Tocaron fondo: el Everton de Tapia no está para pasar agosto
Jugadas cinco fechas, el elenco viñamarino no juega a nada, propone muy poco y su técnico... no reacciona. Hinchas, indignados, exigieron la salida del DT.
No están para pasar agosto. Así de simple, jugadas cinco de las 15 fechas que contempla el Torneo de Apertura, el Everton de Héctor Tapia no juega a nada, no propone nada y se queda peligrosamente en el fondo de la tabla (ubicación N° 15), sólo superando por diferencia de goles al también comprometido Audax Italiano.
Siendo el único equipo que no sabe de triunfos a lo largo del torneo, se suponía que Everton, ayer al menos, saldría a imponer sus términos ante los 5.116 estoicos hinchas viñamarinos que, como siempre, no dejaron sólo a los jugadores en su pleito ante Palestino.
Pero más allá del verso y las excusas -las justificaciones del técnico Héctor Tapia, ya son impresentables- el hincha terminó indignado... y con razón. Y es que hace años que no se veía en Sausalito, como los hinchas -finalizado el partido- se agolpaban en el acceso a la galería laguna para increpar a Tapia y gran parte de sus regalones. Fuerzas especiales impidió el paso de los hinchas y es muy probable que en el camarín local, ni se hayan enterado de la molestia generalizada de los hinchas en las afueras del recinto.
Molestia que seguramente fue en aumento, tras escuchar las explicaciones de un técnico confundido, poco claro y que no da con el ancho... con un Everton que se está transformando en un atado de nervios.
Impresentable, por ejemplo, el primer tiempo de Everton, en el 1-2 ante Palestino. ¿A qué jugaron en los 45 minutos iniciales?. ¿A contener, a contragolpear...?, en definitiva, a nada. Y era cosa de tiempo para que Palestino, casi a ritmo de entrenamiento, se pusiese en ventaja con una tijera de Leonardo Valencia (32'), quien aprovechó la desatención en las marcas de la zaga viñamarina.
Ya en el segundo tiempo (y seguramente, tras un café muy cargado), Everton salió con nuevos brios, mostrando algo de corazón y amor propio. Diego Rojas, en esos instantes, estuvo a punto de lograr el empate los 49, pero dos minutos después... se hizo expulsar tras una violenta entrada a Luna.
Con uno menos, ya pocos pensaban en un milagro, pero tampoco, se pensó en que Esteban Carvajal regalaría un penal, al tomar el balón con la mano. Cerato a los 62 anotó desde los 12 pasos y Everton que igualaba las cifras, quizás sin merecerlo.
El 1-1 se arrastró hasta el final, pero en el primer minuto de descuento, otra genialidad del Leo Valencia -con un remate que rebotó en Echeverría- colocó el 2 a 1 para los tetracolores, lo que gatilló la indignación de los fanáticos locales.