Gonzalo León presenta su nueva novela en Valpo
Tras cinco años sin publicar ficción en nuestro país, el escritor porteño radicado en Argentina regresa para editar este libro escrito en formato epistolar.
"La emigración impone distancias. Y las distancias imponen, por necesidad de contacto, la escritura de cartas": con esta cita, que funciona a modo de epígrafe, Gonzalo León resume los temas que dan forma a su nueva novela, "Manual para tartamudos", que será editada este mes por Narrativa Punto Aparte.
Luego de cinco años sin publicar textos de ficción en Chile, el escritor porteño radicado en Buenos Aires -quien fuera un destacado cronista en el periódica La Nación- vuelve para lanzar esta novela, que será editada simultáneamente en nuestro país, por Narrativa Punto Aparte, y en Argentina, por el sello Blatt & Ríos.
El libro será presentado en Valparaíso mañana viernes, a las 19.00 horas, en la librería Metales Pesados de Casa E, en el cerro Alegre, oportunidad en que se referirán al texto los escritores Catalina Porzio y Carlos Henrickson. El jueves 24, en tanto, se realizará la presentación en librería Ulises Lastarria, en Santiago, con la participación de los autores Matías Rivas y Betina Keizman.
Cartas sin respuesta
Escrita en formato epistolar, "Manual para tartamudos" tiene como personaje principal a un chileno que ha huido en Argentina, escapando de hechos oscuros que sólo se alcanzan a insinuar. Refugiado en un pequeño departamento donde pasa los días viendo series de televisión, espiando a los vecinos o repasando una biblioteca imaginaria de la cual no tiene más que el anaquel, el chileno comienza a escribir una serie interminable de cartas para un destinatario que se niega a responder. Sin darse por vencido por la ausencia de diálogo, el emisor relata con minucioso entusiasmo sus paseos por las calles de Buenos Aires -donde se topa con insólitos acontecimientos- y describe sus imaginarias relaciones con la loca del barrio y un hipotético travesti mexicano. Un tatuador paraguayo, aficionado al fútbol, la literatura y el porno, y un sacerdote estadounidense relegado en la selva, serán los improbables destinatarios de este afiebrado epistolario.
-¿Cuál es el origen de la novela? ¿Qué te inspiró a desarrollar esta trama de un hombre que escribe cartas sin recibir respuestas?
-Todo empezó en 2009, en ese año tuve la primera inquietud/pulsión por escribir una novela que fuera epistolar, pero en ese año no sabía cómo hacerla, y entonces Antonio Gil me recomendó una novela epistolar, que no leí pero esa recomendación me hizo empezar a leer epistolar. Me encontré que muy pocos textos eran contemporáneas y casi ninguno era ficción: la mayoría correspondía a la primera mitad del siglo XX o al siglo XIX. José Leandro Urbina me dijo ahí que el siglo XVIII había sido el boom de las novelas epistolares. Trabajar con lo anacrónico o con la dislocación -hoy ya no se escriben cartas, se escriben mails- me atrajo más aún. Luego: ¿cómo pensar un texto de ficción desde lo epistolar?, pasó a ser la primera pregunta a resolver. Luego hubo otras más pesadas, si se quiere: ¿qué lengua usar: descartaba de plano el rioplatense, especialmente en su oralidad, o lo incluía?; si lo incluía, ¿era un poco o mucho?
-¿Cuáles son los temas que te interesaba abordar en la novela?
-Cuando leí el epígrafe que lleva la novela y que se refiere a Adorno, tuve conciencia de cuál era uno de los principales temas de la novela. "La emigración impone distancias. Y las distancias imponen, por necesidad de contacto, la escritura de cartas", dice el epígrafe, y concentra dos temas: la distancia y la emigración. Yo no sólo estaba lejos geográficamente, que es lo más fácil de percibir desde Chile, sino que con el tiempo esa lejanía, en especial con un par de amigos, salvo uno, se convirtió en sentimental. De hecho, las cartas están dirigidas a un amigo que nunca responde. Y la emigración tiene que ver con algo que no tenía tan claro cuando uno emprende una emigración y es que siempre hay un tipo de conflicto con tu país, un conflicto que eres incapaz de solucionar. En la escritura de esas cartas me fui dando cuenta de ambas cosas.