Carla Olivares Rojas

Hace 15 años y cuando era un cachorro, "Chatito" llegó a manos de Wilfredo Westerhout, su amo. Estaba en la casa de una abuelita de 97 años y era un perro juguetón.

El boxer convivía con otros animales, gatos, gallinas y conejos y cada vez que un animal se salía de la propiedad, Chatito corría en su búsqueda.

"La abuelita era muy anciana y el perro era medio loco, entonces ella tenía miedo que la botara y ella quedaba solita siempre. Entonces me empecé a hacer cargo de él", recuerda don Wilfredo.

Era querido

Wilfredo Westerhout trabaja en calle Huito, lava autos, pero también va al banco, hace compras y lo que necesiten los locatarios y "Chatito" siempre lo acompañaba, iba hasta el banco y esperaban pacientemente a que su amo saliera. Volvían caminando a calle Huito.

Cuando don Wilfredo tenía que ir a algún lugar más lejos, lo dejaba en la casa, pero los vecinos de Huito lo extrañaban y siempre preguntaban por el perro, se preocupaban por él.

"La gente lo quería mucho, demasiado. Vivimos una vida bonita, me emociono cuando me acuerdo de lo que vivimos juntos, era muy cercano para mi y para toda la gente que está aquí", dice entre lágrimas.

El mural

Hace dos meses y luego de sufrir una dolorosa artrosis, "Chatito" murió dejandro un gran vacío en don Wilfredo y los locatarios de calle Huito, por eso que no dudaron ni un segundo en aportar para hacerle un mural en su recuerdo.

Fue en uno de los locales de esa arteria donde venden pinturas que Wilfredo Westerhout pidió algún dato de quien pudiera pintar el mural para "Chatito".

"La idea del mural fue de toda la gente de aquí, juntamos dinero y vino una persona de Santiago a pintarlo, queremos recordarlo siempre, para todos ha sido penoso, ya no está con nosotros y quedamos acá. Yo quedé solito, pero me quedo tranquilo porque fue muy querido y eso me hace estar siempre muy agradecido de la gente que está aquí", dijo el amo del perrito.

Fue el 7 de septiembre pasado cuando dimos a conocer el caso de Maricel Vergara Altamirano, una joven de 25 años que padecía un cáncer cérvico uterino que fue detectado en mayo, pero que se le habría ramificado hacia los pulmones por falta de atención oportuna.

Dos días después, el temor de su familia se cumplió y la joven falleció en el hospital Carlos van Buren, dejando a sus padres y dos hijitos de 3 y 10 años. Pero esto no quedaría así, porque una vez pasado los peores momentos, su familia se decidió a esclarecer la muerte de la joven.

"El 20 de septiembre fui a la dirección de este hospital a presentar un reclamo formal el cual finalmente debió ser aceptado así como los errores cometidos: se le detectó el cáncer cérvico uterino el día 10 de mayo del presente por lo que, según el Auge existía un plazo hasta el 21 de junio para empezar su tratamiento, cosa que no ocurrió hasta fines de agosto", relató Cristian Vergara, papá de Maricel. Por ley, la joven debió haber sido derivada a otro centro asistencial si es que en el hospital no había lugar para ella, pero eso tampoco sucedió y se le dio inicio al tratamiento recién a fines de agosto cuando la batalla ya estaba perdida. Por eso que la familia ya estudia seguir acciones legales tanto contra el hospital, como contra el facultativo que no habría realizado el tratamiento a tiempo.

Un conflicto interno se desató a comienzos de esta semana en el Hospital Psiquiátrico El Salvador, cuando un grupo de cuatro dirigentes se tomó las oficinas de la dirección en señal de repudio por lo que ellos señalan como irregularidades en la entrega de grados de los funcionarios.

Así lo aseguró el presidente de la Fenats unitaria del recinto, Jorge Gutiérrez. "Creemos que estos funcionarios se encuentran es desmedro de llegar a su grado tope. Sin embargo nos encontramos con que tanto el director del Salvador como el del Servicio de Salud, le entregaron cuatro grados a un funcionario. Lo que no ocurrió con otros nueve en su misma situación. Entonces le manifestamos a la dirección que eso era injusto. Y le pedimos a Rafael de la Maza una reunión con Dagoberto Duarte, pero él se negó. Así que nosotros mantendremos nuestra manifestación hasta que el director del establecimiento nos reciba.

Por su parte, el director del recinto, Rafael de la Maza opinó que la medida de los funcionarios era desproporcionada y que afectaba directamente a los pacientes de El Salvador. Además, aseguró que el hospital está funcionando de forma normal.