Priscilla Barrera Ll.

Fue la pediatra de turno del Hospital de Quilpué, que cumplía labores en la urgencia del recinto asistencial el domingo recién pasado, quien denunció ante Carabineros lo que presumiblemente podría tratarse de un parricidio en contra de un lactante de sólo 23 días de vida.

Hasta este lugar, y a eso de las 12.40 horas, llegó una joven de 26 años identificada como E.Y.A.C. quien ingresó a su pequeño hijito M.G.A. afectado supuestamente de un infarto.

Al ser ingresado al box de reanimación y mientras la pediatra, en presencia de la madre, despojaba al pequeño de sus ropas, se percataron de la presencia de manchas de sangre en el polerón del pequeño, en el pilucho y la camiseta a la altura del hombro izquierdo. Asimismo, el pequeño presentaba restos de sangre en la ceja izquierda, sangre fresca en la nariz y en la cavidad bucal.

Junto a estos indicios, el pequeño presentaba además un hematoma en la región torácica posterior. Debido a sus graves lesiones, el pequeño falleció a las 13.02 horas.

Poco creíble

Tras acoger la denuncia de la médico de turno, los efectivos policiales entrevistaron a la madre del lactante a fin de esclarecer las causas que provocaron el deceso del menor quien no habría entregado una versión coherente de los hechos.

De acuerdo a la versión proporcionada por la joven madre, amamantó a su hijo a las 3 y a las 9 de la mañana y posteriormente se quedó dormida, despertando cerca de las 11 horas percatándose en ese momento que su pequeño no reaccionaba. La joven indicó a los efectivos, que probablemente mientras ella dormía, su otro hijo de un año y medio se habría bajado de su cuna y habría estado brincando en la cama donde ella y el pequeño dormían, saltando sobre el lactante.

La médico de turno extendió un certificado indicando que las lesiones que mantenía el lactante fallecido eran atribuibles a la acción de terceros.

En una primera instancia la mujer fue detenida por su eventual responsabilidad en estos hechos, pero posteriormente fue dejada en libertad y a la espera de su notificación a la espera del resultado de la autopsia que deberá practicarse al cuerpo del bebé fallecido.

Aparentemente el uso de sicotrópicos y estupefacientes habrían contribuido para que Alex Fernando Ahumada Cuevas de 35 años encontrara la muerte el pasado domingo.

Durante el sábado la hermana del joven había estampado una denuncia por posible desgracia, debido a que durante la jornada del día anterior Alex Ahumada había protagonizado una pelea con sus familiares, estando bajo el efecto de sustancias alucinógenas.

Durante la jornada del domingo el joven de 35 años fue encontrado sin vida en una quebrada que colinda con los cerros Rodelillo y Placeres, tendido sobre el agua boca abajo.

Los primeros testigos que encontraron al joven trataron de reanimarlo por lo que lo movieron desde el lugar donde se encontraba originalmente.

Hasta el lugar llegó personal del Labocar. Los efectivos procedieron a empadronar el lugar y hacer los peritajes de rigor en torno al caso. Finalmente se determinó que el sujeto, oriundo del sector del paradero 17 de Rodelillo, murió por inmersión al precipitarse de boca sobre el agua.

Otro joven muerto

La muerte de Ahumada Cuevas se suma a la del ciudadano alemán de 20 años, Leander William Oscar Thieming, quien también el domingo fue encontrado muerto al interior del hostal Acuarela, ubicado en la calle Templeman del cerro Concepción. El joven alemán falleció debido a un paro cardiorespiratorio y fue encontrado por una recepcionista del hostal en donde el ciudadano extranjero trabajaba también como recepcionista a cambio de habitación y comida. Con anterioridad el joven había expresado que padecía de problemas al corazón.