Priscilla Barrera Ll.

Lo que se suponía sería un beneficio para gran parte de la comunidad que integra uno de los campamentos más grandes de Chile terminó convirtiéndose en una pesadilla. Al menos así lo sienten los integrantes de los comités El Esfuerzo y El Manantial del Campamento Manuel Bustos de Viña del Mar, quienes esta semana vieron cómo la ampliación de una calle terminó por convertirse en un dolor de cabeza con escalinatas y tuberías de aguas servidas rotas producto del paso de maquinaria pesada.

Según denunciaron los dirigentes de las cerca de 100 familias que se sienten afectadas con estos trabajos, si bien existió un acuerdo con el dirigente del comité Villa Esperanza, Mauricio Meza, de ampliar el ancho de una de las principales calles del campamento, el tránsito de maquinaria pesada del municipio por las estrechas calles y pasajes del campamento provocó serios daños que los tiene aislados y con serias dificultades para transitar por las calles de tierra.

"Habíamos quedado de acuerdo en la última mesa de trabajo en ensanchar una calle, pero no meterse a todos los pasajes porque el terreno aquí en el campamento es inestable y el que no vive aquí no sabe cómo están los caminos y quedan las desgracias que ocurrieron (...) Las máquinas nos rompieron los accesos de las calles y la tubería del alcantarillado y dejaron en mal estado los caminos. Además cortaron algunos accesos", denunció María Inés Verdejo, presidenta del Comité El Manantial quien además reside en el campamento hace más de 10 años. La dirigente planteó que es urgente que el municipio o quien coordinó estos trabajos se haga responsable de los daños y los repare cuanto antes.

"No estamos en contra de los trabajos ni del mejoramiento de los lugares de acceso, pero que las cosas se hagan bien", reclamó la dirigente quien admitió que no existe una buena comunicación con el presidente del comité Villa Esperanza.