Erika Rojas Salazar
Atrás quedó el duelo ante Colo Colo, que además de entregar un valioso punto, dejó varias enseñanzas en el plantel wanderino. El técnico Eduardo Espinel indicó que lo más importante del fin de semana fue el punto obtenido. "Habíamos planificado ser muy agresivos, y eso sólo se dio en los últimos minutos del primer tiempo. Ese punto que obtuvimos es positivo y ante la adversidad mantuvimos la calma, comenzamos a agarrar el balón y pese a que no tuvimos tantas opciones de gol, creo que el dominio fue nuestro hasta a nivel sicológico, ya que Colo Colo hasta se replegó", analizó Espinel.
Wanderers no jugará este fin de semana y su partido ante la U. de Concepción será el miércoles 5 de octubre a las 20 horas en Playa Ancha. El último duelo en el recinto porteño fue la derrota con Antofagasta del 28 de agosto pasado, por eso en el cuerpo técnico está la inquietud de volver a Playa Ancha con un triunfo dedicado a todos los hinchas que los han apoyado en estas siete fechas.
Ante el elenco del Campanil se cerrará la octava fecha y pese a que se conocerán todos los resultados, Espinel cree que esa presión no estará, sí la de retornar a las victorias en casa.
"Nosotros vamos a ir a jugar con la U. de Conce para ganar, pues estamos peleando cosas importantes y como local tenemos que hacernos fuertes; tenemos que regalarles una victoria a la gente y porque como locales estamos en deuda desde duelo ante Antofagasta. Por eso independiente de los resultados que se den el fin de semana, vamos a ir a quedarnos con los tres puntos para seguir peleando por cosas importantes y para devolverles la confianza a la hinchada", manifestó Espinel.
Factor sicológico
Una de las claves del trabajo del cuerpo técnico charrúa es su motivación sicológica. Espinel y compañía se apoyan con el profesional del club Sebastián Leiva, pero además transmiten experiencias personales que levantan al equipo en todo momento.
"Ante Colo Colo les hice ver a los jugadores que "independientemente deque fuéramos perdiendo no pensáramos en eso, que no fueran por el resultado a cualquier costo, sino que a través de las armas que poseemos; con el orden que nos caracteriza, con la confianza que uno les brinda para jugar. Es decir sin cambiar el libreto, entonces comenzamos a juntar nuestras líneas y quitamos la pelota en lugares donde ellos querían meterla. Cuando hicimos el gol vino el tema psicológico y ellos comenzaron a retroceder, nosotros agarramos la pelota y sabemos que ningún equipo grande le gusta que se la quiten. Ahí la batalla fue 50 y 50% psicológica y táctica. Si bien nosotros no generamos tanta posibilidad de gol, nuestra imagen cambió y lo que rescato es la madurez de los jugadores, esta es una ocasión de crecimiento de nuestros jugadores y mientras más temprano experimenten estas sensaciones va a hacer mejor", detalló el estratega, que no esconde sus ganas de quedarse en Wanderers por más temporadas.