue en la prensa. El turismo está en alza en Viña, más aún tras la entrada en funcionamiento del famoso "emisario": según un informe de la UCV, Reñaca era entonces la playa más limpia, con sólo 20 coliformes fecales cada 100 mililitros.
En lo internacional, el mundo vive pendiente de la crisis de los rehenes en la embajada de Japón en Perú, donde el grupo terrorista Movimiento Revolucionario Tupac Amaru mantenía a 74 personas retenidas desde mediados de diciembre.
Las grandes tiendas de retail como Falabella, Ripley y Jonhson's ya han cambiado la fisonomía del comercio tradicional porteño y llenan las páginas con ofertas. En el espectáculo, las compañías de revistas alegraban el verano en el Teatro Premier de Viña, con humoristas como Guillermo Bruce, Gilberto Guzmán, Patricia Jofré y bellas vedettes.
En lo doméstico, los porteños se quejaban por el alza del gas licuado: el balón de 15 kilos llegaba a… $4.475. La Estrella da espacio para que los lectores opinen de la contingencia en la sección "La calle opina" y se deleita con los "cahuines" políticos en los famosos "Dimes y diretes".
2007
Un desorden en la Plaza Cívica, post celebración de Año Nuevo, que deja detenidos y seis carabineros heridos, anticipa una triste realidad: los excesos que se harían pan de cada día en el sector de Plaza Aníbal Pinto.
En Viña, el Hotel O'Higgins ha dejado de ser el epicentro del Festival: ni las conferencias de prensa se realizarán ese año en el tradicional recinto. "Es la crónica de una muerte anunciada", señalaba entonces el concejal Andrés Celis.
Los Carnavales Culturales -que terminarían por desaparecer- juntaron más de 350 mil personas, afirmaba la ministra Paulina Urrutia.
En la tele, dominaban los reality shows y ese mismo día, en la primera edición del año, se anunciaba el estreno de "Fama" y "Pelotón". Una moda que duraría hasta nuestros días…