El jueves, por tener un fuerte resfrío fui a la Clínica Valparaíso, donde debía esperar en un principio 2 horas, después 3 y luego 4. Según la secretaria había dos médicos pero no llamaban a nadie. Al volver a consultarle me dijo no sé qué pasa, al final pedí la devolución de mi dinero el cual fue entregado sin problemas. Se nota que están acostumbrados a estas situaciones. Con esto quiero decir: La gestión de la clínica es pésima y el jugador Pizarro del Santiago Wanderers debía de revisar si de verdad los porteños nos merecemos un servicio tan mediocre, porque él es protagonista de la propaganda, tomando en cuenta que somos de clase media o baja.

Marta Ponce Tremolini.

El lunes en este mismo diario, se cuenta la historia del abandono del Museo de Placilla, lo cual no deja de ser trágico y por desgracia una postal cotidiana de la cultura nacional, donde cuando ésta es ejercida por entes autónomos termina o sucumbiendo ante las falencias económicas o amenazada por la envidia de autoridades, muchas veces. El caso de Placilla, sin embargo tiene una solución que va de la mano de la búsqueda de alianzas reales y efectivas, abandonar las vanguardias y las banderas aislacionistas y generar redes de apoyo entre instituciones de reconocida solvencia que generen sinergia y permitan salir adelante. Muchas veces no se requiere tanto dinero para generar cultura (v. gr. la Sociedad de Historia y Geografía de Chile que mantiene sin fondos públicos ni privados una revista indexada a nivel latinoamericano, ediciones bibliográficas, charlas, eventos, excursiones, etc.). A veces el querer es poder y el organizarse colectivamente lleva a sacar a la luz grandes proyectos y evitar que se pierdan en la ignorancia o en los espíritus poco colectivos.

Ricardo Andrés Loyola

Presidente Sociedad de Historia y Geografía de Chile