El duro camino de Consuelo por ser campeona
Consuelo Villegas Ampuero tiene apenas 8 años y ya se perfila como la próxima campeona de Ajedrez de Chile, sin embargo, el proceso no ha sido nada de fácil.
Fue hace exactamente un año cuando la pequeña Consuelo Villegas Ampuero conoció el Ajedrez: un taller escolar llamó su atención y se interesó en aprender.
Su papá Hugo, que tenía algunas nociones del juego, le enseñó sus primeros movimientos y desde ahí que la pequeña de 8 años, alumna del segundo básico del Saint Peter's School de Viña del Mar, se ha transformado en una de las mejores de su categoría, "su entrenador dice que es la promesa del ajedrez de Chile", dice orgullosa su mamá Mónica.
Por eso es que la familia se la ha jugado al ciento por ciento por llevarla a cuanto torneo hay, lo que le ha permitido ir en una escalada permanente de aprendizaje que hoy tienen a la pequeña llena de medallas y copas.
"Me siento feliz cuando gano y mi sueño es ganar el Panamericano porque a los 14 ó 15 años puedo ir al mundial y me gustaría ir y ser campeona mundial", dice la pequeña Consuelo que obtuvo el cuarto lugar cuando participó en su primer torneo a nivel nacional.
Un duro camino
Consuelo es una niñita feliz, risueña, respetuosa y una excelente alumna. Ama jugar y viajar para cumplir sus sueños, sin embargo, está ajena a los problemas que a diario deben enfrentar sus padres para poder solventar los gastos que implican tener en casa a una deportista de alto rendimiento.
"La verdad es que ha sido bien complicado porque en un año hemos gastado alrededor de 10 millones de pesos, que se nos van en entrenadores, viajes, alojamiento, alimentación, todo. Tuvimos que vender nuestro auto y comprarnos algo más chiquitito y económico para los traslados y todo financiado por su auspiciador principal que es Hugo (su esposo) porque yo tampoco puedo trabajar. Ella es una promesa y tuvimos que tomar decisiones y decidimos jugarnos a concho por su futuro como ajedrecista, que es su felicidad", señaló su madre.
La familia debía gastar alrededor de 600 mil pesos mensuales en entrenador, sin embargo, gracias a la gestión de la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, la menor hoy es entrenada gratis por el profesor Raúl Molina.
Dos horas diarias entrena Consuelo y participa de torneos todos los fines de semana. Cuando tiene campeonatos de importancia el entrenamiento se intensifica y pasa varias horas en el día sentada frente al tablero. También juega on line con ajedrecistas de otros países, algo que la niña ve como un juego, pero que también son parte de su entrenamiento.
"El colegio nos apoya con un pequeño descuento en la colegiatura y la ayuda de la tía Coty ha sido fundamental para el crecimiento de la 'Consu', pero siempre vamos necesitando más porque necesita otro entrenador, uno que sea más técnico y necesita ser tratada con un sicólogo deportivo que la ayude con el tema de la frustración porque ahora soy yo la que la apoya, la que le hace todo y ella necesita especialistas", relata Mónica.
Tía Sonia
Con todo lo que ha vivido este último año para sacar a su hija adelante Mónica se compara con mamás de los deportistas más exitosos del país, mujeres que apoyaron a sus hijos desde pequeños para que lograran sus sueños.
"Si me preguntas, yo soy como la tía Sonia; como Marcela Sepúlveda, mamá de Tomás González o como los papás del Chino Ríos y Fernando González, que somos personas que tenemos que estar ahí, apoyar, levantar a nuestros hijos y movernos para conseguir cosas para ellos, tengo que conseguir auspicios porque a nosotros el bolsillo ya no nos da, el gasto que hemos tenido este año nos ha modificado todo el presupuesto familiar, si bien es cierto las niñitas (Consuelo tiene una hermana menor) están en un colegio caro, no tengo otra alternativa, es parte de la inversión. Fuimos a un panamericano en Uruguay con niños de todo el mundo y Consuelo hablaba sin problemas con participantes de habla inglesa y eso no me lo da ningún colegio particular subvencionado o público. Si queremos tener deportistas reconocidos en nuestro país tenemos que hacer más por ellos. Gracias a Dios la empresa de mi esposo, GCI Ingeniería, ha sido una gran ayuda y nos permite apoyar como familia a Consuelo, pero no todos tienen las mismas oportunidades, he visto a mamás que hacen bingos o venden cuchuflíes para pagar los 5 mil pesos de la inscripción de algunos torneos y que duermen en los mismos gimnasios porque son de otras regiones y no les da para pagar alojamiento. Si seguimos así es probable que esos niños nunca lleguen a ninguna parte y es lamentable ver eso, hace falta apoyo", relata Mónica Ampuero.
Super alumna
Pero el hecho de ser una niña reconocida con tantas actividades en lo deportivo, no la eximen de ser una buena alumna y Consuelo ha demostrado que puede: sacó el mejor rendimiento, en inglés es la mejor alumna y tiene todos los premios.
"El problema, es que como no tenemos arraigado el tema del deporte en Chile, a los niños que entrenan se les exige igual que al resto y eso está bien, pero muchas veces he visto que no hay planificación y los niños que se preparan semanas y que compiten por sus colegios, deben volver a clases el día lunes y con pruebas toda la semana y claro que eso les afecta", señala.
En diciembre próximo se juega el torneo sudamericano de ajedrez auspiciado por el ministerio del Deporte y Consuelo ya se prepara para asistir, la inscripción cuesta 100 mil pesos, a ello se suman 10 mil pesos por acompañante, sumados a los gastos asociados a todos los días de competencia para la niña y para su grupo familiar que la acompaña ya se empieza a escapar del presupuesto mensual.
"Hace 20 años que no se hace un sudamericano en Chile, entonces hoy día, la brecha económica, una vez más es un problema. Consuelo fue la única niña chilena que participó en una simultánea con Hou Yifán, la mejor ajedrecista del mundo y estuvo en Punta Arenas, fuimos a los panamericanos de Ajedrez en Montevideo, Uruguay. Consuelo le ganó a la campeona de Brasil, jugó con un caballero de 91 años que se rindió ante ella, y así llevamos 8 meses peparándola para el sudamericano", relató la mamá.
Y prosigue, "el ajedrez es una palanca social, es un deporte que ayuda a los adultos mayores para estar cognitivamente activos, es una actividad transversal y en los curriculums de los colegios debería haber ajedrez, aunque a un niño no les guste. Viña es cuna de ajedrecistas, tenemos a Iván Morovic y a Mauricio Flores que hoy está en Estados Unidos y que hace estudios para la Nasa. Hoy tenemos una muy buena base de ajedrecistas que tenemos que aprovechar", dice la esforzada madre.