Sebastián Paredes C.

Mamá ¿por qué mi cara está distinta? ¿Por qué tengo un ojo más chiquitito que el otro?", son las preguntas con que Byron Gallardo interroga a su mamá casi todos los días.

Y es que el pequeño de tan sólo seis años padece de neurofibromastosis tipo uno, lo que se traduce en dos tumores que se alojaron en su ojo izquierdo.

"Por su ojo ya no hay nada más que hacer, porque ya perdió completamente la visión. Ahora tenemos que centrarnos en que los tumores no avancen hasta el otro ojo y quede completamente ciego", señala la madre del menor Lorena Olivares.

La mujer, quien es madre de tres hijos, sabe que actualmente vive una carrera contra el tiempo, no sólo para salvar la visión de su hijo, sino que también su vida. Y es que para mala suerte de Byron, quien actualmente se atiende en el hospital Calvo Mackena de Santiago, los dos tumores ya están avanzando por su cuerpo; uno en dirección a la garganta y otro en dirección al cerebro.

"Los doctores decidieron suspenderle la quimioterapia porque ya no le hacía efecto y decidieron cambiar el tratamiento por otro con pastillas. En septiembre se debe hacer una resonancia para ver si es que los tumores se han frenado o no. De ese examen depende los pasos a seguir para nosotros", detalló la angustiada mujer al diario la Estrella de Valparaíso.

Estados unidos

Una de las posibilidades que baraja Lorena Olivares para su hijo es un viaje a Estados Unidos, específicamente a la Clínica del Cáncer de dicho país. "Ya hemos averiguado y allá la operación que necesita mi hijo es completamente gratis. Además incluye una cirugía reconstructiva para que al extirparle los tumores su rostro quede normal", señala la Lorena, quien agrega que "estamos en una carrera contra el tiempo porque a más tardar a fin de año deberíamos viajar a Estados Unidos para que Byron se opere. La operación es gratis, pero necesitamos juntar tres millones para poder comprar los pasajes. Por lo mismo es que hemos estado haciendo eventos para poder juntar la plata y viajar".

Esperanza

Lorena Olivares no baja los brazos y sabe que tiene que pelear hasta el final por la salud de su hijo. Ella siente en su corazón que el pequeño Byron, quien desde que tenía un año ha padecido esta enfermedad, saldrá adelante y podrá crecer como un niño normal.

"Me llena de angustia ver que mi hijo pequeño, de tan sólo seis años no pueda vivir como un niño normal. Si de mí dependiera le daría mis propios ojos para que él estuviera sano, pero no puedo, sólo puedo ayudarlo y luchar por él hasta el final. A veces no entiendo cómo le puede pasar esto a un niño tan pequeño, pero finalmente tengo claro que lo único que debo hacer es pelearla hasta el final, no rendirme, no bajar nunca los brazos por él", señaló entre lágrimas la mujer, quien espera poder juntar el dinero para operar a su hijo en Estados Unidos.

La Fiscalía de Viña del Mar ya solicitó audiencia para formalizar al sujeto que en enero pasado robó una fotografía desde el Facebook de una ex colega y utilizando sus datos, incluido su celular, subió esta información a un sitio de escorts, haciéndole vivir una horrible pesadilla.

Sonia Tobar, profesora de educación general básica con más de 14 años de experiencia en aula, máster en Evaluación y quien actualmente trabaja en un colegio particular subvencionado de Viña del Mar, en el sector de Miraflores Alto recordó ese 2 de enero, precisando que se encontraba junto a su esposo tomando un café cuando comenzó a recibir mensajes que la dejaron de una pieza. "La verdad es que no entendía nada y lo dejé un poco de lado (...) Los mensajes eran del tipo 'estás disponible', 'cuánto cobras'. En una de esas conversaciones pedí que me mandaran un pantallazo y, efectivamente, había una publicación en la página de clasificados de Vivastreet, donde supuestamente yo ofrecía servicios de escort, con una fotografía que yo había subido el día anterior a Facebook. Ahí estaban mis datos y ofreciendo servicios de acompañamiento", recordó Sonia.

Pasado un par de meses y a raíz de la denuncia efectuada por Sonia ante la PDI se llegó a la dirección IP de donde había salido la publicación, identificando un domicilio en Curauma donde se pudo individualizar a una persona que había sido colega de Sonia.

"La fiscal pidió declaraciones y él declaró que efectivamente lo había hecho con un par de personas que trabajan actualmente conmigo, pero la responsabilidad la asumía él totalmente por ser el autor del hecho. Son todos profesores y las otras dos personas trabajan actualmente conmigo", indica la docente a la espera de que el responsable de este delito enfrente la justicia.