Redacción - La Estrella de Valparaíso
Benjamín Bernal fue rescatado en pleno temporal del año pasado y derivado a un albergue del Plan Invierno que implementa todos los años Desarrollo Social, instancia que comenzó a cambiarle la vida.
El jueves 6 de agosto del año pasado se había desatado sobre Valparaíso un inclemente temporal de viento y lluvia. Ese día una vecina de Playa Ancha informó a través del teléfono de emergencia, que había una persona en situación de discapacidad que vivía en la calle y que con muchos problemas estaba capeando el temporal, protegido por nylon y algunas frazadas.
Ante este panorama que era complementado por un intenso frío, acudió un equipo de profesionales encabezados por el seremi Abel Gallardo a cerciorarse sobre la situación del hombre, quien resultó ser Benjamín Bernal, de 44 años. Y si bien al comienzo se resistió al diálogo, poco a poco fue conversando con la autoridad sobre los serios problemas de movilidad que tenía.
Tampoco le interesaba salir del lugar, pese a lo mojado que estaba, porque temía que se pudieran extraviar un par de zapatillas.
Sin embargo, Gallardo lo convenció de que fuera, al menos por algunos días, al albergue del Plan Invierno que se había abierto y atendido por personal del municipio.En ese lugar Benjamín pudo recuperar fuerzas y su estadía duró bastante más de lo que todos habían presupuestado. Se sentía agradecido y protegido, pero la mayor alegría llegó cuando Ximena, su hermana, accedió a que lo trasladaran a su casa.
"Durante toda mi vida me dediqué a rescatarlo, somos los dos únicos hermanos de mismo padre y madre de un total de 11 hermanos, y sufrimos desde chicos al no poder criarnos con ellos, ya que llegamos muy pequeños al hogar Refugio de Cristo. Por eso siempre pensé que el día que yo tuviera mi casa me gustaría llevármelo conmigo", relata Ximena, junto con decir que "todo esto que pasó nos dio una nueva oportunidad, tanto para él como para mí".
Dejó el alcohol
Es más, Ximena relata orgullosa que pese a la discapacidad de Benjamín él se preocupa de mantener ordenada su pieza y que no ha recaído en el alcohol, problema que lo llevó a vivir en la calle y que incluso fue culpable de una caída desde una escala de 11 metros que bien pudo costarle la vida. "Como yo tengo que trabajar siempre le digo que tiene que esforzarse por ser autovalente", asegura, "lo bueno es que entre los dos hay un vínculo bonito, desde chicos hemos sido muy unidos por todas las cosas que nos tocó vivir". Hoy Ximena y Benjamín viven en el Segundo Sector de Playa Ancha. Ella sostiene que por esos días era imposible convencerlo de cambiar su modo de vida. "Cuando iba a comprar a veces lo veía y me daba mucha pena, pero por culpa del alcohol podía ser un mal ejemplo para mi hijo, incluso pensé que no se le iba a pasar nunca" , confiesa Ximena.
Como rey
Benjamín alcanzó a estar tres años en las calle en Playa Ancha, pero antes también lo había hecho debajo de un puente en Viña del Mar. Incluso vivió en casas de otros familiares, pero siempre se terminaba aburriendo y de un día para otro le perdían la huella. "Estoy viviendo como un rey acá, si tengo de todo, con una pieza propia, cama y sábanas limpias", comenta Benjamín