Antofagastino y bielorrusa cumplieron 10 años de casados
Arturo Guerra y Aksana Silvankova cumplieron una década casados. El nortino y su esposa cuentan cómo han sido estos años, desde los complejos inicios hasta la plenitud actual con su bebé.
Javier Andrónico C. - La Estrella de Antofagasta. l
Esta historia fue conocida por prácticamente todo Chile.
Hace más de 10 años un programa de televisión nacional mostró la historia de Arturo Guerra Castro, un antofagastino que actualmente tiene 51 años y Aksana Silvankova (bielorrusa, 35 años a la fecha).
Ellos se conocieron por internet y después, en mayo de 2006, Arturo viajó al lejano país de Europa Oriental y poco después regresaron a la Perla juntos.
Todo aquello quedó registrado por las cámaras de televisión y, por ende, miles (o millones) de chilenos se enteraron de las peripecias de Arturo y su nueva y bella novia bielorrusa de poco más de metro 80 de estatura.
El 22 de noviembre de 2006 y cuando -al igual que estos días- el Registro Civil estaba en paro, Arturo y Aksana contrajeron matrimonio en una privada ceremonia. "Como los funcionarios estaban movilizados tuvimos que entrar por una puerta trasera, al igual que mi familia y las amigas rusas de Aksana", recuerda Arturo Guerra, quien se desempeña como proyectista.
Luego vino la celebración que se realizó en el local La Palmera de Antofagasta. Allí la cosa fue más angustiante aún.
"Había un montón de gente afuera del restorán tratando de sacar fotos. Fue algo bastante incómodo pero que ahora se recuerda como chiste", comenta Arturo Guerra.
Y lo que dice fue tal cual. Es más, el reportero gráfico de este Diario de ese entonces se fue de combos por parte de uno de los invitados.
Desde aquello han pasado 10 años y Arturo y Aksana siguen juntos, "a pesar que los primeros años las mujeres me gritaban cosas cuando salía a la calle", dice la bielorrusa.
La pareja se nota que está feliz. Tienen un pequeño hijo, son queridos por los vecinos de su sector -con quienes están sacando adelante un proyecto autogestionado de hermoseamiento de un exsitio eriazo- y prontamente Silvankova, titulada de sicología en la Universidad Santo Tomás, tiene pensado abrir una oficina para comenzar a ejercer.
"Quizás muchos pensaron que este matrimonio no duraría, pero de aquí a 30-40 años más nos seguimos viendo juntos", aseguran Arturo y su esposa.
Antofagasta
Aksana Silvankova es oriunda de Maguilov, una ciudad de poco más de 300 mil habitantes, que está muy cerca de la frontera con Rusia.
Allá, cuenta la joven sicóloga, es "todo muy plano, casi no hay montañas y las calles y casas son muy limpias". Es por eso que cuando llegó a nuestro país hace 10 años el impacto fue grande.
"No podía creer que aquí la gente botaba papeles o colillas de cigarro al suelo. En Bielorrusia eso es multado, al igual que cruzar con el semáforo en rojo", cuenta Silvankova, quien asegura que aquello es lo único que no le gusta de Antofagasta, "porque el clima es muy rico".
Aksana, quien estudió diseño de vestuario en su país, recuerda que los primeros dos años después de comenzar a vivir con Arturo fueron difíciles y que "los antofagastinos no me parecieron muy simpáticos, pero ya estoy totalmente acostumbrada".
Y es que no era para menos, ya que, asegura Aksana, hasta el 2008 no le gustaba salir sola a la calle "porque muchas mujeres me gritaban cosas feas, entonces salía sólo con Arturo y me juntaba con algunas amigas rusas y ucranianas que están aquí por trabajo".
Exponor y familia
El 2010 Aksana entró a estudiar sicología a la Universidad Santo Tomás (UST) pero a la vez trabajó en tres versiones de Exponor (feria de innovación minera) donde asegura que la primera vez no lo pasó nada de bien.
"Fui modelo en una de las versiones que se realizaron poco después de la emisión del reportaje televisivo, entonces todos me ubicaban... Me sentía como un mono en jaula", ríe la joven y luego cuenta que "las otras participaciones
fueron mucho más tranquilas".
Cuando estaba terminando su carrera en la universidad, el matrimonio chileno-bielorruso decidió tener un bebé. Nueve meses después nació Stanislav Guerra Silvankova, un pequeño muy blanco y rubio que actualmente tiene tres años y es el regalón de la familia -compuesta también por el hijo de Arturo, Sebastián (21)-, y que a su corta edad se maneja perfecto entre el español, ruso y algo de inglés.
"En la casa habla español y ruso, aunque a veces mezcla palabras de los dos idiomas y como en el jardín le enseñan inglés, sabe algo de los tres idiomas", cuenta Aksana, quien habla un perfecto español aunque con un claro acento ruso.
Como Guerra es proyectista él mismo diseñó la casa donde han residido estos años, "entonces la hice con varios dormitorios y algunos pasadizos secretos", comenta entre risas el antofagastino, ya que un mueble donde tiene decenas de películas en VHS y DVD's es a la vez una puerta que conduce hacia una pequeña bodega.
Cuando nació Stanislav -quien a su corta edad ya suma dos viajes a Bielorrusia para ver a sus abuelos y tíos- uno de los dormitorios fue totalmente remodelado por su joven madre y transformado en pieza y, a la vez, sala de juegos.
"Traje unas cortinas y luces de mi país y le hemos comprado un montón de juguetes", cuenta orgullosa Aksana al mostrar el dormitorio de Stanislav.
Reciclaje
El matrimonio Guerra-Silvankova es bastante cercano a sus vecinos del sector centro de la ciudad, ya que ellos junto a la colaboración de algunos pobladores están llevando a cabo un proyecto el cual es 100% autogestionado y que consiste en cambiarle la cara a la intersección de Prat con Manuel Rodríguez, sitio que era un microbasural hasta hace unos meses pero que con esfuerzo y desembolsando hartas lucas, lograron transformarlo en una colorida plaza utilizando sólo elementos reciclables.
"En el campo de Bielorrusia se usa mucho reocupar neumáticos antiguos, pintarlos y hacer personajes animados con ellos. Y eso logramos hacer aquí junto a los vecinos", cuenta la sicóloga bielorrusa-chilena.
"Ya son 10 años juntos y de aquí en adelante nos proyectamos muchas décadas más porque está de más decir que nos amamos demasiado", confiesa la enamorada pareja: Arturo y Aksana.