Fabián San Martín D.

Crece en las parras con la forma de una piña negra. De ahí su nombre en francés: Pinot Noir, cepa que halló en Casablanca un terroir ideal que la ha transformado en una de las predilectas de los amantes del vino.

Desde hace 11 años que la Asociación de Empresarios Vitivinícolas del valle de Casablanca, dedica una noche del año a la presentación de las cosechas de la temporada de este tinto de clima frío. El lugar escogido fue el hotel Cumbres de Vitacura, donde asistieron 12 viñas. "Es una de las cepas que se da bien en el valle. Es importante para nosotros, porque cuando se habla de pinot noir se piensa en Casablanca y la gente lo consume cada día más", señala Mario Agliati, presidente de la asociación y anfitrión del evento.

Casas del Bosque lanzó los vinos Pequeñas Producciones y su Gran Reserva 2015. "Este pinot noir anda bien entre los 10 y 14 grados, respeta muchos las frutas y tiene algo de especias de la barrica. Es como la Niña de Los Tintos, mucho más sensible y delicado de producir, por lo tanto tiene un cuerpo más fino que los otros tintos", dice el enólogo Patricio Aravena, que aconseja un maridaje con aves de caza, carnes rojas suaves y pescados grasos. "Es una cepa muy temprana que necesita clima frío y el valle de Casablanca te da esas condiciones. Logramos hacerlo de unas uvas muy buenas, seleccionadas para lograr un pinot noir delicado y equilibrado, sobre todo en la parte frutal", cuenta Consuelo García, enóloga asistente de la Viña Quintay. Su vino es ideal como aperitivo y junto a las pastas.

Un desafío

Viña Loma Larga exhibió su Lomas del Valle que se cosecha el mismo año sin pasar por barrica. También el pinot noir Loma Larga, que sí se guarda en barrica francés (usada) durante un año. "Si quieres un vino para beberlo en una tarde calurosa, en una terraza con picadillo el Lomas del Valle es fresco y más ligero, pero si quieres algo más complejo como un risotto de champiñones, comida de mar o tubérculos el Loma Larga. El pinot noir es un desafío, y a las damas les gusta mucho porque es más ligero, fácil de beber, y a los jóvenes también porque dicen que es como el blanco de los tintos", explica Alejandra Gutiérrez, sommelier de la viña.

Hace 10 meses que la francesa Elsa Meunier trabaja en nuestro país. Viene del sur del territorio galo, donde cuenta los mostos son más picantes y no se toman tan fríos como en nuestro país. "Me enamoré del vino chileno y cuando la gente me pregunta cual vino me gusta más lejos el chileno. La calidad es muy buena acá y es más barato", afirma la joven.

Viñamar es la única que produce rosé espumante con un pinot noir 100% de Casablanca. "A diferencia de un vino, se elabora con una extracción mucho menor de color, con un simple tinte para mantener el rosado", manifiesta Daniel Maranesi, enólogo jefe de los espumantes de la viña, que hace tres años vendía unas cajas y hoy son 8 mil al año. "Lo llevan jóvenes y principalmente mujeres que les gustan el color. Lo usan de aperitivo, de bajativo con el postre o el maridaje es con carnes blancas, mariscos suaves y tablas de quesos", acotó.

La viña boutique Casablanca presentó sus líneas reserva Cefiro ($4.990), gran reserva Nimbus ($9.600) y su producto estrella Pinot del Cerro ($50.000). "Ha aumentado el consumo en los jóvenes de pinot noir porque es una cepa fácil de tomar, se sirve frío, es más de verano y versátil que una comida formal donde se necesita un vino con más cuerpo. Nuestro Pinot del Cerro es distinto, no es para entenderlo tanto sino para disfrutarlo", declaró María José Undurraga, hospitality manager de la viña.