Convierten jardines de edificio en baño público
En el edificio Agua Santa se quejan del comportamiento de los jóvenes que frecuentan los pubs del sector. Quieren cercar el entorno del recinto.
En origen la denuncia por la molestia que provocaba para los residentes del Edificio Agua Santa una pantalla led con fines publicitario ubicada en la azotea de una propiedad de calle Viana esquina calle del Cerro derivó en otra aún más grave y molesta: la transformación que ha significado para los habitantes del recinto el hecho de que los antiguos comercios del sector se transformaran en lugares de entretención nocturna que tienen convertido al barrio, según dicen, en tierra de nadie.
Peleas hasta a balazos, orines y fecas en las escalinatas y rincones son pan de cada día y tienen a los residentes analizando la posibilidad de cerrar los jardines para evitar el pulular de personas ajenas de la propiedad.
Según el administrador del edificio Agua Santa, Renato Saavedra, es lo que más preocupa a los copropietarios y residentes pues lo de la pantalla prácticamente pasó a segundo lugar.
"Cuando recién instalaron la pantalla ciertamente que era molesta porque la intensidad era tal, que ni siquiera servía tener las cortinas cerradas. Entendemos que se bajó la intensidad de la luminosidad y el tema dejó de ser molesto", precisó Saavedra.
Tierra de nadie
Lo que realmente preocupa de un tiempo a esta parte es que los antiguos locales comerciales que funcionan en el edificio se convirtieron, con el paso del tiempo, en centros de entretención nocturna, lo que ha significado que cambie rotundamente la fisonomía del lugar.
"Aquí no se trata del fin de semana, sino que de la semana entera. El Journal sus propietarios lo tienen controlado, lo que no funciona bien son los pubs más pequeños que se han ido instalando y que han generado un mal ambiente. Todos los días hay peleas y desbordes. La otra vez se trenzaron a disparos, otras son peleas y gritos, pan de cada día es encontrar orines y fecas en las escaleras, entonces uno cuestiona y dice quien controla todo esto", inquirió Saavedra.
Según el administrador, los propietarios de los locales comerciales son quienes los han arrendado dejando nulo margen de intervención a la comunidad residente.
"Ésta es tierra de nadie, lo más triste es que se trata de gente muy joven, entre 15 y 20 años, entonces uno piensa qué estamos haciendo tan mal como sociedad. Ahora estamos evaluando poder poner una reja perimetral para poder brindar mayor seguridad", planteó Saavedra.