Manuel Gómez Poblete

Dos opciones tenía el cuerpo técnico de Wanderers -y en especial, el uruguayo Alfredo Arias- tras enterarse, el viernes por la tarde, de que el choque ante Audax Italiano del sábado pasado se había pospuesto para el miércoles 6 de abril. Podía molestarse, enfurecerse y golpear la mesa (opción muy válida, por cierto); pero también estaba la opción de ver el "vaso medio lleno" y, tras adaptarse a la nueva realidad, buscarle el acomodo. Y así lo hicieron, ya que al ver que con Audax se jugará ahora el miércoles de la próxima semana, que -para ganar un día en la recuperación de sus jugadores- que se adelantó desde el domingo 3 al sábado 2 de abril, el juego fijado ante la Universidad de Chile, el cual, tal como se había informado, se jugará desde las 12.30 horas y sin la presencia de hinchas visitantes.

A su vez, el pleito entre la "U" de Concepción y los caturros, programado originalmente para el sábado 9, se disputará el lunes 11 de abril en la VIII Región.

Si bien fue el propio presidente de Everton, Antonio Bloise, quien hace exactamente una semana -y por este medio- respaldó el trabajo y la labor del técnico Víctor Rivero, lo cierto es que los malos resultados de la segunda rueda (en donde los viñamarinos son penúltimos y sólo superan a Barnechea) tendrían al ex campeón con San Luis de Quillota en la temporada pasada... pendiendo de un hilo.

De hecho, ya han comenzado a sonar nombres como posibles reemplazantes del ex arquero, entre ellos, Claudio Borghi, Héctor Tapia, José Cantillana y el mismísimo Víctor Hugo Castañeda.

Lo cierto es que Everton ha sufrido un marcado bajón anímico y futbolístico que se profundizó en Los Angeles y que tiene a los hinchas ruleteros al borde de un ataque de nervios, pese a que la opción de ascenso -en la final por el segundo cupo- aún está intacta.